Viernes 14 de Marzo de 2025
16 de Enero de 2011-Buenos Aires

Bs. As-"Va a ser muy difícil que Cristina zafe de su propio destino"

Acusa a la oposición de utilizar a Daniel Scioli para debilitar al Gobierno y asegura que Eduardo Duhalde perdió vigencia en la política. Candidaturas y desafíos de un año electoral.

El senador nacional José Pampuro combina dos facetas poco frecuentes en la política argentina: mide sus palabras pero no por eso evita fijar posición. El dato cobra más valor porque Pampuro, presidente provisional del Senado, es uno de los integrantes originarios del kirchnerismo y esa antigüedad hace que sus opiniones sean un “termómetro” del estado de cosas en el Gobierno.
De paso por Mar del Plata, donde acompañó a Daniel Scioli en una de las tantas actividades veraniegas del gobernador bonaerense, Pampuro dialogó con Veintitrés, hizo un balance de 2010, planteó los desafíos que el oficialismo tendrá en 2011 y evaluó a cada uno de los jugadores del mapa electoral, que arrancaron con todo en esta primera quincena de enero. Para el senador, “este va a ser un año muy intenso, más teniendo en cuenta que los candidatos ya empezaron a mostrarse porque en verano tienen una buena oportunidad para hacer política”.

–Y cuando termine la temporada, ¿qué le espera al kirchnerismo en el Congreso?
–La actividad va a ser dura. Cerramos un buen año, a pesar de las dificultades y de que en algún momento la oposición aparecía con posibilidades de obtener mayorías. Salvo algunos temas específicos, como el Presupuesto 2011, el Senado obtuvo todas las leyes pedidas por el Poder Ejecutivo. De todos modos, este año la cosa va a ser un poco más complicada.

–¿La campaña se va a mudar al Parlamento?
–Claro. Eso va a generar tensiones, pero son las tensiones lógicas de la vida política. Nosotros mantuvimos el bloque muy consolidado. En cambio, a la oposición todavía la veo muy dispersa.

–Hablemos de candidaturas. Usted se inició políticamente con Eduardo Duhalde. ¿Qué opina de su lanzamiento ?
–Todo ciudadano, todo hombre político, tiene la posibilidad y el derecho de ser candidato. Pero me parece que Duhalde perdió vigencia. Siempre digo una cosa: es muy difícil que la gente vote para atrás. La gente vota por candidatos que ya están consolidados, como el nuestro, que sin dudas va a ser Cristina Fernández, o candidatos nuevos, que no hayan expresado experiencias anteriores, como sucedió con Mauricio Macri, Julio Cobos o el mismo Ricardo Alfonsín. En ese escenario, Duhalde pierde mucha vigencia. Y después del desgraciado fallecimiento de Néstor Kirchner, su presencia se deterioró aún más. Con Néstor, él tenía un escenario de ring, de combate. Con Cristina, eso no pasa. Cristina es otra cosa.

–Varios indicios ubican a Duhalde detrás de operaciones políticas recientes. ¿Cree que tiene capacidad para desestabilizar al Gobierno?
–Creo que no. Conociéndolo a Duhalde, si tuviera esa capacidad ya hubiese intentado ser presidente. Hoy el conurbano bonaerense no le responde como en otras épocas. Sí puede haber sectores muy marginales capaces de generar disturbios, pero no tienen organicidad y se mueven más por intereses económicos que políticos.

–¿Le sorprende que Cobos haya dicho que si no es candidato vuelve a la ingeniería?
–No, ya no me sorprende. Cobos tuvo su momento y me parece que o no le alcanzó el tiempo de la 125 o no pudo instalar temas que lo mantuvieran vigente. Siempre tuve una buena relación con él y la sigo manteniendo. En el fondo, creo que es una buena persona, que se equivocó, y el tiempo me dio la razón. Yo hablaba con Néstor y le decía que lo peor que podíamos hacer era confrontarlo en forma directa. La propia inercia lo fue haciendo desaparecer.

–Para Kirchner parecía difícil no confrontar con Cobos...
–Para él, era difícil. Hay una anécdota que cuento por primera vez y que pinta esta situación. En 2005, siendo ministro de Defensa, un día me llamó Kirchner y me dijo que se acababa de romper la alianza con Duhalde, que no íbamos a compartir fórmulas comunes. Me dijo que había decidido que yo acompañara a Cristina como senador nacional. “Quiero que la ayudes, sobre todo en el conurbano, que vos conocés”, me explicó. Y agregó esta frase: “José, ella es la persona más importante que tengo en mi vida y quiero que la defiendas”. Después, cuando fue lo de la 125, Néstor me pidió que intercediera ante Cobos y me contó que exactamente aquellas mismas palabras que me dijo a mí se las había dicho a él, cuando le pidió que fuera el vice de Cristina. Le comenté esto a Cobos, en esa noche tan terrible de la 125, y él asintió que era verdad. Con esto quiero decir que para Kirchner estaba muy presente el tema de la protección a Cristina. Y cuando te traicionan muy de adentro, con cosas que uno dijo en la intimidad, ahí ya no se trata de especulación política, ahí empiezan las broncas personales.

