Ajustarse los cinturones. Serán 33 domingos de turbulencia. Se abre un inquietante, atractivo pero peligroso camino de desafíos electorales.
El mandato de Cristina Kirchner culmina el 10 de diciembre.
Muy poco tiempo. Todo se precipita. Faltan apenas 33 domingos para la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 23 de octubre. Si ese día el ganador no triunfa en primera vuelta, los argentinos deberán votar en segunda el 20 de noviembre.
La Argentina sigue viviendo habituada con naturalidad a los volantazos y a la imprevisión, porque de cara a esa renovación presidencial, se abre ahora un ciclo medio alucinante de elecciones provinciales. El país no tiene unas normas intangibles y permanentes. Todo cambia, o puede cambiar, todo el tiempo. En rigor, las normas sí existen, pero son modificables en cualquier momento, como las que ordenan el calendario electoral.
Los comicios provinciales son resueltos por los jefes distritales para separarlos o unirlos a los nacionales. Si les conviene, los hacen coincidir. Pero si sucede lo contrario, los diferencian.
Aun cuando por una parte es bueno y saludable que los electorados no sean arrastrados por las macro preocupaciones nacionales y puedan debatir sus temas y elegir sus autoridades de manera autónoma de la absorbente agenda que gira en torno de la Casa Rosada y la residencia de Olivos, lo que impresiona es la volubilidad de la vida política argentina, cambiante, giratoria, inconstante.
Si bien el caos argentino no es el único ni mucho menos el peor del mundo (para ejemplo, ver la perversa, frívola y atrasada política italiana), también es evidente que en este país se baten récords de creatividad manipuladora para reconfigurar los almanaques electorales.
Este año, las primeras elecciones son las del domingo 13 de marzo en Catamarca. El domingo siguiente (20/3) vota Chubut, el 10 abril lo hace Salta y el 29 de mayo se vota en La Rioja.
Son cuatro elecciones muy marginales en distritos chicos que no mueven la aguja del amperímetro nacional y eligen en total solo 10 diputados nacionales de una cámara de 257, pero impresiona que, por ejemplo, los elegidos en Catamarca el 13 de marzo asuman sus bancas siete meses más tarde y solo puedan legislar desde febrero-marzo de 2012.
No es serio. Pero, además de las elecciones en los 24 distritos políticos argentinos, la ley llamada de “reforma” política, que sancionó el Congreso en 2009 fijó elecciones primarias en los partidos, abiertas, simultáneas y obligatorias, para el 14 de agosto.
Además de las citadas Catamarca, Chubut, Salta y Jujuy, han resuelto desdoblar las elecciones locales de las nacionales Tierra del Fuego, Santa Fe, Misiones y Neuquén.
La ciudad de Buenos Aires y otras provincias aun no ha definido las fechas, lo que patentiza la altísima cuota de discrecionalidad con que se gestiona este país, donde los que mandan deciden por su cuenta en cada oportunidad como hacer las cosas, clara exhibición de indigencia institucional.
El gobernador Eduardo Brizuela del Moral va en Catamarca por su tercer mandato consecutivo y el 13 de marzo disputa con la senadora Lucía Corpacci, mujer sostenida por la presidenta Kirchner.
Aunque es radical a su manera, Brizuela del Corral hace años que se maneja con una coalición de fuerzas, el Frente Cívico y Social, que en las elecciones del 28 de junio de 2009 para diputados nacionales (en las que votó solo el 65% del padrón), obtuvo casi el 39% de los votos, contra el 33.4 % del kirchnerismo.
Pero en las elecciones que lo llevaron a su segundo mandato como gobernador, Brizuela del Corral derrotó al peronismo (Luis Barrionuevo), por 59.3% a 37.6%. En su primera victoria, el 24 de agosto de 2003, con el mismo rival, Brizuela sacó 50.7% contra 43.4% de Barrionuevo. Del noroeste a la Patagonia.
