13 de Julio de 2014 - Julian Dominguez
Mendoza-Mascherano te sacaba el presupuesto sin deuda y ganaba plata
Ganadores y perdedores en la terrible pelea del año donde perdimos todos. Además, algo oscuro que estuvo pasando en los hospitales. De postre: ¿Y Cleto, en qué anda?
El gordo no sabía, a esta altura del día, si lo que le cabía mejor era felicidad, ansiedad, los nervios, o qué. Futbolero viejo, había vivido “in situ” las finales del ’78, el ’86 y el ’90 y aunque esta vez se había quedado en la patria chica; la procesión iba por dentro de todos modos. Había ambientado el quincho a pura argentinidad con sus cábalas de siempre: La camiseta número 14 de 1978 a franjas anchas, firmada por el “Pulpo” Luque e inmortalizada en un mural... Mundial raro aquel, donde el Pato Fillol atajó con el número 5, cosas de aquellos años. Julián guardaba además un puñado de césped del estadio Azteca que había arrancado con sus propias manos en 1986 después de la final, tras engullirse dos puñados; atesoraba el ticket de entrada a Italia-Argentina en Turín aquella tarde-noche de las manos mágicas del Goyco… La tapa de El Gráfico con la “Mano de Dios…” Había de todo. El quincho parecía una gomería de la Cuarta de Fierro esta tarde.
Para darse ánimo Julián se había puesto la camiseta de River, la número 5 de Mascherano que antes habían usado Leo Astrada, el “Tolo” Gallego, “Mostaza” Merlo, y por supuesto el gran “Pipo” Rossi; entre muchos otros, para hacer el asado, único plato posible en la previa de la final de la Copa Mundial de Fútbol.
El gordo había ordenado los cortes de buena carne argentina casi de modo obsesivo sobre la enorme mesada del quincho. Los más gruesos al principio, para condimentarlos antes e ir sacando el asado por tandas. Había dejado la carne tres horas afuera de la heladera, como mandan las normas del buen asador, y las llamas ya se hacían brasa y ceniza bajo la parrilla. Con los hierros a la temperatura adecuada, Julián puso todo al fuego. Sólo había preparado su salmuera “especial” para hidratar y saborizar el asado: sal gruesa, ajo y un toque –apenas- de pimienta. Esta vez había conseguido punta de espalda, matambre que hizo “a la pizzaiola” con salsa de oliva, tomates, albahaca, ajo y queso Cuartirolo con el grado de acidez exacto. De arranque, unos chori tipo “de cancha” para ir ambientando, con chimichurri. Y entero, nada de chorizo mariposa. -Eso es un cuento gourmet- le dijo al Ruso, que estaba concentradísimo en uno de los grupos de Whatsapp de su teléfono. –No vas a creer lo que me están contando…- disparó.
-¿Qué cosa?- preguntó el gordo, prestando atención más por cortesía que por interés genuino. –Haceme acordar que antes de irnos te cuente qué político peronista de Maipú, de los muy pero muy pero muy importantes, fue invitado del “Chiqui” Cazabán al departamento del mismísimo Sergio Massa un par de semanas atrás…- contó. El gordo cayó enseguida.
-¿En serio?-
-Sí…- dijo el Ruso y siguió metido en su Smartphone. El gordo sonrió al acomodar los últimos cortes sobre la parrilla. “Los compañeros siempre caen parados”, pensó. Y claro. Por eso el peronismo tenía 70 años de vigencia.
Desde el cuadro que ornamenta la pared norte del quincho, la que da a Las Heras, cientos de miles de hinchas de camisa y pantalón y pañuelo de cuatro nudos en la cabeza iban desfilando rumbo a la cancha del Cielo. Evita Capitana, el General y el Comandante Presidente aguardaban en la alfombra roja del palco central, mientras Eternéstor organizaba la reventa. Todo estaba como debía ser, como en la previa de una gran fiesta, o de una desilusión. Lo mismo da, a esta altura de los acontecimientos.
