2 de Enero de 2014 - Religión
La Rioja-El obispo pidió trabajar por una sociedad más justa y fraterna
A las autoridades les pidió que los gobiernos no deben ser un lugar de "enriquecimiento personal o familiar".
Ayer, como todo primer día del año se realizó la tradicional y solemne procesión con las veneradas imágenes del Niño Alcalde y San Nicolás. Una vez más, una multitud de feligreses se convocaron en esa tradición y acompañados de sus pañuelos blancos dieron la bienvenida al Santo Patrono en su salida de la Iglesia Catedral. Esta fue la primera fiesta que el obispo de La Rioja, Marcelo Daniel Colombo como jefe de la diócesis riojana, con lo cual eran esperadas sus primeras palabras, luego de la procesión. Cabe resaltar que el 31 de diciembre se realizó el Tinkunaco, el encuentro entre el pueblo riojano con Dios, en una multitud que se dio cita en una mañana que amaneció con lluvia, pero que a medida que pasaron las horas fueron encontrando el calor del pueblo y la feligresía riojana.
En su mensaje de Año Nuevo, Monseñor Colombo instó a seguir trabajando por una sociedad más justa y fraterna. Para ello fundamentó su pedido a la luz del Evangelio, el Concilio Vaticano II, el Documento de Aparecida y “La alegría del Evangelio” del Papa Francisco. Al empezar su alocución agradeció el afecto y la bienvenida que el pueblo riojano le dio, tras asumir como obispo en septiembre del año pasado.
“Quiero invitarlos a seguir apostando a la construcción de una sociedad más justa y fraterna, a no desalentarnos por los sinsabores del camino que inevitablemente plantea conflictos. La fe que nos anima y nos permite reconocernos hermanos, apela a nuestras capacidades más hondas para enfrentar esos disensos y desencuentros con mente abierta, corazón generoso y vocación de servicio. Con estas actitudes, difícilmente nos sentiremos defraudados. Pongamos a Dios por testigo de esta búsqueda del bien común de todos los riojanos por sobre el bien individual o sectorial”, dijo Colombo.
En ese pedido les habló a tres sectores. Por un lado a las autoridades, donde les pidió gestión de “gobierno como un servicio”, aclarando que no debe ser un lugar de “enriquecimiento personal o familiar”, mientras que a los ciudadanos les instó a involucrarse de lleno, “no es justo mirar de afuera”, aclaró. En tanto que a las parroquias y comunidades los invitó a trabajar activamente en el Año Catequístico Diocesano.
“Quiero invitarlos a seguir apostando a la construcción de una sociedad más justa y fraterna, a no desalentarnos por los sinsabores del camino que inevitablemente plantea conflictos. La fe que nos anima y nos permite reconocernos hermanos, apela a nuestras capacidades más hondas para enfrentar esos disensos y desencuentros con mente abierta, corazón generoso y vocación de servicio. Con estas actitudes, difícilmente nos sentiremos defraudados. Pongamos a Dios por testigo de esta búsqueda del bien común de todos los riojanos por sobre el bien individual o sectorial”, dijo Colombo.
En ese pedido les habló a tres sectores. Por un lado a las autoridades, donde les pidió gestión de “gobierno como un servicio”, aclarando que no debe ser un lugar de “enriquecimiento personal o familiar”, mientras que a los ciudadanos les instó a involucrarse de lleno, “no es justo mirar de afuera”, aclaró. En tanto que a las parroquias y comunidades los invitó a trabajar activamente en el Año Catequístico Diocesano.
“Invito a las autoridades a profundizar en el camino del ejercicio de la gestión de gobierno como un servicio, el cual les pide la generosidad y abnegación de trabajar para todos los riojanos, sin excepción, con una mirada preferencial sobre los más pobres y los jóvenes, muchas veces afligidos por la falta de horizontes y de modelos válidos. Nadie debe pensar en la función pública como un lugar de enriquecimiento personal o familiar, sino como aquel espacio concreto donde darse enteramente. Como he dicho cuando asumí, “la vocación política, ejercida con nobleza y honestidad, puede cambiar la vida de la gente”. Y me refiero a un cambio positivo, de crecimiento, de auténtico desarrollo, de plena inclusión”, dijo el Obispo, quien se metió de lleno en la realidad social de los riojanos. Este mensaje en particular fue bien recibido por la feligresía que estuvo presente frente a la Iglesia Catedral.
