5 de Junio de 2011 - Mendoza

Mendoza-Julio Cobos: "Nunca voy a dejar de pensar en ser candidato a presidente"

A dos días de haber anunciado que no será candidato en octubre, dice que se retira de los cargos públicos pero no de la política. Buscará protagonismo en el partido y tratará de colaborar con proyectos educativos para chicos sin recursos.

Jura que no colgó los guantes y que dejar de ocupar cargos públicos por un tiempo no implica alejarse de la política para siempre. El vicepresidente, Julio Cobos, confirmó el jueves último que no será candidato a diputado nacional ni aspirará a ningún puesto en estas elecciones.
Esa situación está generando reacomodamientos dentro del radicalismo local y muchos dirigentes ya lo ven afuera de la escena.
En diálogo con Los Andes, Cobos reconoce que no pudo armar una estructura para candidatearse como presidente y que “nunca” dejará de pensar en la posibilidad de presentarse para ese cargo.

-¿Cómo se siente luego de haber anunciado que no será candidato a diputado nacional?
-Bien. Era una decisión que venía madurando y procesando desde hace un tiempo. Es la misma sensación que sentí cuando desistí de la candidatura a presidente.

-En 2008 parecía que usted iba a ser el próximo presidente. ¿Qué cree que sucedió en el medio?
-Prioricé el cargo institucional, el respeto al Ejecutivo, mostrando las diferencias pero siempre con prudencia. En el análisis individual pienso que la gente me votó para ser vice y no candidato a Presidente. Si hubiera pensado de otra forma, habría optado por renunciar y eso sí era una cuestión especulativa. Preferí cumplir con lo institucional con el costo político que eso implicó.

-De todas maneras, desde el oficialismo le reprocharon que no renunciara si de hecho usted estaba en la oposición.
-La sociedad es la que me votó. Hay un relato oficial pero hay una historia no oficial. Y lo cierto es que yo no renuncié a las ideas de la Concertación, que no eran esto. Eran acuerdos, era respeto a hombres de pensamientos distintos. Siempre respeté eso, todos conocían mi lucha por los jubilados, que soy un hombre de acuerdos y de consenso. En eso no cambié en nada.

-¿Usted se arrepiente de haberse aliado al kirchnerismo?
-Tuvo consecuencias que no fueron buenas como la división del radicalismo. Pero hay que evaluarla en las circunstancias. Lo hicimos de buena fe, que se manifestó en mi actuar, que nunca negocié en el espacio de la Concertación.

-Sus partidarios le cuestionan no haber construido una estructura para sostener su candidatura a Presidente. ¿Cómo lo ve usted?
-Lo intentamos. Cuando lo llevamos a Ernesto Sanz de presidente del partido y repartimos los cargos en forma proporcional a eso, lo intentamos. Lo que pasa es que la visión estratégica que yo tenía de cómo encarar una elección no la entendió el partido.
El propio Sanz se presentó como candidato en un proceso interno que yo decía que iba a fracasar y fracasó. No me quedé con los brazos cruzados. Siempre dije que había adquirido un compromiso con el doctor Raúl Alfonsín de trabajar por la unidad del radicalismo e hice más que gestos en ese sentido. No salió pero lo intenté.

-No postularse a ningún cargo, ¿significa dar un paso al costado de la política o es algo temporal?
-Me retiro de los cargos públicos pero no de la política.

-¿No teme que mucha gente dentro del partido especule con eso?
-Siempre habrá especulaciones en ese sentido. Pero es mi visión  con la que me tengo que guiar. Cuando fui ministro de Obras y volví a la UTN decían que se me terminaba la carrera política pero eso no pasó. En política todo es posible.

-Referentes de su partido muy cercanos a usted hablan de una nueva etapa en la UCR tras esa decisión...
-Siempre hay nuevas etapas. En la política argentina se tienen que venir nuevas etapas; ahora se discute poder y no política y eso es malo. Ojalá uno haya dejado una semillita de algo. Tenemos que cambiar.

-Las encuestas lo siguen dando como el dirigente con mejor imagen en la provincia, ¿no es un error no presentarse como diputado?
-El error sería presentarme. Si acá vamos a buscar dirigentes que por imagen tienen que ir en contra de sus convicciones me parece que no es bueno. Después de ser gobernador y luego Vicepresidente, ser diputado.. todos saben que no me gusta...