El 20 de marzo vota, Chubut, cuyo gobernador Mario das Neves no renueva porque cumplió ya su segundo manto y ahora es precandidato presidencial del peronismo federal. Apadrina a Martín Buzzi en una interna peronista típica, porque lo desafía Carlos Eliceche, el intendente de Puerto Madryn que representa a la escudería kirchnerista.
En los comicios para diputados nacionales del 28 de junio de 2009, el peronismo unido (Frente por la Integración) amasó el 55,58% de los votos contra el 18,21% de la Unión Cívica Radical y el 7.99% de ARI. Das Neves fue reelecto gobernador en las elecciones del 16 de septiembre de 2007, con el 76.7% de los votos, contra el 13.4 de la UCR.
La performance de Das Neves ha sido impresionante, porque en su primera victoria electoral, el 9 de noviembre de 2003, había llegado a la gobernación con el 45.5% de los votos contra una UCR que ese año obtenía el 41.1%. O sea que el Das Neves de 2007 le sacó los votos a la UCR de 2003.
Salta, una provincia abrumadoramente justicialista, vota el 10 de abril. Juan Manuel Urtubey va por su reelección, tras haber ganado el 28 de octubre de 2007 por apenas 5000 votos en una interna peronista donde él obtuvo el 46.3% contra el 45.2% del kirchnerismo.
Tras aquellos resultados de casi empate, las elecciones de diputados nacionales del 28 de junio de 2009, le dieron al Partido Justicialista de Urtubey el 29,5% de los votos, al Frente Federal (romerista y anti kirchnerista) el 23,5% y a Salta Somos Todos (la herramienta electoral del controvertido y cuestionado empresario Alfredo Olmedo) el 17%.
La sorpresa disruptiva para una provincia tan tradicional, fue que el Partido Obrero obtuvo en esa ocasión un llamativo 7,2%, mientras que el moderado Partido Renovador cosechaba el 6,6%.
El gobernador kirchnerista Luis Beder Herrera desdobló en La Rioja y se vota el 29 de mayo. Hace dos años, el 28 de junio de 2009, el Frente Justicialista del pueblo riojano recogió el 53,5% y el Frente Cívico y Social conducido por la UCR el 32,2%. Beder Herrera había llegado a la gobernación cuando en las elecciones del 19 de agosto de 2007 sacó el 42.5% contra 27.8% de otra lista peronista y el 22.3% de Carlos Menem.
En Neuquén se vota en junio el 12 y en Tierra del Fuego y Misiones el domingo 26. Pero la primera elección verdaderamente grande será la del 24 de julio en Santa Fe, donde habrá primarias el 22 de mayo.
Se trata del tercer distrito electoral argentino y donde el peronismo perdió el control hace cuatro años, cuando el Frente Progresista armado por radicales y socialistas, con el apoyo de ARI y fuerzas menores, llevó a la formula Binner-Tessio el 2 de septiembre de 2007 a la conducción de la provincia con el 54% de los votos, contra el 44% del peronismo, un caso de imponente concentración de las preferencias ciudadanas.
Dos meses más tarde, Cristina Kirchner “ganaba” en Santa Fe con solo el 35.5%, contra el 34% de la fórmula Carrió-Giustiniani y el 16.5% de Lavagna-Morales.
Las cosas se modificaron un bienio después, cuando en las elecciones legislativas del 28 de junio de 2009, el peronismo reutemista (Santa Fe Federal) obtuvo el 39,87%, contra el 39.81% del Frente Progresista radical-socialista, una diferencia de 1.031 votos sobre 1.688.995 sufragios positivos. El kirchnerismo entró tercero, lejos, con apenas el 9,63% de los votos.
Todo puede seguir cambiando en esta provincia porque el Frente exhibe ahora síntomas de fragmentación y el justicialismo parece haber aprendido, aunque un derrotado Rafael Bielsa en la primaria haría campaña por Agustín Rossi en la general, o éste, humillado, ¿la haría por el ex canciller?
Ajustarse los cinturones. Serán 33 domingos de turbulencia. Se abre un inquietante, atractivo pero peligroso camino de desafíos electorales.
Por Pepe Eliaschev
Fuente: El Liberal
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