Los muchachos fueron llegando de a uno. Ludovico, el único ganso del grupo que había pasado por todas las experiencias políticas (igual que los hippies de los sesenta pero de ahora), estaba furioso con “Aerocámpora”.
-Quise ir a Río desde Buenos Aires… son unos delincuentes… Hace diez días el pasaje costaba cerca de 8.000 pesos y de dos o tres tirones llegó a costar 30.000 mangos e incluso más con impuestos y tasas…- comentó, tomando su lugar en la mesa. El Chito sonrió. -¿Vieron? Es la revolución progresista…
-No me jodas… saben qué… los muchachitos son progres en el discurso, pero con los precios de los pasajes a Río para la final actuaron como los más despiadados defensores del mercado financiero. Con Aerolíneas -que es la famosa “empresa recuperada”- y toda la épica de la reconquista, hicieron lo que hacen los buitres. Y subieron los pasajes 300 %. Paul Singer los habría cobrado más baratos… ¡¡30.000 pesos!! ¡Imaginate! ¡Una lógica abusiva, y dicen que defienden a los que menos tienen… con eso se aseguraron que sólo vean la final los más acomodados! ¿Qué revolución es esa?- se preguntó y preguntó Ludovico, viendo sin mirar las imágenes de Cristina y Putin que devolvía la TV pública. ¡Camporistas, impiadosos e impúdicos capitalistas aprovechados!- se quejó el ganso –o ex ganso- del grupo. Los muchachos lo consolaron. –Bueno, lo mirás en familia… acá… con amigos… si igual está muy difícil… Es casi imposible… Mirá… Estos alemanes que juegan la final son jugadores de fútbol porque se dedicaron de manera profesional, tecnológica y científica a la pelota desde que eran nenes… y con la misma fruición habrían sido todos excelentes ingenieros nucleares, médicos o matemáticos… Te ibas a gastar 30 lucas mal gastadas…- dijo el Ruso, acostumbrado a la parte práctica de los negocios. Julián los interrumpió.
-Imposible… es nada… Mascherano puede con todos…- dijo el gordo.
-Y bueno… hubiese sacado el presupuesto…- dijo el Omar, el radical-radical-radical que habla con todos, menos con uno; y con los primeros cortes del asado y la botella de “Nosotros” de Susana Balbo; la mesa entró en el tema.
LA PELEA DE LA PLATA
-A mí lo que me parece es que esto es un triunfo de la “política”, entendiendo por tal la negociación de los dos partidos…- quiso empezar el gordo, y Chito lo cortó en seco.
-Mirá Julián… “la política” es la que nos llevó hasta acá. En estos meses y en estas últimas semanas hemos visto lo peor de Mendoza. Hasta peleas con la Corte por una violación a la Constitución, empecinamientos de los más diversos, empobrecimiento de ideas y del debate… han estado discutiendo por un puñado de millones de pesos y nadie discute cómo van a hacer para que esta provincia que tiene un Estado enorme e ineficiente que se come el 90 % del presupuesto, genere otro Estado distinto que promueva el desarrollo pleno de Mendoza. Y eso con la plata que hay, porque no hay más. Se acabó. Se la gastaron dando paritarias irresponsables y de esto son responsables todos, que es como haber metido diez mil tipos más… o más… qué se yo… a la provincia… ¿Quién está hablando del Estado que necesita Mendoza, de cómo van a hacer para que con esta misma guita tengamos mejores Salud, Educación y Seguridad?- ¡Están jugando a las estrellas de Hollywood mientras Mendoza se empobrece, o a ver quién la tiene más larga! ¡Es de una irresponsabilidad tremenda!- se quejó el empresario del grupo, con muchos amigos en la paleta de proveedores del Estado, y que habían sufrido el corte de la cadena de pagos durante casi tres semanas. El Omar quiso mediar.