“A los ciudadanos que conformamos esta sociedad riojana, les pido que trabajemos con pasión y sin descanso, por construir la amistad social y enriquecerla con nuestra participación activa allí donde estamos. No es justo mirar desde afuera y verlo todo mal sin jugarse de verdad y limpiamente por el bien común”, profundizó.
“A nuestras parroquias y comunidades, a los sacerdotes, religiosas y laicos, a los catequistas y servidores de Caritas, a los movimientos eclesiales, los invito a trabajar activamente en el Año Catequístico Diocesano al que he convocado para que entre todos nos ayudemos a conocer, revisar y compartir en clave misionera, a la luz del Evangelio, de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, del Documento de Aparecida y de la reciente exhortación La alegría del Evangelio, del Papa Francisco, el dinamismo de la comunicación de la fe así como los distintos itinerarios y pedagogías para anunciar a Jesucristo y su Reino”, añadió.
“Queremos asumir con entusiasmo nuestra realidad eclesial para poder vivir como discípulos misioneros del Señor de cara a los desafíos de la vida de nuestro pueblo de hoy. Queremos, en definitiva, ser una Iglesia que sale al encuentro de todos, especialmente de los más alejados y excluidos, de aquellos que pueblan las nuevas periferias humanas pero que están en el centro del corazón del amor de Dios. Dios los bendiga mucho y les asegure esa paz en justicia y fraternidad que Él ha sembrado en nuestros corazones”, concluyó el obispo Marcelo Daniel Colombo.
Al principio agradeció al pueblo riojano. “Me he sentido muy bien recibido por Uds., sus familias y comunidades. Dios les premie esa extraordinaria capacidad de amor en nuevos senderos de vida y esperanza para toda la Provincia. En estos días en que vibramos con la luz y la fuerza de la Navidad, deseo dejarles un mensaje sencillo que aliente nuestro caminar de este año”, explicó.
El Tinkunaco
Los riojanos concretaron un nuevo encuentro de paz, con la figura central del Niño Dios Alcalde, acompañado por San Francisco de Solano, y reunidos con nuestro Santo Patrono San Nicolás de Bari y todo el pueblo de La Rioja. Una de las primeras bendiciones que recibió la gente de La Rioja fue contar con un día de condiciones climáticas inmejorables, fresco y con llovizna.
El 31 de diciembre se realizó nuevamente la celebración religiosa más convocante de nuestra provincia, la cual tiene más de 400 años de historia, y que en esta oportunidad contó con la participación del nuevo Obispo Diocesano Monseñor Marcelo Colombo. Previo al encuentro, los alféreces se trasladaron a Casa de Gobierno para invitar y acompañar al gobernador de la provincia, para compartir este nuevo Tinkunaco.
En un clima de mucha calma y paz, el pueblo riojano repitió el ritual católico que contempla la entrega de la llave de la ciudad al Niño Dios Alcalde por parte del Jefe Comunal, esta vez representado por el viceintendente Armando Molina. Asimismo el gobernador Beder Herrera depositó el Bastón de Mando en la imagen de San Nicolás de Bari.
Una de las instancias de mayor emoción se produjo cuando todos los feligreses se transmitieron el saludo de la paz, momento que hace desaparecer toda diferencia social, política o de género, y que es propicio también para encontrarnos como hermanos en la fe.
Para esta ocasión, hubo unas carpas que estaban para el resguardo de los rayos ultravioletas, aunque para algunos feligreses esto imposibilitó la visual de las dos veneradas imágenes.
