10 de Diciembre de 2018 - Accesibilidad
Córdoba-Inclusión, meta pendiente en el transporte interurbano
Para salir de la ciudad, hay sólo un colectivo adaptado con rampa. No existen fábricas que tengan modelos con ese recurso. De los ómnibus urbanos son accesibles menos del 40 por ciento de las 832 unidades existentes.
No quiere molestar a familiares y amigos para que lo acompañen a la Terminal, esperen un coche en el cual haya reservado el lugar, lo alcen en brazos y lo dejen en el asiento. O depender de la fuerza y la voluntad de un chofer que haga ese trabajo.
Al igual que otras miles de personas en Córdoba, Martín necesita una silla de ruedas para trasladarse y todos los días encuentra obstáculos que, en muchos casos, lo hacen resignarse.
Algunos dejan de salir de sus casas, otros de sus barrios y muchos de su ciudad. Estos últimos tienen un motivo más que claro: en Córdoba hay sólo un colectivo interurbano con una rampa adaptada.
Cambiar ese número y lograr que a cada destino de media distancia se trasladen mínimamente dos colectivos con accesibilidad para silla de ruedas es actualmente el principal reclamo de la fundación Derechos sobre Ruedas.
Esta única unidad realiza un recorrido habitual desde Monte Cristo hasta la Capital, y luego es usada de comodín en época de festivales y grandes eventos, donde se coordina con la fundación para lograr que la mayor cantidad de personas en silla de ruedas puedan desplazarse.
“Hace tres años que estamos esperando una reunión con funcionarios de Transporte y los empresarios de los interurbanos. Necesitamos tener aunque sea uno o dos colectivos que vayan a cada destino, tener la posibilidad de ir y volver a cada lugar. Todo el tiempo, los funcionarios nos dicen que nos van a incluir; pero nosotros nos incluimos por nuestra cuenta, sólo nos tienen que dar las condiciones para hacerlo”, indicó la directora de la organización, Norma Sánchez.
“Lo único que pedimos es que se haga cumplir la ley de accesibilidad en el transporte interurbano, que desde 2006 dice que todo transporte debe ser accesible”, agregó Sánchez.
Desde la Subsecretaria de Discapacidad de la Provincia aclararon que existe una cuenta pendiente al respecto. Afirman que hace dos años se trabajó en la creación de rampas neumáticas, pero luego de esa experiencia centraron sus esfuerzos en hacer accesibles museos, aeropuertos y otros lugares de interés. Sin embargo, consideran que el de la fundación no es un pedido imposible de abordar.
Sin fabricantes
“Existe una norma que indica que el transporte público debe ser accesible para una persona en silla de ruedas; sin embargo, nosotros hemos intimado a las empresas por no cumplir con esa disposición y ellos nos manifiestan que no hay lugar donde comprar unidades. Está la ley, pero no hay fabricas que hagan carrocerías con rampas para media y larga distancia”, explicó a La Voz el secretario de Transporte de la Provincia, Gabriel Bermúdez.
El funcionario agregó que hubo dos vehículos a los que se les había hecho una modificación para que tuvieran rampas, pero que sólo queda uno, ya que el otro se rompió. Por fuera de esta única unidad, para viajar en colectivo de media distancia existen dos opciones: ser tomado en brazos, en caso de que alguien quiera y pueda hacerlo –los choferes no están obligados– o deslizarse por sus propios medios por pasillos y escaleras hasta alcanzar el asiento.
“Es muy denigrante tener que arrastrarse por el colectivo hasta un asiento. Hay chicos que no tienen drama, pero yo lo siento denigrante. También que me tengan que alzar, cuando alguien puede hacerlo. Yo tengo 38 años, y que mi papá me esté levantando para llevarme al colectivo no me hace bien. Eso la gente no lo ve, pero es muy importante que nosotros podamos movernos por nuestra cuenta”, apuntó Carlos Figueroa.
Urbanos
En la ciudad, la accesibilidad no sólo es cuestión de colectivos adaptados.
“Tenemos flota adaptada casi en un 40 por ciento y cada vehículo 0 km que sumamos a la flota es adaptado, por lo que indefectiblemente se va a llegar al ciento por ciento en unos años. Hoy, sobre un total de 832 colectivos, son algo más de 300 unidades, sin contar a Tamse, porque el pliego de licitación público no la incluyó”, informó Esteban Rossi, subsecretario de transporte de la Municipalidad de Córdoba.
Otras dificultades
A la falta de la flota completamente accesible prevista por ordenanza se suman problemas de movilidad variados. Desde llegar a la parada, por el estado de las veredas y las rampas en las esquinas, pasando por la distancia a la que se detiene la unidad, y finalmente la predisposición del chofer para frenar y accionar los sistemas para que permitan a la silla de ruedas ingresar al móvil.
Desde Derechos sobre Ruedas sostienen que este último punto mejoró mucho desde que realizaron capacitaciones con los choferes, instancias en las que se los alentó a ponerse en el lugar de las personas con discapacidad, aunque afirman que queda mucho por mejorar.
También falta sensibilizar a los ciudadanos para que, por ejemplo, respeten el espacio destinado a la detención de los colectivos (10 metros antes y 10 metros después).
Sin esta medida, el chofer no puede cumplir con el marco regulatorio ni estacionar “junto a la acera” para que quienes se desplazan en sillas de ruedas logren acceder al transporte público.
Fuente: La Voz