-Yo no estoy totalmente de acuerdo Chito… si algo consiguió Cornejo, más allá de su tozudez de nueve meses, como un embarazo, es hacer que la gente común o la que no está directamente en la política empiece a hablar de la calidad del gasto. De cómo y en qué se va la plata. A ver… vamos por partes… Tenés razón en lo que planteás y el desafío del próximo gobierno o de los próximos dos gobernadores será ver cómo se repara el daño que la propia política, peronistas y radicales especialmente, causaron al Estado engordándolo a más no poder, aunque con responsabilidades distintas porque hay unos que son gobierno hace siete años y los otros no, aunque fuimos cómplices o colaboradores, porque la verdad es que éste radicalismo le bancó a Paco los presupuestos de 2012 y 2013. Entonces –y sobre todo después de que la Corte les dio el planazo a los amigos de la Avenida Peltier con el amparo rechazado- los proveedores del Estado, los constructores, los empresarios de varios rubros, empezaron a interesarse en las finanzas provinciales cuando veían que los pagos no salían y que estaban de rehenes. Miren: muchos, pero muchos tipos de negocios fueron a verlo a Cornejo para preguntar cuál era la verdad o si el problema era económico o político o si el gobierno exageraba o no. Las dos “roscas” distintas de la Cámara de la Construcción, los de la FEM, productores, comerciantes, bodegueros… Lo mismo muchos dirigentes deportivos… De alguna manera, la calidad del gasto fue planteada aunque no nos guste que ocho meses después se haya aprobado el mismo presupuesto que Enrique Vaquié propuso en el verano, con 34 millones de mangos de diferencia…- dijo el Omar y tomó aire antes de seguir:
-La verdad es que todos querían un arreglo con el gobierno. Todos. Los que quedaron en el medio de la pelea que son los que les venden cosas a este Estado que aumentó su peso del PBG al doble hicieron muchísima presión. El petiso es duro pero no es suicida. Y por eso aflojó. La caza de rehenes que el gobierno salió a hacer dio resultados, porque la verdad es que la semana que viene aún no estará aprobado el presupuesto que acordaron ni tomada la deuda nueva ni habrá más guita que hoy, pero los pagos van a empezar a salir porque del gobierno les han dicho eso a los empresarios. Habían cortado pagos de todos los colores, contratos de los diputados radicales, los intendentes territoriales hacían mucha presión porque querían arreglar con el Paco sí o sí… Y entonces salió el acuerdo… vamos a ver qué pasa ahora cuando empiecen a discutir el presupuesto 2015…- dijo el Omar, y bajó la parrafada con un trago de Malbec. El Chito se quedó alelado por el rosario de excusas.
-Al final razonás igual que los funcionarios… Miren muchachos… no hace falta ser un experto en economía para entender esto: Esta situación tiene tres componentes esenciales. Pongan el porcentaje que quieran de cada uno y lo discutimos. Uno es la situación general que viene mal. Es decir, la recesión. Lo segundo es el problema evidente en gestionar en la dificultad y con déficit. Es decir, ese famoso “90 % del presupuesto que está gastado”, como nos dicen. Y lo tercero, la sobreactuación que hubo, los problemas con el amparo y con la Corte, el castigo pleno a los proveedores mientras se premia a empleados estatales que entraron de a miles en estos años de la mano de la política, privilegiando al Estado-Elefante. Ese es el cóctel…- dijo el empresario. Sus amigos se quedaron esperando más:
-Una provincia como Mendoza que no genera nuevas riquezas para agrandar la torta, que tiene un Estado con gasto público creciente e improductivo, que no tiene un banco para financiar nuevas actividades ni emprendimientos ni crecimiento alguno, con un Fondo Para la Transformación que representa monedas en la Economía, sólo tiene una herramienta posible para crecer y hacer algo de política y ésta es el equilibrio fiscal: cómo gastamos la guita que hay para hacer mejores cosas, porque más plata no va a haber, más que la que la inflación de los supermercados y los combustibles y los costos financieros –lo que más aumentó- nos ha dado este año. Y bueno… ese equilibrio fiscal nos lo empezamos a rifar en 2006 y 2007, vendimos casi todos los números de esa rifa en 2011, y en 2012 y 2013 quedamos planchados y este año, acogotados. Y de esto el radicalismo y el gobierno han sido casi socios, aunque reconozco que con menores porcentajes de participación porque la responsabilidad es del que gobierna…- insistió el Chito, y se sirvió una porción de matambre con la mayor solemnidad posible. Los amigos lo escucharon en silencio. –Yo quiero que alguien me diga cómo van a hacer para transformar Mendoza de la provincia que va al empobrecimiento, en algo mejor…- insistió. Julián, que había estado callado casi toda la noche, aportó lo suyo.
