La iglesia Catedral y Santuario de San Nicolás de Bari, está emplazada en el corazón de la ciudad capital, es objeto de una intervención para “aggionarla” en su interior, para lo cual se trabaja en forma diaria, sin prisa, pero sin pausa. Los trabajos de restauración, abarcan aspectos estructurales y de decoración. 

Pasadas las fiestas patronales de invierno del año próximo pasado, y hasta tanto se comenzaba con el armado de los andamios, fue el prólogo para que una docena de trabajadores, iniciaran en el mes de septiembre último, una tarea que se prolongará, estimativamente, a lo largo de 18 meses. 

Muchos feligreses, que son asiduos concurrentes a la iglesia Catedral, comenzaron a observar el desplazamiento de obreros, el montaje de andamios, y el ir y venir de trabajadores, que como ‘pájaros carpintero’ se posaban en las paredes, columnas o arcadas, para darle forma y brillo a esa añeja pintura que imploraba un retoque. 

El solo armado de los andamios, llevó su tiempo, pues se trata de estructuras tubulares, que se van ensamblando a medida que se avanza con los trabajos. En esa proyección, también se capacitó a los trabajadores que asumieron la responsabilidad de hacer –si vale la expresión– “un trabajo de hormiga”. 

Ha transcurrido mucha historia desde los comienzos de esta iglesia, cuyos orígenes se remontan al año 1912, cuando fue inaugurada, con una masiva fiesta cristiana. Desde luego, que el paso de los años, tuvo incidencias en su estructura de la nave central y las dos laterales, sobre las que se erigieron las torres, un parapeto entre ambas, y la bóveda de la nave central. 

El Centenario de la Catedral, fue quizás la excusa perfecta para proyectar mejoras en su interior, pues venía de soportar no sólo el paso del tiempo, sino también varios movimientos sísmicos, que si bien no la doblegaron, sí la resintieron, aunque, felizmente, sin poner en peligro su estructura. 

La Catedral riojana es el resultado de un esfuerzo colectivo, donde además del contenido religioso, tiene valores sociales y simbólicos, que le dio forma a la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja, por lo que se convirtió en un referente espacial, dentro del área urbana de esta capital. 

 

MANOS A LA OBRA 

El trabajo diario, está dirigido por un equipo de Córdoba y doce personas, de las cuales diez, son estudiantes avanzados del Profesorado de Arte de esta capital y dos coordinadores especializados en la restauración de imágenes y murales. 

Este pequeño ejército de trabajadores, comienza su tarea alrededor de las 10:00, ya están listos con sus equipos de seguridad, para comenzar a trepar por los andamios, y cada uno se dirige hacia donde tiene asignado el sector, y poco a poco, va ejecutando su tarea, de acuerdo con la altura en que se encuentre. 

A algunos, se los puede observar casi adheridos a las columnas, otros, en la parte más elevada del techo, y quienes suben y bajan, para brindar el apoyo logístico, ya sea limpiando los sectores donde se va restaurando la pintura, o em áreas que exigen más atención. 

En fin, todos aparecen trepados en los andamios, que reciben a estos abnegados trabajadores, que ponen todo su empeño y profesionalidad, para ejecutar, con suma paciencia y precaución, la difícil misión de combinar los colores, sobre los distintos dibujos que estampan las amplias y elevadas paredes del templo. 

 

POR ETAPAS 

Por cuestiones de economía, provisión de materiales y de logística, los trabajos fueron programados en varias etapas. La responsabilidad de la obra, es de la empresa AS SRL, cuyo representante local, es el arquitecto Alberto Sarquís. La primera, en la que se está trabajando en la actualidad, comprende toda el ala izquierda, para lo cual se estima estar concluida en el próximo mes de febrero, para luego continuar con la segunda etapa, que abarcará el ala derecha. 

Luego se trabajará con la tercera y cuarta etapa, que se centrará en todo el sector que ocupa el altar mayor, la quinta con la cúpula central y la sexta, todo lo relacionado a la fachada interna. 

El “aggionamiento” del templo mayor de los riojanos, estará centrado no sólo en la restauración de paredes y muros, sino también, el de todas sus imágenes que adoran el interior, pinturas con el dibujo de sus guardas, iluminación y todo el sistema de sonido. 

Una cuestión importante, a la hora de materializar los trabajos, es el aspecto financiero, para lo cual, la obra cuenta con el apoyo de parte del Gobierno de la Provincia, teniendo en cuenta, que en principio, fue presupuestada en unos 8 millones de pesos. Por ahora, a través del Sistema de Administración, desde el área de la Gobernación, se van certificando los trabajos ejecutados, lo que permite así, el paulatino avance de obra. 

Tiempo atrás, el secretario de la Gobernación había manifestado que “nuestra Catedral, necesita una reestructuración amplia, para estar a la altura del rol que ocupa en el corazón del pueblo cristiano, y vamos a realizar todos los esfuerzos posibles, para lograr el objetivo”. 

Todavía quedan muchas cosas por hacer para finalizar la restauración de la Catedral riojana, que comenzó el año próximo pasado, por iniciativa del ex obispo, monseñor Roberto Rodríguez, ante la necesidad de mejorar el edificio del templo, para la celebración de su Centenario y del Año de la Fe. 

Si bien esta restauración comprenderá sólo el interior del templo, representantes de la Iglesia, están elaborando un proyecto para hacer una ampliación de obra, que permita la restauración de la parte exterior de la Catedral, que comprenderá techos, fachada y pinturas. Por ahora, es sólo un proyecto, que tiene como objetivo, remozar la imagen que muestra hoy su parte exterior. 

Como se recordará, la iglesia Catedral, a su vez santuario de San Nicolás de Bari, fue construida en 1910, e inaugurada en 1912, en reemplazo de la antigua ‘Iglesia Matriz’, destruida por el terremoto de 1894. Fue proyectada por el arquitecto Juan B. Arnaldo.  

 

Fuente: El Independiente