Por Nicolás Ignacio Carrizo
Personalmente, preferiría en los proyectos viales que hace la Provincia, que sean menos pero proyectados al futuro, en estos tiempos, donde se habla de muchos recursos que provienen de la Nación, tendría que estar a esta altura los estudios e inicio de ejecución, del acondicionamiento de la avenida 2 de Abril, por nombrar un sector que nos comunica, a los populosos Antártida y barrios del norte, que ya costó varias muertes y es una constante los accidentes menores. Pienso que personal capacitado, debe estudiar y proyectar el urgente cambio de imagen de esta avenida, descongestionando la circulación de las motocicletas, pudiendo utilizarse un gran espacio que es utilizado como ciclovía, o las antiguas vías del ferrocarril, que dicho sea de paso, son muy pocos
La que la utilizan porque también no es segura la realización de las actividades físicas, a diferencias de las del sector sur. La idea, es la construcción de puentes, en las zonas neurálgicas para el paso del peatón de un lado hacia el otro de los barrios comprendidos en esa zona. Actualmente, en horas de la noche, debe conocer muy bien los sectores para transitar, porque está el tendido de luz, pero es una artificial que dificulta la visión, pues en el medio de las jirafas de iluminación, se generan sectores oscuros que no permiten distinguir a un ciclista, por ejemplo, o un desaprensivo conductor de vehículos sin las luces adecuadas, y como si esto fuera poco, un sobrenivel, o "lomo de burro" que muy poco tiempo dura pintado previniendo ese lugar de restricción de velocidad. Prosiguiendo con la educación vial se puede ver que la gente, nada o poco sabe de las prioridades de paso, no sabe si pasa por la izquierda o la derecha, otros tienen ideas equivocas en las prioridades en una rotonda, otros giran a la izquierda en una avenida cuyas señales horizontales se la prohíbe, a pesar del cartel indicador que señala al
respecto, son algunas de las múltiples infracciones que debemos convivir por la ausencia de un plan de acción conjunta de los organismos competentes del Estado. En las rutas, tanto de día como de noche, resulta un peligro latente, tanto vehículos chicos como los de gran porte, y para estos, también debe existir un control, pudiéndose implementar en zonas intermedias, operativos alejados de los puestos estáticos de control, que denomino "satélites control de rutas", donde personal preparado en diversas tareas observara la transitabilidad general, incluidas las que corresponde a la prevención de animales sueltos en las rutas, que por otra parte, existe un programa que se aplicó hace tiempo que mejoró bastante esta negligencia de los propietarios de animales. Para de la educación vial, se podría utilizar material que no genera grandes erogaciones, sólo basta el ingenio que con su sola observación, seguramente las tendrá en cuenta tanto el peatón como el responsable de conducir un vehículo. El correcto uso de los distintos medios de comunicación masiva, es el mejor mensaje para los ciudadanos, con enseñanzas ciertas y necesarias. La extensión del registro habilitante para conducir, debe efectuarse toda vez que el ciudadano aprobó un examen profundo de las obligaciones de tránsito, donde además, obtendrá un puntaje, que en los operativos, se irán deduciendo de acuerdo con las infracciones que sean observados, es decir, que además del carné de conductor, tendrá obligatoriamente que tener la tarjeta control, que será un documento exigible junto al carné habilitante, lo que conformará un banco de datos con respecto al perfil del conductor, y sobre la base de esto, se aplicarán los respectivos correctivos. Es correcto el control de los choferes de los colectivos de larga distancia, o de aquellos que tienen la gran responsabilidad de transportar personas, además de inspeccionar técnicamente, las condiciones de transitabilidad. En cuanto a los colectivos de las líneas urbanas debe intensificarse los controles en las horas picos, donde los pasajeros se aglutinan presurosos de sus destinos, y también allí donde la inspección debe ser inexorable. La educación vial, y los planes de acción directa, son complementarias, y de trabajo constante, con creatividad, y con mensajes sencillos que tanto los estudiantes, como los demás ciudadanos, tomen conciencia que puede perderse un minuto en la vida y no la vida en un minuto, y que prevenir, es mucho mejor que lamentar. No deberíamos estar en aprestos, es hora de la practicidad, el trabajo entre todas las instituciones competentes, de ser así, seguramente no se terminarán los accidentes, pero que se disminuirán considerablemente es una verdad. Sugiero a mis amigos lectores de nuestro querido diario un encuentro para debatir y generar ideas en relación a este angustiante problema que me apena y me aqueja. Son interminables la cuestiones prácticas de la educación vial, no basta con reprimir con multa, primero se previene enseñando, y luego si se toman correctivos, ya que esta compleja tarea, no tiene exclusivamente un afán recaudatorio, sino prevenir salvando vidas, y es mejor llegar antes, que trabajar en el hecho consumado.
Fuente: El Independiente
La Rioja Municipal - La Rioja - Argentina