8 de Enero de 2016 - Relevamiento
La Rioja-El Zapallar: Olvidados en su propia tierra reclaman políticas inclusivas
Las familias de El Zapallar, a 380 kilómetros de esta Capital, tras el fallecimiento de una vecina que no recibió atención médica oportuna, se unieron para decir basta al olvido histórico que caracteriza a esos parajes precordilleranos y piden ser incluidos en la agenda del Gobierno. Desde una ambulancia, tubo de oxígeno, controles periódicos de salud y energía eléctrica, forman parte del petitorio.
A 40 kilómetros de Guandacol, en el departamento General Felipe Varela, se encuentra El Zapallar, enclavado en la precordillera de Los Andes, a más de 1.700 metros sobre el nivel del mar. Se llega por la ruta Sanmartiniana, pero un 80 por ciento del trayecto es sobre montaña, piedras y ríos, siendo algunos tramos de muy difícil tránsito.
El 31 de diciembre último, El INDEPENDIENTE llegó hasta el paraje, a la casa de Marcela Pérez, donde las familias de la comunidad se reunieron para brindar un mensaje a las autoridades, apelando a que se termine el olvido que existe con ellos, pero en esta ocasión reclamaron fundamentalmente políticas concretas por parte del Ministerio de Salud, que garanticen el derecho a la salud y que se cumpla la promesa del tendido eléctrico.
No tienen energía eléctrica, no tienen agua potable, sus viviendas son precarias, las familias numerosas, no hay almacenes, tienen una escuela y una sala de primeros auxilios, en total abandono por las diversas gestiones que pasaron por el Ministerio de Salud.
A El Zapallar y parajes cercanos como La Brea, La Aguadita, Las Cuevas, no llega la ambulancia con médico cuando tienen alguna emergencia (por disposición de la Zona Sanitaria se envía el móvil de la Policía), no tienen acceso a controles periódicos de salud para adultos y niños, las mujeres no saben de controles ginecológicos. El olvido que existe con esta comunidad se entiende, cuando ellos mismos relatan que la jefa de la Zona Sanitaria, Leila Ormeño, en todo el 2015 “no visitó el paraje”.
El fallecimiento de la vecina Micaela Verasay (44), mientras era trasladada en un móvil policia,l que envió el hospital de Guandacol para asistirla, con una enfermera y sin oxígeno, fue el detonante para que las familias se unieran para decir basta al olvido, y unidos del deseo de que no tengan que lamentar otra muerte más que les deje la misma sensación de impotencia, al no tener acceso a las mismas posibilidades humanas y de infraestructura sanitaria que todos los habitantes de La Rioja debieran tener.
Simona Uriche, Margot Verasay, Mercedes Uriche, Paola Fajardo, Fany Tamblay, Pedro Espejo, Marta Pérez, Eduardo Fajardo, Nery Tamblay, Hugo Verazay, Juan Cayo, Tamblay Rolando, Yamil Verasay, Emilio Perez, Joaquín Tamblay, Emilio Pérez, Fabiana Versay y Ramón Angel Uriche (hija y marido de la mujer fallecida), Estefanía Báez y Marcela Pérez, fueron algunas de las personas que dialogaron con este matutino.
“Lo único que tenemos es una salita de primeros auxilios que tiene una enfermera, y si una persona se enferma y no se puede mover de su casa tiene que venir a buscar a la enfermera. A mí me pasó que se enfermó mi señora y la tuve que venir a buscar a caballo, y a veces sin luz, sabe lo que es, que tenga que colocar una inyección con linterna, es muy complicado”, relató un vecino.
SIN LUZ
En El Zapallar ni en lo parajes cercanos no hay energía eléctrica, las casas tienen paneles solares, que funcionan con batería “pero se termina la batería y tenemos que andar con la linterna, pero si no hay sol no funcionan y a veces tenemos semanas que está nublado”.
Comentaron que recibieron una promesa, “supuestamente han bajado un proyecto para la luz, nos han prometido que para diciembre iba a estar la luz y nada, así lo prometió la diputada Roxana Tejada, nosotros queremos que llegue, sea la parte que sea”.
Al no tener luz el dispensario, la enfermera ni siquiera puede colocar las vacunas a los niños, puesto que no se puede mantener la cadena de frío de las vacunas. “La salita no tiene ni un panel solar, conque podría por lo menos tener luz”, acotaron los vecinos y expusieron malestar porque debido a las polémicas que se generaron en las radios de Guandacol por el fallecimiento de la señora Verasay, se enteraron que en el 2014 por gestiones del ex diputado Yamil Sarruff “se le había entregado paneles solares para la salita a la médica Leila Ormeño, y hasta la fecha no los colocó, y recién nos estamos enterando de esto”.
SOBRA VOLUNTAD
La enfermera sólo puede tomar la presión “y esas cosas, ni remedios hay, ella tendrá su horario, pero tiene una voluntad muy grande, porque está a la hora que la venimos a buscar, pero lamentablemente no tiene las comodidades.
Ella, para llamar para pedir asistencia para trasladar a un enfermo (a Guandacol ) tiene que dejar el enfermo y caminar dos kilómetros para poder llamar por teléfono, porque en la sala no tiene una radio (con la que comunicarse con la radio del hospital Guandacol), y en este lugar no hay señal para el teléfono”, comentaron.
A esto se suma que tienen puestos sin entradas para vehículo, y cuando tienen algún problema de salud, la enfermera “tiene que llegar a lomo de mula, esto es muy complicado y no tiene ni siquiera una tabla para trasladarlo al enfermo, se nos complica mucho”.
