10 de Julio de 2014 - Julian Dominguez
JDP-¿Cristina podría capitalizar un triunfo de la selección el domingo?
Argentina está a un partido de ganar la copa de la FIFA y el Gobierno analiza el rédito político que puede obtener
Como en la pelea con los fondos buitres, la victoria de la selección argentina de fútbol ya es para el kirchnerismo otra "causa nacional" para exprimirle todo el rédito político posible. Es evidente el impacto emocional de volver a una final de la FIFA después de 24 años, el aroma a recuperación de gloria perdida, pero asoma como una incógnita el rédito real que podría obtener Cristina Kirchner ante una posible victoria de Argentina ante Alemania.
Ya aparecieron editoriales periodísticas que asocian la victoria de ayer con el avance del "Estado de bienestar" y la caída de las políticas neoliberales, como el de la kirchnerista Agencia Paco Urondo. Y hasta se utilizó el triunfo en la semifinal en interna kirchnerista, donde el inefable Pepe Albistur que al parecer ahora trabaja para Julián Domínguez, se mofó de la “ola naranja” de Daniel Scioli, tras la victoria de Argentina contra la “naranja mecánica” holandesa.
Alberto de Fazio le respondió, aunque tibiamente, “Julián, el ingenioso…” tuiteó el diputado provincial. Como un hincha más, Sergio Massa escribió tres tuits con la victoria de la selección, igual que muchos otros dirigentes políticos, apasionados de fútbol.
Scioli, en cambio, no manifestó su emoción en la red social. Eso sí, había armado fixtures para el mundial para dispositivos móviles. Cuando instalabas la aplicación y la abrías desde tu celular, te ofrecía el calendario de partidos y siempre abajo en grande “Scioli 2015”.
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En rigor, el intento por aprovechar políticamente los triunfos de la Selección no es materia novedosa en la Argentina. La dictadura fue pionera en esa materia con la organización del Mundial 78, con todos los jerarcas en la cancha recibiendo el trofeo.
Y luego lo hizo Raúl Alfonsín, que después de ganar el mundial de 1986 le ofreció el balcón de la Casa Rosada a Diego Maradona y sus compañeros, para que pudieran festejar con la gente en la Plaza de Mayo. Aunque en su caso no sirvió de mucho, fue derrotado en las elecciones que siguieron tanto en el 87 como en el 89.
"En Argentina siempre ha habido aprovechamiento de los mundiales, y esto no va a ser una excepción. Es cierto que el ánimo colectivo puede mejorar, pero cuando el consenso ya está en crisis, no hay manera, y Alfonsín es buen ejemplo de que esto”, reflexionó el sociólogo Marcos Novaro, ante la consulta de LPO.
“Yo creo que la situación global no va a cambiar tras el mundial. Lo único que puede alterar el cuadro general es un cambio de tendencia en la economía. ¿Y esto depende del mundial? No”, sentenció el sociólogo.
Un encuestador que trabaja con uno de los tres candidatos presidenciales más fuertes, explicó a LPO que según sus estudios la espuma del Mundial ganemos o perdamos los obliga a postergar hasta agosto la medición de los candidatos que estaba prevista para después de la final, porque la gente "está con la cabeza en el Mundial". "En principio, estimamos que la feria mundialista dura hasta fin de Julio", sintetizó.
El contraejemplo brasileño
Al PT de Dilma y Lula le salió el tiro por la culata, imaginaron que podían ganar el mundial y que la euforia futbolera gravitaría en las elecciones de octubre próximo. Pero la humillante derrota a la que fueron sometidos ante Alemania, más ciertos problemas de infraestructura que presentó el país anfitrión, los dejó complicados.
Los número de Dilma habían subido unos puntos luego de la visita del Papa Francisco a Brasil, pero ahora el que crece es el socialdemócrata Aecio Neves, gobernador de Mina Gerais, nieto de Tancredo Neves, quien fue elegido presidente y murió poco antes de asumir el mandato.
Preocupadísima, Dilma quería jugar por el tercer puesto con Argentina. Soñaba con golear a la selección al menos por 4 a 0, como premio consuelo “para no quedar tan mal”, según consigna la Agencia Télam.
Acá la cuestión es diferente. Las primarias recién serían en agosto de 2015, con lo cual el efecto mundial, en caso de victoria argentina, se lo va a devorar la agenda. En segundo lugar, si el gobierno abusa de esta posición, puede despertar la bronca de mucha gente, abrumada por la inflación creciente, presión tributaria y corrupción generalizada.
“Hay que ver la repercusión de las campañas publicitarias en los programas del mundial. Lo que a uno personalmente le genera es un poco de hastío, y hasta gracia, porque es muy claro el final del ciclo”, agregó Novaro.
“Lo que veo es que el ánimo colectivo sigue en este tren de final de ciclo no catastrófico. Con un gobierno que está de salida y la gente lo sabe, y hasta en parte por eso empiezan a moderarse los comentarios negativas”, completó el sociólogo.
Si bien ya empiezan a circular algunos ensayos, por ahora Cristina Kirchner no manifestó su felicidad por la victoria de la selección. Todo indica que espera con cierta prudencia la final del domingo.
Fuente: La Politica On Line (Caba)