12 de Enero de 2016 - Zoológico
La Rioja-Los jardines zoologicos
“Ya 200 AC los egipcios mantenían animales cautivos con propósitos de diversión. Lo mismo aconteció en China unos mil años más tarde.
A los romanos les eran familiares muchos animales que evolucionaron hacia su agrupamiento, apoyados por los feudales y la realeza; se mantenían también peces y aves.
En Inglaterra Enrique (1135) fundó un criadero que fue trasladado a la Torre de Londres, y fue mantenido allí hasta 1930. Lo mismo ocurrió en Francia. En París, Luis XI (1483), estableció una colección de animales que fue luego transferida al Louvre. Probablemente el más famosos de los zoo fue fundado por Luis XIV (1643-1714), en Versailles.
Estudiosos, naturalistas y anatomistas obtenían valiosos datos en investigación zootécnica. El Museo de Historia Natural de París y el Jardín de las Plantas, fueron organizados por Saint Hilaire, famoso naturalista que en 1794 metodizó el primer curso de zoología dictado en Francia.
En América, el criadero instalado por Montezuma (en México), último emperador azteca dio oportunidad a los europeos de observar por primera vez, un visón americano que había sido transportado desde muy lejos.
Hay modernos zoo, tanto en América como en Europa y otros continentes, la mayoría en ciudades, ya sean grandes o pequeñas, pero relevantes culturalmente. Uno de los más notables: la Sociedad Zoológica de Londres, creado en 1826 con particulares métodos de exhibición. Existen excelentes zoo privados.
La importancia de que una ciudad posea un zoológico es incuestionable. En el caso de La Rioja constituye un elemento formador de una conciencia, sobre la relación que existe entre el mantenimiento del medio ambiente y la presencia de animales.
Aparte de su función primordial que es la de mostrar diversas especies animales, está la de constituir un lugar de expansión para niños, adultos y estudiosos; donde se aprende de la madre natura, y se recrea. Los zoológicos de Buenos Aires y Córdoba, están entre los mejores de América.
Hay en el mundo lugares famosos, precisamente, por contar con establecimientos zoológicos, que son visitados por innumerables personas de diversas partes y extracciones. Mencionaré el de Cleveland Ohio, uno de los más grandes en los EE.UU.
Cuenta con las más variadas especies, tanto terrestres como marítimas, en enormes piletones juegan felices los ballenatos y otras especies, casi como en su medio de hábitat natural. Se pueden realizar verdaderos “safaris” fotográficos; como el que podría llevarse a cabo aquí mismo, en el de nuestra ciudad. Se nos presenta un catálogo biológico que capacitados guías, tanto turísticos como específicos en biología, pueden ir suministrando en el recorrido comentarios instructivos.
Lo especial de disponer de un zoológico de animales vivos, es que se puede realizar investigación, sobre todo si se está en contacto con una Universidad, lo cual debería ser casi mandatario; así como el producir elementos de uso médico, como sueros antiveneno, de variadas especies; especialmente de ofidios y arácnidos.
O sea, se puede disponer de acceso a un laboratorio propio, para ello, o se puede producir vacunas y sueros, además de estudios entomológicos de los insectos perjudiciales endémicos, etc. transmisores de varias patologías. Se debe confeccionar proyecto de formador de técnicos. Estos sueros tienen una demanda enorme en el mundo. En el zoo local se podría avanzar en este sentido, preparando estudiosos en centros especiales. Numerosas instituciones, tienen abiertas las puertas para este tipo de proyectos.
El predio que ocupa nuestro zoo es inmejorable, adecuadísima y de gran interés presente y futuro. Evitemos tener que hacer matar otro leoncito como se tuvo que hacer; lo que fue en realidad una tragedia. Apoyemos todos a nuestro zoo.
En Ginebra, Suiza, sede de organismos internacionales, es dable visitar y observar un zoológico de animales embalsamados, cuyas técnicas de preparación son enseñadas teórica y prácticamente, por profesores de la Universidad.
Se ve con alegría pájaros de estas latitudes, arreglados en su medio natural, como lo son el cóndor, el águila, y tantos otros. Se debe disponer de un preparador taxidermista, que es una escasa e interesante profesión. Una casa de altos estudios debería de poder amparar científicamente a un zoo”.
Dr. Daniel Rolando Bustos
Fuente: El Independiente