-Hay que hacer micropresupuestos. Y revisar en serio y con conciencia cívica, con actitud republicana y solidaria, cada gasto del Estado. Es cierto lo que dice el Chito. Dentro de dos años nos vamos a endeudar para comprar gasas del Hospital Central, como dice el petiso, y es cierto también que no hemos aguantado las presiones de la Raquel y de todos los gremios que han sacado sus tajadas importantes de guita. Acá, la malaria empezó hace tres semanas para los proveedores que no cobraron mientras los muchachos del Estado recibían sus aumentos y sus retroactivos. Todo eso es cierto… pero bueno… hay que empezar por algún lado. Yo lo que digo es que hay que revisar cada peso en qué se pone, para qué, cuánto más va a curar, o educar, o prevenir, para que ese peso agregue valor. Es un laburo de locos pero es la única forma, y empezar a reubicar empleados. Planes de retiro voluntario, seguros de desempleo por tres años, jubilaciones, revisar cada escuela donde sobran porteros y poner policías… y que los penitenciarios sean penitenciarios y no una puerta de ingreso de adscripciones, y que las horas cátedra sean de los profesores y no de los ñoquis… todo eso es posible. Es mucho trabajo, pero hay que firmar un compromiso de hierro para hacerlo, porque la macana grande, haber engordado este Estado hasta que nos hizo rehenes a todos, ya está hecha…- dijo Julián. Los demás asintieron en silencio. El Ruso quiso distender un poco.
-¿Cómo fue que se destrabó este lío?
-El cómo es difícil. Porque todos se adjudican méritos…- dijo el gordo, y siguió de largo:
-El hecho de que los radicales hayan tenido una posición “casi” única fue lo que ayudó, lo mismo que el PJ se haya mostrado al lado del Paco y que hayan acordado la cifra, que es un capítulo aparte. Pero lo determinante fue el contexto de recesión en que todo esto ocurrió y que terminó generando miedo en el peronismo y en los radicales. Ya nadie sabía qué era amenaza de no pagar y qué era verdad, y la situación macro de la Argentina que no ayuda. Si en ese marco de caída de actividad vos no acordabas para que algo pase, hubiese sido un suicidio escandaloso para todos y acá sucedía cualquier cosa. El “pack” negociador del Olfi, Ciurca y Tanús por un lado donde unos eran los policías buenos y otros los malos, y el de los radicales con Pinto a la cabeza con estrategia parecida dio resultados. Hubo un encuentro muy secreto en la oficina del Olfi el jueves con el Pato Pinto, que tenía mucha presión del Mario Abed y los “territoriales” para arreglar. Uno de los mozos de la Casa de Gobierno escuchó que el Pato le decía al “Olfi” Lafalla “Yo te voy a ofrecer 760 millones de pesos y vos pedime 800 palos y eso es lo que va a salir” y eso es lo que al final pasó. Pero tenemos que tomar conciencia todos de que esto así no va más: o achicamos el déficit fiscal, revisamos todos los gastos, o nos hacemos un banco, o promovemos la minería, o salimos a matar por Vaca Muerta como Sapag… o nos endeudamos por diez generaciones… pero algo hay que hacer. Yo coincido con Chito, en el fondo, en que hay que sanear el Estado. Pero también comprendo a los compañeros que dan trabajo… Muchachos… la política no es gratis… cuesta plata…- dijo el Gordo, y el Chito le dio un patadón por debajo de la mesa. El Omar aportó un chisme que le había contado una vieja amiga del Hospital Lencinas.
-Ché… no me van a creer… pero lo de recostarse en la izquierda de Del Caño, a la Raquel y al Roberto Macho les va a restar votos… No todos los estatales quieren estar con la zurda…- dijo el radical del grupo.
