23 de Marzo de 2014 - Julian Dominguez
JDP-El kirchnerismo se agota; el PJ en busca de un nuevo liderazgo
La reunión de gobernadores que se frustró el jueves era un intento de acelerar la interna. La presidenta trata de retardar la aparición de candidatos a sucederla. Los "tiempos políticos".
La presidenta Cristina Fernández frenó la corrida contra las reservas y la crisis cambiaria. Le costó duras medidas de ajuste "ortodoxo", pero evitó un desastre para sorpresa de muchos dirigentes -incluso kirchneristas- que creyeron que iría hasta el final abrazada a las banderas del desendeudamiento y el "modelo".
Esta capacidad de rectificación que podía haber creado un nuevo escenario, no alcanzó, sin embargo, para detener los movimientos dentro de su propio partido que buscan definir un nuevo liderazgo.
La política tiene tiempos distintos y más difíciles de manejar que la economía. Cuando un orden tan rígido como el de la década de los Kirchner se agota, comienza inevitablemente un "tiempo político" para la búsqueda de una nueva conducción que muchas veces escapa del control de quien debería ordenar la transición.
Para frenar este fenómeno que terminará erosionando inevitablemente su poder, la presidenta mandó congelar las campañas de los precandidatos que dependen directamente de ella como Florencio Randazzo o Julián Domínguez.
La obediencia debida fue inmediata y ambos suspendieron cualquier aparición mediática con proyección electoral. Pero los gobernadores que tienen juego propio se reunieron el jueves pasado en el Comando de Remonta y Veterinaria del Ejército en Palermo para tratar el tema. Faltaron el santacruceño Peralta, que tiene un acuerdo con la presidenta, y el entrerriano Urribarri, de viaje por Asia.
La llamativa presencia de José Manuel de la Sota en el encuentro ratifica la hipótesis de que la presidenta no fue la organizadora, hecho que fortaleció la interpretación de que los jefes territoriales buscaban ponerse de acuerdo para sacar al peronismo de su parálisis.
El PJ, en realidad, hace rato que está desactivado por decisión de los propios peronistas, pero los tiempos están cambiando y se acerca un cambio de manos del poder. Nadie quiere salir con atraso en esa carrera.
También trascendió que el encuentro había sido organizado por Juan Carlos Mazzón, un veterano armador político peronista. Otras versiones pusieron como promotor a José Luis Gioja. Ambos están ligados a Daniel Scioli que sufre una fuerte presión política de los docentes con una huelga inédita. Los líderes sindicales militan en la oposición al gobernador.
El conciliábulo de los gobernadores en Palermo se frustró cuando se sumó de forma inesperada el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini. El hombre que más cerca está de la jefa de Estado fue visto como un "espía" y produjo el silencio instantáneo de sus anfitriones.
La situación del oficialismo se presenta, por lo tanto, muy compleja. Los que van a sobrevivir a 2015 necesitan que la conducción no esté vacante como hoy, porque quien debería ejercerla, Cristina Fernández, descree del PJ e inventa transversalismos, concertaciones y alianzas con ínfimas agrupaciones de izquierda, piqueteras o inventa grupos como "la Cámpora", liderada por su hijo sin el menor arraigo territorial ni posibilidad de ganar una elección.
Por la estrategia impuesta desde Olivos, el peronismo hoy no tiene candidatos, mientras que la oposición ya ha anotado a varios: Macri, Binner, Sanz, Cobos.
Pero la presidenta logró zafar de una crisis que parecía terminal y se ha fortalecido con la estabilidad cambiaria. El dólar salió de la tapa de los diarios que, en cambio, la muestran entrevistándose en Europa con el Papa y el presidente de Francia, Francois Hollande, que le prometió su ayuda en las negociaciones con el Club de París.
¿Cuánto durará este respiro? Los especialistas aseguran que las medidas monetarias impuestas por el Banco Central tienen un efecto limitado y que ahora el que debe tomar la iniciativa es el ministro de Economía. La causa fundamental del descalabro es el déficit fiscal, cuya reducción depende de Axel Kicillof, que sigue ocupando buena parte de su tiempo en dar discursos combativos o pelearse con el Grupo Clarín.
Desde el gobierno descalifican los pronósticos agoreros sobre una nueva devaluación en el corto plazo y les atribuyen intención política. Es verdad que la presidenta ha dado un giro muy marcado y está aplicando un fuerte ajuste para evitar un colapso de la economía. No acompaña, sin embargo, ese esfuerzo con una clara admisión pública del cambio de rumbo, que generaría la confianza que hoy necesita para evitar nuevas corridas.
Fuente: La Prensa (Caba)