Viernes 14 de Marzo de 2025
14 de Agosto de 2014 - Julian Dominguez

JDP-El desatado y emotivo festejo de Tinelli y los jugadores!

San Lorenzo se consagró campeón de la Copa Libertadores de América por primera vez en su historia. Tras el pitazo final, llegó el momento de la celebración.

Los más de 40 mil hinchas de San Lorenzo recién pudieron dar rienda suelta a la algarabía y al festejo una vez que el árbitro brasileño Sandro Ricci pitó el final del encuentro y la victoria de los dirigidos por Edgardo Bauza entregó la ansiada Copa Libertadores de América, la primera en 106 años de historia.
El Nuevo Gasómetro vivió una jornada que pasó por todos los estados de ánimo en esas tres horas de permanencia de una feligresía azulgrana que se preparó para el "día más importante" de su existencia. 
Por eso se entiende, tal vez, que cuando restaban algo más de dos horas para el comienzo del partido, el estadio Pedro Bidegain ya lucía completo en casi un 80 por ciento. Solamente los ocupantes de la platea Sur asomaban "remolones". 
Desde temprano, los hinchas del `Ciclón` cantaron y desplegaron las banderas que identificaron a distintos sectores del país. 
Las barriadas distinguidas, entre tantas otras, fueron Monte Grande, Caseros, Mataderos, Tristán Suárez, Ciudad Evita, Villa Soldati, Villa Bosch y Ciudad Madero. Pero también hubo `trapos` que llegaron desde Mendoza, Rosario, San Juan o Córdoba. 
No faltaron, tampoco, las presencias ilustres. Además del vicepresidente y conductor televisivo Marcelo Tinelli (quien observó inquieto el partido desde un palco) se pudo divisar a ex jugadores y entrenadores de la institución, algunos en funciones periodísticas como Alberto Acosta o Héctor `Bambino` Veira, otros simplemente como hinchas como Norberto Ortega Sánchez o Angel Bernuncio (hoy director técnico de All Boys). 
También estuvo el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez.
Minutos después de las 21, cuando el equipo saltó a la cancha se produjo la primera gran conmoción de la noche. Previamente, la presencia con ritmo de reggaeton de un desconocido J. Balvin no había hecho mover a prácticamente ninguno de los habitantes del estadio. 
El silencio imperó durante la primera media hora cuando el equipo paraguayo dominaba el desarrollo, aun sin generar demasiadas chances de riesgo, a excepción de ese remate de Derlis Orué que rozó el palo, apenas comenzada la lucha. 
Hasta que llegó esa mano del lateral Ramón Coronel ante un tiro de Martín Cauteruccio y el árbitro Ricci sancionó el penal que provocó el segundo delirio de la noche. Y la ejecución del especialista Néstor Ortigoza, la tercera explosión. 
El gol trocó el clima de ansiedad y nerviosismo que invadía a casi todos. Inclusive, a los de adentro de la cancha que a partir de una circunstancia de esas que tiene el fútbol (que un equipo haga un gol cuando peor la pasa) lograron una tranquilidad que asomaba necesaria. 
En la segunda parte, el equipo pudo asentarse, ya no pasó tantas zozobras y solamente hubo `un nudo en la garganta general` a eso de los 32m., cuando Fredy Bareiro llegó, mal pisado, y ensayó un remate que fue tapado por un defensor y la pelota se fue al corner. 
La salida anticipada del ídolo Leandro `Pipi` Romagnoli, a dos minutos del final y para que todo Boedo lo distinguiera con una estruendosa ovación, y los cinco minutos de adicional decretados por el árbitro brasileño formaron parte de ese condimento que todo hincha de San Lorenzo ya tiene asimilado como propio: ese de ganar con sufrimiento, sin que generalmente le sobre mucho. 
Pero en esta ocasión, el desahogo y alivio permitió un premio grande. El de una Copa Libertadores que venía postergada desde aquella primera edición de 1960 y que ahora permite el pasaje a un Mundial de Clubes, a jugarse en diciembre en Marruecos.
 
Fuente: Ovación (Caba)

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