En representación del Gobierno Provincial, el primer mandatario Beder Herrera estuvo acompañado por gran parte del Gabinete, entre ellos el vicegobernador Sergio Casas, los ministros de Gobierno Claudio Saúl, de Educación Walter Flores, de Planificación e Industria Fernando Rejal, y de Infraestructura Néstor Bosetti, el diputado provincial Alberto Paredes Urquiza, los secretarios Luis Angulo, Nito Brizuela, Enrique Rodríguez, Alberto Andalor, Pedro Agost, Ariel Puy Soria, Délfor Brizuela, y Teresa Núñez. También participaron la senadora nacional Hilda Aguirre de Soria, el diputado Javier Tineo, el jefe del Comando Superior de la Policía de la Provincia Luis Páez, y los miembros del Tribunal Superior de Justicia, Luis Brizuela y Claudio Ana, entre otros. En tanto que desde el Municipio la comitiva estuvo encabezada por el viceintendente, Armando Molina, quien fue el encargado de entregarle la Llave de la Ciudad.
Durante la jornada el gobernador Beder Herrera declaró que “gracias a Dios y a San Nicolás nos tocó un día hermoso, está lloviznando y la gente está feliz. Esperamos que este encuentro nos una mucho más a los riojanos, es un momento muy especial para la provincia y para todos nosotros. Lo vivimos con mucha espiritualidad, con nuevas expectativas y renovando nuestra esperanza, en tener una sociedad y una Rioja cada vez mejor, porque todo depende de nosotros, del trabajo, de ponerle muchas fuerzas y ganas”.
El titular del Ejecutivo expresó también que “con la ayuda de Dios y de San Nicolás, los riojanos vamos a salir adelante. Hay un proyecto y un plan, además tenemos gente que lo está desarrollando, y tenemos muchas ilusiones de que nos va a ir mucho mejor a cada riojano”.
Luego transmitió un mensaje para toda la ciudadanía y manifestó que “los abrazo desde lo más profundo de mi corazón, y les deseo que todos en familia tengan un gran año. El Tinkunaco significa encuentro, concordia, acuerdo, que nos unimos todos, y paz para los riojanos. Es algo muy simbólico y espiritual para todos nosotros. A todos se nos tiene que abrir el alma y abrazarnos, porque este es un momento de unidad”.
Palabras
“Los riojanos somos depositarios de un fenómeno único en Latinoamérica y en el mundo, como es el Tinkunaco que cada año nos convoca para renovar las esperanzas y nos proyecta como pueblo”, dijo el viceintendente Armando Molina al valorar la festividad.
Consideró que “el Tinkunaco es una expresión muy rica en varios sentidos ya que tiene contenidos antropológicos, históricos, sociales, culturales, políticos y religiosos que invitan a analizarlo a estudiarlo, pero más allá de las interpretaciones y de los análisis que puedan hacerse, hay que reconocer que es una manifestación inédita que se vive intensamente solamente en nuestra provincia”. En ese sentido el viceintendente añadió que “La Rioja ha sido interesante para muchos pensadores, pero debe serlo también para todos los riojanos en su vida cotidiana. Poder pensar una provincia más solidaria, más justa más comprometida con el otro, debe ser una perspectiva en la que aprendamos a vivir este Tinkunaco para que trascienda las imágenes sagradas del Niño Alcalde y San Nicolás y se incorpore como un gesto, una forma de vida que nos caracterice como pueblo”.
“Una acción que se repite durante más de 400 años habla de un gesto que está impreso en el pueblo que generación tras generación se suma a la costumbre, cuando en muchos lugares del mundo la pérdida de la identidad y de las manifestaciones auténticas es una constante”, analizó Molina que valoró también la participación de los alferes y los allis en la fiesta ya que ·con su compromiso sostienen las tradiciones más ancestrales de la provincia y las transmiten de una forma inalterable a las futuras generaciones de riojanos, para que no se pierda esa marca de lo local que hace que amemos la tierra donde hemos nacido y la defendamos con fundamentos sentidos y convicciones profundas”.
Fuente: Nueva Rioja