–Cobos es, justamente, uno de los candidatos del radicalismo. Los otros son Alfonsín y Ernesto Sanz. ¿Cómo ve esa interna?
–Parecería que es como una licuadora, que si uno mete a los tres, por ahí puede salir uno que junte todo el rompecabezas. Evidentemente, los radicales tienen un problema más serio que el peronismo para organizarse. Alfonsín es el alfonsinismo de su padre, repite las mismas palabras, las mismas consignas. Eso alcanza para un pedacito chiquito. Cobos, con sus más y sus menos, es una cosa nueva en el radicalismo, que genera expectativas en otros sectores. Y Sanz es la estructura más tradicional, un radical del partido. Pero, repito, no han podido mancomunar. Hoy por hoy, no representan a la verdadera oposición.

–¿Y cuál es esa verdadera oposición?
–Para mí, se va a ir consolidando en Macri y en lo que, junto al Peronismo Federal y algunos sectores independientes, se vaya armando en el país. Creo que ahí va estar nuestra pelea, la pelea del gobierno.

–¿No ve con chances al socialismo o al espacio de Elisa Carrió?
–No, no los veo. La campaña se va a polarizar en dos sectores. Por un lado, va a estar el progresismo y el Gobierno, posicionado en una franja cuyo carril central es el peronismo, pero que tiene aliados por izquierda y por derecha, en las fuerzas sociales y otros sectores afines. Y frente a eso está la derecha y me parece que el que la puede conducir, en el sentido de ser su referente electoral, es Macri.

–Cristina es la candidata natural del oficialismo, pero la elección del vice es más difusa. ¿Pesa el mal antecedente de Cobos?
–El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero esperemos que eso no se dé (risas). Más allá de eso, está claro que Cristina es la candidata que resume este proceso. Siempre el peronismo tiene improntas. Las tuvo Perón, las tuvo Menem, nos guste o no, y las tuvo Cafiero, con la renovación. Cada momento tuvo su impronta. Esta etapa es de Kirchner y Cristina la resume. Ella tiene que terminarla o darle continuidad. A mi juicio, es casi una obligación que continúe. Claro, la voluntad es de ella, pero la Argentina, en grandes términos, le va a exigir que sea candidata. En política hay cosas que trascienden a las decisiones personales. Va a ser muy difícil que Cristina zafe de su propio destino.

–En el peronismo disidente insisten con que el mejor candidato del oficialismo es Daniel Scioli.
–En política se utilizan varios instrumentos. Cuando uno no puede vencer, debilita, trata de quebrar algunas voluntades, pero Scioli está totalmente consustanciado con este proceso. Es un hombre inteligente, que sabe que no es su tiempo, que tiene que esperar su momento, que llegará o no, eso se verá más adelante, pero hoy sabe que es el tiempo de Cristina y está dispuesto a acompañarla. Lo que pasa es que la oposición no tiene una figura que canalice al conjunto, es más una bolsa de gatos, y por eso intentan dividir y utilizar a Scioli o a algún otro dirigente para ese fin.

–Por estos días, también se escucharon rumores sobre el alejamiento de Aníbal Fernández del Gobierno. ¿Qué hay de cierto?
–Eso es lo que aparece en los medios, pero de realidad no debe haber nada porque si Cristina tuviese la decisión de sacarlo, ya lo habría hecho.

–Como los últimos cambios en el Gabinete nacional...
–Fue un gran acierto crear el Ministerio de Seguridad porque era una demanda social que existía. Y también fue un acierto la persona que se puso al frente. Conozco a Nilda Garré, ella me sucedió en Defensa y es una mujer de fuerte personalidad y fuertes convicciones. Aníbal Fernández llevó esa situación durante muchos años y lo hizo muy bien, pero la política es cambiante. Hay procesos que a veces deben evolucionar y no por eso hay que denostar. Hoy Aníbal tiene una fuerte campaña en su contra y me parece injusta. Con sus más y con sus menos, con sus defectos y virtudes, es un muy buen dirigente, muy comprometido y leal al proyecto.

Fuente: El Argentino

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