Este martes el Gobierno bonaerense declarará la emergencia agropecuaria en los distritos más complicaciones por las intensas lluvias en el interior de la provincia, que comprometen los cultivos de soja, maíz y trigo, entre otras materias primas. Las solicitudes, que implican beneficios impositivos para los productores afectados, serán analizadas a partir de las 10.30.

Eso tendrá lugar en el marco de una nueva reunión de la Comisión de Emergencia y Desastre Agropecuario (CEDABA) que integran el Ministerio de Asuntos Agrarios, Banco Provincia y ARBA -en representación de provincia- y las principales entidades rurales con gravitación en suelo bonaerense -es decir CARBAP, Federación Agraria, Sociedad Rural y CONINAGRO-.

Entre los partidos que elevaron sus pedidos figuran Alberti, General Las Heras, Monte, Navarro, Chacabuco, Pila, Bragado y Chivilcoy.

Es importante señalar que este beneficio permite a los productores la prórroga del pago de varios impuestos, como el Inmobiliario Rural y los vencimientos crediticios del Banco Provincia.

La declaración de emergencia o desastre es un mecanismo habitual cuando la naturaleza, por distintas vías, golpea a las zonas agrarias. Y para provincia, ciertamente, significó un punto de encuentro con el sector desde fines del año pasado a la actualidad: la ola de calor y sequía vivida en varias regiones, principalmente en el sudoeste y parte del noroeste, generó un acercamiento que culminó -entre otras cosas- con estas exenciones para los productores afectados.

Pero no fue lo único. En rigor, como el sciolismo piensa en las elecciones del año próximo, funcionarios de la administración comenzaron a enviar una serie de guiños para el sector fundamental en la economía de la provincia y el resto del país: y el gesto más significativo fue el pedido de bajar las retenciones sobre algunos cultivos que sufren la presión tributaria en demasía, como el trigo.

Eso hizo, por caso, el ministro de Asuntos Agrarios bonaerense, Alejandro Rodríguez: el funcionario sugirió la posibilidad de disminuir la carga tributaria en abril por primera vez, ganándose el rechazo del ministro de Economía, Axel Kicillof. Pero reiteró su propuesta en varias ocasiones luego de eso y hasta tuvo importantes cortocircuitos con sectores afines a la Casa Rosada, especialmente la escuadra de Julián Domínguez, ex ministro de Agricultura.

Implícitamente, Rodríguez cargaba contra el ahora titular de la Cámara Baja por la caída en la producción de trigo y maíz, las bajas exportaciones de carne y cierta merma en el sector lechero. Y contraponía su propia visión, no sin romper con uno de los tabúes más característicos del kirchnerismo desde el conflicto con el campo en 2008, como es la cuestión impositiva que pesa sobre los productores rurales.

No cabe dudas que el trato de la Gobernación con el campo bonaerense, sobre todo en meses recientes, es decididamente más pulido que el que tiene la Nación. Y eso causó, durante semanas recientes, no pocas idas y vueltas.

 

Fuente: 24 Baires (Buenos Aires)