-¿Por?
-Miren… hubo unas elecciones en el Lencinas porque un delegado se retiró. El Lencinas es “el Hospital” del Roberto Macho. Él y la Raquel tenían un candidato, y otros muchachos les armaron una lista enfrente y les ganaron… ¿Podés creerlo? Yo creo que en ATE se va a cocinar una interna tremenda…- especuló, mientras miraba cómo Julián le servía las primeras costillas arqueadas de la noche.
-¿Por una elección en un hospital? No creo…- cruzó Julián.
-El tema no es la elección en el hospital sino el alineamiento político. Una cosa es que miles de tipos la sigan a la Raquel por los aumentos, en verdad jugosos estos años, y otra muy distinta es que la sigan en el camino político que eligió. Son los riesgos…- insistió el Omar. El Ruso contó otra de médicos.
-Miren muchachos… con los doctores y la gente de la Salud están pasando cosas pesadas… Hay muchas cosas que no trascienden… pero bueno… hay un “paper” circulando… Yo entiendo… los sueldos de 40 lucas, todo lo que quieran… Entiendo que hay personal que se rompe el tujes como Mascherano ante Robben, que trabajan día y noche… Tooooooodo lo que quieran… pero alguno que se ponga el guardapolvo y me explique esto: En el Schestackow, a principios de año se produjo la destrucción de uno de los “autoclaves” el hospital, que es una cosa de paredes gruesas de metal a alta presión… La explosión rompió de todo… y parece que lo que falló fue la válvula de seguridad y hay un informe que dice que pudo haber sido trabada ex profeso. En el mismo hospital a principios de año dejó de funcional el equipo de Rayos X. ¿Saben qué tenía? Alguien le había cambiado la polaridad a los cables. Otro informe que anda girando dice que en el Paroissiene les ponían cintas a las bocinas de los equipos de Terapia Intensiva porque el ruido molestaba. ¿Ustedes saben que esos equipos marcan signos vitales de los internados, no? En el Notti, el año pasado un cirujano no hizo una cirugía de columna y dio un argumento técnico. Después, descubrieron que tenía “un compromiso”. A la cámara de un microscopio en uno de los hospitales, muy sensible y de difícil acceso, le torcieron un cablecito hasta romperlo. Lo han tratado de desmontar. No hay ni cotización de reemplazo de la guita que cuesta… ¡Y son aparatos de la Salud! A un monitor cardiovascular le arruinaron una pantalla táctil de 40.000 pesos con una birome… Todo esto pasó en medio de los conflictos. Entonces muchachos, cuando hablemos del Estado, veamos también estas cosas, que pasan, y revisemos cada peso que se gasta y que se invierte. Y en quiénes.
-Yo conozco el caso de una médica que se pidió licencia por embarazo, se la dieron, y después se consiguió como 200 días más con certificados médicos firmados por el esposo médico y un cuñado…- dijo el Omar, algo avergonzado. –Y eso que no les cuento que muchos doctores te ponen el taxímetro a la hora de entrar, pero son pocos los que llegan a horario… Ni idea de las horas-médico que no se laburan y se pagan…- dijo. Al Chito se le habían pasado el hambre y las ganas de ver el partido del domingo. El gordo batió las palmas un poco para recuperar el clima: -¡Vamos muchachos… que no se corte…. Si hay tiempo de darla vuelta esta provincia, pero final de un Mundial tenemos cada 24 años… así es que vaaaaaamosssssss… a cambiar la carita!- convocó. La cena siguió tranquila, recordando anécdotas de los mundiales, cábalas, goles históricos, emociones, y con una sesuda discusión acerca de si se le puede ganar a Alemania o no. Después del suculento asado que el gordo había acompañado con cebollas al rescoldo y verduritas salteadas al horno, llegó la hora del postre: mandarinas recién cortadas, de un mandarino que estaba en el patio del quincho desde hacía más de 50 años. Los amigos se abrazaron con ganas, porque las vacaciones de invierno les obligaban a una pausa de unos días. En una de las noches más crudas en lo que va del invierno, emprendieron calle abajo con los abrigos hasta el cuello y la bufanda apretada.
