El intendente Gustavo Gennuso destacó el ordenamiento económico logrado por el municipio en los últimos meses, pero advirtió que la transformación de la “matriz tributaria” de Bariloche todavía está inconclusa y la ciudad “da para recaudar más”.

Dijo por ejemplo que “hay sectores que pasean mucho dinero por la ciudad y dejan muy poco al municipio, como el turismo estudiantil” y también habló de ajustes pendientes en la tasa de Servicios, porque algunos contribuyentes “todavía reciben facturas de 50 pesos” y la recaudación global “si bien mejoró, no alcanza para cubrir los gastos de prestación”.

Gennuso repasó en diálogo con este diario los aspectos principales de su gestión, que mañana cumplirá un año. Dijo que tanto el trámite de la iniciativa privada de la empresa Capsa para Catedral (que terminó rechazada) como el proceso que derivó en la contratación de la nueva concesionaria del transporte urbano le dejaron “muchas enseñanzas”.

También habló del rol del empresariado y de “los principales problemas de Bariloche”, entre los que mencionó “la desigualdad” y la incapacidad “simbólica y cultural” de los barilochenses para aspirar a un futuro mejor.

El intendente dijo que le tocó asumir con un déficit tal que sólo el gasto salarial representaba el 110 por ciento de los ingresos. “Hoy gastamos el 81 por ciento -explicó- y tenemos que lograr una ecuación en la que lleguemos al 70 ó 65 por ciento, sin echar a nadie ni bajar salarios”, de modo que sólo queda aumentar la recaudación.

Aseguró que “la matriz tributaria hay que mejorarla, para dar mejores servicios, y eso también está en la decisión de los vecinos. Porque hay una cultura en la Argentina y en nuestra ciudad de que los servicios no se pagan”. Según adelantó, “la protección civil y la seguridad son un gran tema, y en algún momento va a haber que poner una tasa de seguridad”.

Ese proyecto es sólo una hipótesis, pero Gennuso ya presentó otro más concreto como la llamada “ecotasa”, que incluyó en su último paquete de normativas fiscales y que deberán pagar -si resulta aprobada- todos los turistas que duerman en la ciudad.

Ante el rechazo casi unánime de los empresarios del sector el intendente dijo que algunos “no son coherentes y no dicen lo mismo en público y en privado”.

Sobre los empresarios opinó que “hay una tipología que los unifica, pero también hay divisiones, según los intereses comerciales”. Dijo que durante el último año la relación “no fue mala” pero admitió diferencias y disputas.

“Los empresarios y todos los sectores tienen que entender que nosotros los escuchamos pero tenemos que conducir, porque ése es el rol que los ciudadanos nos dieron”, afirmó.

Sobre la experiencia de Catedral Gennuso dijo no haberse apartado de su postura inicial. Ya que desde el primer momento habló de la falta de inversiones y de “una puerta abierta para adelantar la licitación”. Reconoció que ahora esa puerta quedó cerrada, salvo que Capsa cambie de posición. “Hablamos con muchos actores y aprendí muchísimo -aseguró-. Sobre todo que cuando hay intereses económicos la gente es muy mezquina”.

Consultado sobre los principales problemas de Bariloche el intendente dijo que “no pasan por la infraestructura, sino por lo simbólico y cultural, que es algo que no se cambia en un año ni en veinte”. Explicó en ese sentido que el barilochense “no se cree a sí mismo que puede tener un mejor futuro”. Según afirmó, tienen estudios de “focus group” que lo demuestran.

Agregó que “otro problema es que Bariloche es una de las ciudades con mayor desigualdad de la Patagonia y tal vez de la Argentina. Para mí es una cuestión clave, y para atacarla hace falta tanta ayuda interna como externa. Porque la desigualdad cuando es profunda lleva al resentimiento y la pelea”.

 

Fuente: Diario de Río Negro