Como comunidad, decidieron hacer público lo que les hace falta, apelando a que las autoridades se hagan eco y les brinden una respuesta. Uno de los vecinos, Nery Tamblay dio lectura al petitorio que incluye: “una ambulancia 4x4, camilla para inmovilizar, oxímetro de pulso, medicamentos, cuello ortopédico, tubo de oxígeno, guías de suero, suero antiofídico, la luz, una heladera para conservar las vacunas, aunque sea una heladera a gas”.
“QUEREMOS AMBULANCIA”
Con relación a la ambulancia, consignaron que “sería mejor que esté acá, porque en Guandacol sería la misma cosa, entre que se pide la ambulancia y hasta que llega. La Policía nos ha auxiliado en varias oportunidades, yo en dos oportunidades tuve enfermos a mis hijos y vino la Policía, se enfermó la señora que murió y vino la Policía, nos está auxiliando más la Policía que Salud”, dijo uno de los jefes de familia.
Expusieron como un despropósito que a 40 kilómetros del hospital más cercanos tengan que estar comunicándose con las dificultades que tienen, por no tener una radio en la sala y falta de señal para la telefonía, “nos parece que el vehículo tiene que estar en el lugar para que se haga el traslado rápido, porque nosotros tenemos una enfermera y queremos tener esas comodidades”.
Manifestaron que solicitan “la ambulancia y siempre mandan el móvil de la Policía, la ambulancia nunca la mandan. Y cuando se pide porque un enfermo está grave, en lugar de mandarte un médico, te mandan una enfermera, cuando nosotros tenemos enfermera, lo que nos hace falta es el médico”, requirieron.
Si bien, la salita está desprovista de todo insumo, la enfermera es la única respuesta que encuentran cuando tienen algún problema de salud y esos días en que la enfermera se tiene que capacitar “nos quedamos sin nada”. Por ello, resaltaron que además sería importante que pudieran contar con otra enfermera más.
Del mismo modo, pidieron por el mantenimiento del camino, “que esté bien en condiciones, el camino no sirve para nada, es muy duro, malísimo, ahora se viene el tema de lluvias y vamos a quedar más aislados”. Al respecto recordaron el caso de una vecina embarazada que requería cesárea “y tuvo que llegar el helicóptero para trasladarla, porque la creciente se llevó la ambulancia” en el intento de asistirla.
SIN CONTROLES PERIÓDICOS
De acuerdo con lo narrado tampoco tienen acceso a controles periódicos de salud. “Los médicos vienen casi una vez al año. A los niños les ponen hasta cuatro vacunas juntas, por poco no los matan, si luego de las vacunas quedan dos y tres días en cama”, expresó Ramón Ángel Uriche.
Agregaron que la realidad de ellos es muy distinta a cuando el chico está en el pueblo y que si “no tiene todas las vacunas completas pasa por los padres que no los llevan, pero acá no, no vienen y se nos complica para ir todos los meses” a Guandacol, “tenemos que pagar vehículos en alquiler”, porque tampoco cuentan con servicio de trasporte público de pasajeros, aunque sea una vez al mes.
En relación a las mujeres, no tienen acceso a controles periódicos ginecológicos, habiendo mujeres que nunca se hicieron un Papanicolao y mamografía. Una de las mujeres contó que ella se hizo el Papanicolau en Guandacol “y nunca me vinieron los resultados y ya hace más de un año”. Otra vecina ironizó: “Acá somos muy sanas las mujeres o tenemos mucha suerte”, y añadió que hasta las mujeres embarazadas no pueden cumplir con el control como debería ser.
“VENGAN Y VEAN”
“No estamos diciendo que éste es el culpable o que no hace nada, estamos dando un mensaje para que alguien se acuerde de nosotros, que vea estas cosas, que venga, porque a veces se dice que la gente dice por decirlo, pero los estamos invitando a que vengan y que lo vean”, resaltaron los vecinos y acotaron que sólo son visitados “para el tiempo de elecciones, ahí sí, todos se acuerdan de nosotros”.
Finalmente, expusieron sus deseos de no tener que lamentar la pérdida de otro integrante de su comunidad, “porque es muy triste, ahora cuatro niños menores de edad se quedaron sin su mamá, es una familia que está dolida, queremos que el que sea responsable se ponga la mano en el corazón, o si no le pedimos a cualquier riojano que pueda ser solidario con El Zapallar, que colabore con nosotros, se lo vamos a agradecer porque lo necesitamos, es hacer Patria en este lugar, y estando a 40 kilómetros de donde hay un hospital”.
SUEÑO PENDIENTE: ENERGÍA ELÉCTRICA
El sueño de contar con energía eléctrica en El Zapallar aún sigue sin cumplirse. El último ofrecimiento lo recibieron de la diputada Roxana Tejada, que les prometió que para diciembre de 2015, ya iban a contar con el servicio, de acuerdo con lo manifestado por los vecinos, “sin embargo no ocurrió así”.
Las familias expusieron que tienen conocimiento que se aprobó un proyecto por el monto de 1.800.000 pesos, a cargo de la diputada Tejada, “pero sólo para el tiempo de elecciones vinieron, pusieron los poste por algunos tramos”. No obstante, al consultar a las personas que estaban trabajando, les informaron que los trabajos se pararon “por falta de pago”.
Asimismo, cuestionaron los trabajos que se hicieron, “los postes que pusieron el mismo viento lo está tirando”. Los vecinos remarcaron la importancia de contar con energía eléctrica “nuestros hijos no saben lo que es un yogurt”. También relataron que sus hijos tienen las computadoras que les dieron del Ministerio de Educación “pero no las pueden usar, porque únicamente las podemos cargar cuando vamos a Guandacol”.
Fuente: El Independiente