-Gordo… ¿hay ganadores y perdedores de esto?
-Algunos hay. Todos ganaron y perdieron un poco. A ver… el gobierno ganó la pelea táctica porque consiguió dos tercios del endeudamiento que quería, pero perdió la pelea de fondo porque quedaron en evidencia la entrega del Estado a los gremios estatales con el festival de aumentos, y todos los problemas de gestión acumulados en siete años. Pero a Paco la cacería de rehenes le dio resultado. Cornejo ganó porque consiguió condicionar el presupuesto a algo más racional y que se discuta aunque sea un poco la calidad del gasto, pero tuvo que ceder ante la propia rosca radical y el apriete interno de intendentes y jefes políticos y proveedores varios acuciados por la interrupción de la cadena de pagos. Del endeudamiento “cero” pasó a 800 palos. Los proveedores perdieron todos, aunque los de obra pública van a recuperar pronto la cadena de pagos porque no se puede parar, y fueron los que dijeron que había que hacer un fideicomiso de obra pública. A Vaquié no sé si ponerlo de ganador pero sí de acertado. Van a terminar aprobando el presupuesto que él mismo armó hace ocho meses. Y es de los que habló mucho tanto con el Alfredo Cornejo como con el Paco. Mirá… no hay ganadores… en esta perdimos todos… Salvo los gremios y sus representados, que me parece bien que todo el mundo gane lo que quiera o pueda, pero esto es a costillas de una provincia asfixiada para el Estado que vos sabés que tenemos…-
-Pará enfurecido… estamos a horas de un momento histórico y te amargás por la provincia… ¿Qué sabés de Alí Gagá?
-Poco y nada. Está guardadísimo… pero cuando puede hace algún lío… viste cómo es…
-Pero qué cosa ché… ¿En qué anda Cobos?
-Ahí anda… le fue muy bien en Tucumán… Andan contando la anécdota de que en un lugar le sirvieron un vino tucumano que se llama “Julio Julián”. Parecía joda porque el que andaba por ahí y había llenado de carteles era el Julián Domínguez e incluso se cruzaron. Pero bueno… el Julio va con todo lo que tiene… después del Mundial y de cumplir compromisos por el Norte, se va a meter de lleno en el conurbano bonaerense. En su campaña creen que hay que reforzar ahí y que eso le va a mejorar mucho en las encuestas. Hay otra cosa. Aunque les ha dicho una y un millón de veces que no, hay un grupete de radicales con el Chirola Marín y algunos más, pidiéndole que sea candidato a gobernador… Pero les ha echado flit…
-Mirá que son complicados los radicales… ¿eh?
-Decimelo a mí, que soy peronista y no los entiendo…
-¿Te enteraste la del fiscal Truchelli?
-No… ¿Qué pasó?
-No es lo que pasó si no lo que ‘no pasó’. En un caso penal de amplia repercusión se “olvidó” de hacer alguna pericia que le están reclamando y puede que haya problemas por eso.
-Y bueno… que rinda cuentas… Decime una cosa, y que sea la verdad cruda, vos que viste mucho fútbol en tu vida… ¿Vamos a ser Campeones del Mundo?
-¿Tiene importancia?
-Sí. Quiero gastar a Brasil hasta que me harte y quiero ser el mejor en algo y quiero tener alegrías y salir a la calle y gritar por la celeste y blanca… y que nos respeten en el mundo y los fondos buitres se vayan al carajo, y olvidarme una hora de que estamos todos divididos y besar la camiseta y abrazarme y llorar con mis amigos y con los desconocidos y todas esas cosas que se hacen cuando sos el Campeón del Mundo.
-A ver… ¿Creés en los milagros?
-También ocurren… ¿no?
-Sí. Y rezá. Vas a ver que Dios es argentino…
-…-
Y así, dicho lo último, desaparecimos en el sentido estricto de la palabra.
Fuente: Mdzol (Mendoza)