11 de Febrero de 2014 - Arquitectura
Entre Ríos-Impulsan un programa para pensar la ciudad que viene
Un estudio de la consultora española IDOM indica que Paraná ha expandido su huella urbana por encima del promedio de ciudades similares de Latinoamérica. Frente a esto, su propuesta es densificar la población a partir de la verticalización de sus construcciones. A su vez, pronosticaron bajos riesgos naturales aunque identifican problemas ambientales como el de la basura.
En el marco de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BIC), la consultora española IDOM presentó un adelanto de los estudios de base que conformarán un diagnóstico sobre las condiciones medioambientales y el desarrollo urbano de Paraná. El objetivo final es contar con los elementos que permitan la planificación y la diagramación de un plan de inversiones en vistas al mediano y largo plazo.
Este mismo programa se lleva adelante en forma paralela en Salta, Mar del Plata, Asunción (Paraguay), Cuenca (Ecuador), Valparaíso (Chile) y Joao Pessoa (Brasil).
“Los estudios que estamos haciendo buscan, a través de una serie de indicadores, establecer un diagnóstico sobre, por ejemplo, el saneamiento ambiental y la huella urbana” dijo a EL DIARIO el integrante de IDOM, Fernando Trujillo.
Estos indicadores son los mismos en todas las ciudades donde se aplica la iniciativa y permiten comparar a unas con otras. Así se puede saber, por ejemplo, cuál es el posicionamiento de Paraná en relación a otras urbes de similar escala.
“La intención del BID es identificar los temas más críticos para establecer propuestas de inversiones. Pueden ser en desechos sólidos, saneamiento ambiental, riesgos naturales, ordenamiento territorial, áreas naturales” afirmó Trujillo.
En este sentido, indicó como uno de los tópicos detectados la densidad poblacional de Paraná. Aparentemente, ésta “es un poco baja. La ciudad se está expandiendo hacia Oro Verde, San Benito y Colonia Avellaneda con la construcción de casitas bajas. Esto hace que se esté colonizando mucho espacio y se haga dificultoso llevar el agua y los servicios públicos”. El especialista agregó que: “Paraná lejos de densificar, que es el modelo de las ciudades de América Latina, casi se mantiene o pierde densidad poblacional. Tal vez, la ciudad era más racional en los años 50 o 60 de lo que es ahora”.
ONGS. Para Trujillo, las organizaciones de la sociedad civil tienen un rol básico en el diagnóstico y la toma de decisiones urbanas. “El paradigma del urbanismo tecnocrático está siendo reemplazado por un urbanismo social. De lo que se trata es de dar cabida a la participación. En este sentido, nuestra idea de la verticalización y densificación hay que conversarla con la gente para que cada barrio pueda aportar su visión de desarrollo. Lo importante es que sea una visión compartida, concertada y democrática” sostuvo.
AMBIENTE. Otro aspecto del estudio tiene que ver con los riesgos naturales que potencialmente puede correr la población en vistas al cambio climático que se avizora en el mundo. En este sentido, los peligros no serían significativos. Sin embargo, se detectaron problemas en el tratamiento de desechos sólidos. “Hemos detectado mucha basura en quebradas, en algunos barrios, en los micro basurales y en el Volcadero” informó Trujillo.
HUELLA. El chileno Waldo Urquiza, encargado de los temas urbanísticos de IDOM, dijo que el estudio realizado consiste en analizar “cómo se ha ido desarrollando la huella urbana. Para esto, hay fotos de la Brigada Aérea de distintas épocas que permiten ver cómo ha ido evolucionando”.
Al respecto, el especialista dijo que “hasta los años setenta era una ciudad más o menos contenida por los arroyos y desde los 80 y 90 hubo una explosión principalmente hacia el sur. Por eso, Oro Verde, San Benito y Colonia Avellaneda hoy ya son parte de la huella”.
Esto se cruza, a su vez, con los datos del censo. Así puede saberse que Paraná ha crecido a distintas velocidades y que en la actualidad su ritmo está por debajo de la media provincial. Sin embargo se sigue expandiendo en el territorio
El estudio continuará con la elaboración de “escenarios tendenciales” que aportan “visiones e ideas sobre las posibilidades hacia dónde ir. Después el Municipio y la comunidad tendrá que decidir cómo seguir trabajando y qué hacer en relación al Código Urbano o el Plan de Desarrollo” aseguró Urquiza.
INUNDACIONES. Daniel Rubio, otro de los integrantes de la consultora, estuvo encargado de evaluar los temas hídricos. Al respecto, indicó que “se han estudiado los riesgos de inundaciones, especialmente, provocados por los arroyos que cruzan la ciudad. La principal conclusión es que los arroyos por su morfología están bien encajados lo que les da una buena capacidad en vistas al aumento de los caudales” que se esperan para el futuro.
De estos resultados se derivarán propuestas conceptuales para tratar de recuperar los arroyos como un espacio para el uso y el disfrute de los paranaenses.
Intermedias
El ICES es destinado a ciudades intermedias de América Latina que se encuentran en el rango de los 200 mil y el millón de habitantes. El propósito del BID es realizar un diagnóstico en urbes con una dinámica demográfica importante y un crecimiento de su huella urbana para que pueda planificarse el crecimiento en vistas a prevenir problemas ambientales, sociales y urbanos que ya afectan a las grandes conglomeraciones.
Planificación
El secretario de Planificación del Municipio, Guillermo Federik, indicó que “después del taller nos percatamos perfectamente que Paraná es una ciudad de bajo riesgo. Sin embargo, hay muchas acciones correctivas para poder trabajar con la estructura social que acompaña a los arroyos”.
En cuanto a la huella urbana, dijo que “nos ha quedado patentizado la necesidad de densificar la ciudad para hacerla sustentable y pensar algunas áreas de verticalización donde la infraestructura lo permita”. Al respecto, uno de los resultados del estudio es que Paraná puede duplicar su población sin tener que ocupar nuevos territorios.
Fuente: Diario de Paraná