-¿Bajar escalones?
-Siempre lo dije, uno es esclavo de sus palabras. Es así; no lo vería bien la gente. Cuando la gente se acerca y me dice algo, lo dice pensando en Cobos presidente.

-¿Usted todavía piensa en el proyecto Cobos presidente?
-Eso no lo voy a dejar de pensar nunca.

-¿Se está tomando un descanso para presentarse en cuatro años?
-En este país es todo dinámico, no lo sé. Uno va a seguir trabajando, dando un mensaje. Yo he hecho una bandera que es la de la educación. Eso no implica que me vaya a trabajar a la UTN. Para dar clases en Ingeniería me voy a tener que actualizar un año.
Mi idea es acercarme a la labor educativa, colaborar con lugares de asistencia educativa para chicos que no tienen posibilidades económicas; no hablar de filosofía, sino de inclusión. Hasta he hecho un libro de educación.

-¿Qué le gustaría ser más adelante? ¿Qué otro cargo desearía ocupar?
-Veremos qué es lo que ocurre; por ahora no se me ocurre nada. Por ahora nada.

-No le gusta lo legislativo, prefiere los cargos ejecutivos.
-Soy más para los cargos ejecutivos. Ahora que me toca coordinar temas legislativos en el Senado, uno ahí ve qué distinto es el pensamiento de los que han sido gobernadores y ahora son senadores, de los que nunca lo fueron.

-¿Se seguirá sentando en la mesa chica de las decisiones del radicalismo local?
-Sí, acabo de venir de una reunión.

-Pero más allá de hoy, ¿quiere seguir teniendo incidencia en el partido?
-Voy a ser el representante del radicalismo mendocino en el Comité nacional. Si me retirara del radicalismo hubiera dicho que no quiero nada, que me voy a mi casa.
 
El radicalismo necesita una escuela de gobierno a nivel nacional, un cupo para la juventud, que haya alternancia en los cargos; más de dos períodos en un cargo no puede permitirse. Esto implica grandes discusiones y yo estoy con ganas de darla.
-¿En algún momento pensó en volver a gobernar la provincia?

-Era el pedido de muchos pero no sentía la convicción, ni la fuerza, ni las ganas de ser gobernador. Desde el año pasado estaba en la cabeza de muchos, incluso desde antes que definiera mi posición respecto de ser candidato a Presidente o no.
Para mí fue una etapa cumplida. Es bueno que haya gente con vocación. A Iglesias le tocó una etapa difícil y tuvo que tomar medidas muy duras. Él siente necesidad de que el mendocino conozca que puede llevar progreso en las situaciones normales y no sólo en las de crisis como cuando le tocó gobernar.

-El radicalismo provincial ¿tiene que evitar nacionalizar la campaña por el arrastre que pueda tener Cristina?
-Mendoza necesita un gobernador, no un delegado. Tenemos que hacer hincapié en las características de nuestra provincia, del mendocino, del trabajo. Es un deber de la Nación tener una buena relación con la Provincia.
Si se la discrimina o no se le dan los recursos que corresponden no se le hace un daño al gobernador sino a la provincia. Iglesias lo va a saber manejar bien. A él le tocó gobernar con tres presidentes y supo mantener bien esa relación institucional que tiene que haber.

-Con esto me está diciendo que es seguro que gana Cristina.
-Es la que tiene más chances. Obviamente vamos a hacer todo lo posible para que Alfonsín llegue a la presidencia.

-¿Qué opina de González Fraga, el candidato a vicepresidente de Alfonsín?
-El mensaje que quiere dar Ricardo Alfonsín es de énfasis en lo económico y también en la pluralidad, habida cuenta de que no se pudo consensuar con el socialismo y que sí está avanzando en acuerdos con un sector del peronismo. No creo que sea incompatible.

-¿No es un error que haya tantos referentes de la oposición que se postulen?
-Soy de la idea de que esas alternativas deberían haberse condensado, inclusive con el socialismo, pero a partir de acuerdos que tenían que ver con la plataforma electoral.

Fuente: Los Andes