En un lapso de días, después de que los diarios El Clarín, el 22 de febrero, y La Nación, el 23 de febrero, repicaran el hecho de que el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, es uno de los cuatro mandatarios provinciales en carrera presidencial, Romero puso en marcha a través de su diario local una campaña tendiente a desechar de la mente de los salteños la posibilidad de de que un comprovinciano logre lo que él no pudo obtener: La presidencia.

Los comentarios en torno a un “Urtubey presidenciable”, en realidad, ya sonaban desde un buen tiempo atrás en el ámbito político, por lo que lo único que hicieron estos dos medios nacionales, fue simplemente oficializarlos.

Un par de artículos como estos, en los que incluso Urtubey es ubicado al final de los cuatro presidenciables, no deberían escarbar a nadie o sí. Lo cierto es que Romero, como empresario periodístico, sabe que lo publicado no se trata de una coincidencia editorial, y mucho menos en diarios que tienen una tirada diaria de más de un millón de ejemplares cada uno, sin contar el alcance de sus sitios web correspondientes.

Pero,  ¿qué es lo que más lo asustó? El anuncio en sí de que Urtubey podría ser presidenciable o que los dos medios periodísticos del país lo mencionen, e incluso que uno de ellos, tal vez el mejor escrito de Argentina, hay sumado elogios al gobernador provincial.

Obviamente, la oficialización de esta posibilidad presidencial para Urtubey va más allá del anuncio en sí mismo. Y esto, Romero lo sabe muy bien, pues no por nada supo mantener una carrera política por más de veinte años. Por ende, sabe reconocer ciertas señales.

Lo suficiente como para darse cuenta de que estos artículos no fueron publicados únicamente porque ciertos referentes, como Gustavo López, el subsecretario general de la Presidencia o el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, lo hayan mencionado.

Como director político de un diario, como El Tribuno, Romero sabe que la chance de un “Urtubey presidenciable” es latente, tal vez no con toda la fuerza, aunque sí lo suficiente como para que los dos diarios más importantes del país lo mencionen no en páginas de relleno, sino en la sección Política. O sea dentro de un área que conoce el paño.

Ahora bien, ¿qué es lo que más asusta a Romero? La posibilidad de que su rival político alcance más poder o ¿qué logre algo que él no pudo? Respuesta: lo uno y lo otro, aunque a decir verdad dolerá más lo segundo que lo primero.

  

Escenarios diferentes: ¿resultados diferentes?

Después de más de diez años, Salta vuelve a ser tenida en cuenta a nivel nacional en la carrera presidencial. Antes lo fue de la mano del propio Romero, quien llegó como el segundo de a bordo de una fórmula que forzó una segunda vuelta.

Como candidato a vicepresidente de Carlos Saul Menem, el ex gobernador protagonizó una contienda electoral que quedó inconclusa simplemente porque sus integrantes tuvieron miedo al fracaso y cedieron sus aspiraciones a los pies de Néstor Kirchner. Triste final para las aspiraciones de dos hombres que se creían estadistas y terminaron asediados por la justicia por delitos de corrupción.

Pero, ¿qué diferencias y coincidencias se pueden apreciar entre una y otra? 

 

Primero. Romero fue de segundo desde un principio, mientras que Urtubey es analizado como primero dentro de una fórmula presidencial.

Segundo. En ambos casos, podría decirse que las elecciones fueron precedidas por una crisis económica. La de diciembre de 2001 y la de diciembre de 2013.

Tercero. A diferencia de Romero, el gobernador Urtubey conserva intactas las posibilidades de obtener el aval de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, algo que inquieta y bastante a Romero, pues de ser así el joven salteño tendría un camino mucho más allanado del que tuvo Romero.

Cuarto. Tanto Romero como Urtubey alcanzaron sus aspiraciones presidenciables desde la posición de gobernador.

Quinto. A diferencia del ex gobernador, Urtubey cuenta con el tiempo a su favor, pues es mucho más joven de lo que fue Romero en su carrera a la presidencia.

 

De estas y otras aristas entre una y otra candidaturas, tal vez lo que más "crispa" a Romero tenga que ver casualmente con la posibilidad de que Urtubey obtenga de la presidenta la venia, y con ello el motor de la Nación para llegar al sillón de Rivadavia.

Es por ello que Romero volvió a azuzar “la boca del mentiroso” (El Tribuno) para desechar de plano la idea de un “Urtubey Presidenciable”. Para Romero hay ciertas cosas inimaginables y mucho menos soportables, como por ejemplo una apertura de sesiones del Congreso de la Nación en boca de otro salteño que no sea él mismo.

Por esto, el diario romerista salió rápidamente a sembrar las mentiras suficientes como para tonar dudosas las posibilidades presidenciables de su archirival. En ese tren, los jefes editoriales de El Tribuno no escatiman escrúpulos a la hora de ligar cualquier noticia con el único objetivo de desacreditar la idea de un “Urtubey presidenciable”.

Desde referir encuestasencuestas que no dicen nada hasta inventar declaraciones a personajes famosos, como el propio Marcelo Tinelli, son algunas de las mentiras que buscan tornar en “dudoso” una posibilidad que Romero no pudo ni supo lograr.

 

Fuente: El Intransigente