En la vida cotidiana, una sola persona puede generar entre uno y dos kilos de basura al día, por este motivo es importante implementar la separación de basura, desde el hogar. 

Realizar un ecoladrillo comienza desde la simple acción de separar la basura orgánica e inorgánica. La orgánica o biodegradables (se descomponen naturalmente). Tiene la característica de poder desintegrarse o degradarse rápidamente, transformándose en otro tipo de materia orgánica, por ejemplo: los restos de comida, frutas y verduras, sus cáscaras, carne, huevos; por otra parte está la basura inorgánica, que por sus características químicas se descomponen lentamente. 

Muchos de ellos son de origen natural pero no son biodegradables, por ejemplo: los envases de plástico, las latas, vidrios, plásticos y gomas. 

La mayoría de los productos que consumen los seres humanos son o tienen un porcentaje de plástico, lo que genera un grave impacto en el medio ambiente y en los recursos naturales cuando se convierten en basura, debido al lento proceso de degradación. 

En dialogó con EL INDEPENDIENTE, María José Navarro, quien encabeza el proyecto “Construir un taller diferente” con ecoladrillos en la ciudad, comentó cómo realizar los ecoladrillos. 

“Los ecoladrillos son una alternativa casi mágica de reciclar la basura que generamos cotidianamente en nuestras casas, como por ejemplo la bolsa plástica de los fideos, el sachet de leche, los envoltorios de caramelos, los papeles plastificados, entre tantas otras cosas aptas para introducir en las botellas que a su vez son de plásticos más duro” comentó María José. 

Asimismo, explicó que para los ecoladrillos se pueden utilizar botellas plásticas de menos de tres litros. Aunque en la actualidad solamente realiza ecoladrillos con botellas de medio litro y de litro y medio. 

A diferencia del resto de los productos reciclados, el ecoladrillo no recicla productos, sino que los reutiliza, ya que el proceso de reciclaje consiste en procesar determinado material para poder volver a darle algún tipo de uso como el papel mache. 

Desde Reciclartemai, María José dijo que “este proyecto empezó en el año 2010, primero sola y luego con la ayuda de mi compañero que estudia arquitectura. Nosotros tratamos de plantear al ecoladrillo como un modelo de gestión ambiental en donde la parte constructiva y educativa juegan un papel sumamente importante. Al igual que el reciclado en nuestras vidas, siempre aprendimos desde la educación autodidacta, el ensayo-error, y diversos cursos de reciclado”. 

En un ecoladrillo se ahorran entre 100 a 1000 años, tiempo en el que se degradan las botellas de plástico, que son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas, duran más. La mayoría está hecha de tereftalato de polietileno (PET), un material duro de degradar, ya que los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos. Asimismo, se ahorran aproximadamente 100 años, con el plástico que se introduce en las botellas. 

 

¿CÓMO HACERLO?  

Lavar, secar la botella y guardar su tapa. 

Ponerla en lugares estratégicos para que en vez de arrojar los residuos plásticos a la basura los arrojen en la botella. 

Cuando tengamos residuos plásticos o papel aluminio depositarlos en las botellas. Compactar el material dentro de la botella, con un palito de madera o de otro material que permita aplastar los residuos hasta que la botella quede dura. 

Asegurarse que los desechos que ponemos en la botella estén limpios y secos. No usar residuos orgánicos ni pilas. 

Por último, con el material en su interior bien compactado, cerrar la tapa y ya se consigue un ecoladrillo. 

“Este invento es una solución simple a problemas complejos. Primero, nos da alternativas para reutilizar todo tipo de plásticos y crea conciencia en la sociedad sobre la importancia de construir un nuevo material a partir de la reutilización de estos productos, y el ecoladrillo se presenta como una alternativa válida y segura para construir. La construcción, que conocemos, normalmente consume más de la mitad de los recursos del planeta” explicó María José. 

Por otra parte dio a conocer que el relleno de la botella con residuos secos, contiene aire y al cerrar la tapa ese aire queda adentro transformándose en aislante térmico. “El resultado final es una pared super resistente, muy barata y con mayor aislamiento térmico que un muro tradicional del mismo espesor” expresó la directora de ReciclarteMai. 

Por otra parte, dijo que “nos gustaría que la sociedad riojana se acostumbre a generar ecoladrillos y nos ayude a construir un taller de reciclado, con el solo hecho de reutilizar la misma basura que genera en sus casas”. 

Para colaborar con el proyecto “Construir un taller diferente”, un proyecto independiente, puede contactarse con María José al mail maria_mn88@hotmail.com o en facebook ReciclarteMai II.  

 

Fuente: El Independiente