4 de Noviembre de 2013 - Elecciones
La Rioja-Dos líderes territoriales en la Provinci
Leyendo los resultados de las recientes elecciones, podemos aseverar que existen dos Riojas bien distintas; o -por lo menos- dos Riojas que leen radicalmente diferente su realidad actual. En el Interior Provincial el respaldo al Gobernador es abrumador, mientras que en el Departamento Capital manda el Intendente y el rechazo a Beder Herrera es cosa juzgada.
Por julio laboranti
Franklin Delano Roosevelt es un de los políticos estadounidenses más exitosos de la historia. Presidente por cuatro períodos consecutivos, Roosevelt es recordado como un Estadista que supo –como pocos- enfrentar las adversidades en cada acto eleccionario, transformándose en el único político en ganar cuatro elecciones presidenciales. En una de las obras más importantes de Paul Johnson -Tiempos Modernos- el autor explica que “el presidente norteamericano (Roosevelt) fue uno de los primeros en entender que la disputa por el poder es una lucha por el territorio”. Roosevelt sabía a la perfección cuáles eran los Estados en los que pisaba fuerte y en cuáles tenía que trabajar más arduamente para conquistar al elector, entendiendo que quién más territorio aglutinaba resultaría vencedor. "No es una cuestión de votos, sino de Territorios", sentenciaba Roosevelt.
En esa relación Poder-Territorio puede leerse correctamente el resultado del 27O en La Rioja. En este mismo espacio sostuvimos –hace siete días- que el Gobernador Beder Herrera y el Intendente Ricardo Quintela se consagraron como ‘vencedores’ del acto eleccionario, y Julio Martínez resultó el gran ‘vencido’.
El Recuento de Votos no hizo más que potenciar las diferencias que marcaba el resultado provisorio: el Bederismo estiró su ventaja en el Interior y Fuerza Cívica Riojana aumentó la brecha en Capital. El análisis territorial del escenario anterior nos permite concluir dos premisas: 1- Beder Herrera reafirmó su liderazgo en el Interior Provincial, obteniendo una diferencia de 14.000 votos a favor, que fueron decisivos para alzarse con el triunfo final. 2- En Capital, fue el Intendente el que dejó claro que este Departamento tiene dueño; gracias al accionar del Quintelismo, FCR logró una ventaja de 13.600 votos.
Consecuentemente, es simple deducir que La Rioja tiene dos líderes territoriales: Beder Herrera en el Interior y Quintela en Capital. Quien se quedó con las manos vacías fue Julio Martínez. El radical no logró hacer pié en ningún Departamento y no existe ‘territorio’ donde pueda sentirse líder indiscutido. En los últimos años, Mashasha había logrado recolectar resultados positivos en Chilecito; pero Fonzalida -y las renuncias de Millicay y Moreno- consiguieron achicar la brecha de las PASO entre FCR y el Bederismo. Hasta en su Chilecito natal, las elecciones le dejaron un sabor amargo a Martínez.
De esta manera, y siguiendo la ecuación ‘poder-territorio’ de Roosevelt, los candidatos a gobernador para el 2015 ya están proclamados: Luis Beder Herrera (o un delfín suyo si no logra reformar la Constitución Provincial) y Ricardo Quintela. Ambos deberán trabajar arduamente en el territorio donde no 'pisan fuerte'; quién mejor lo haga en estos dos años, tendrá más chances de consagrarse Gobernador. ¿Y Martínez? El 2013 parece haberle enrolado en la cara la imposibilidad de pelear por el máximo cargo ejecutivo de la Provincial. Les restan dos alternativas: insistir en el ámbito legislativo (con una candidatura a Gobernador que –con seguridad- no será exitosa) o aspirar a la Intendencia en Chilecito. De optar por esta última alternativa, Martínez deberá realizar una fuerte autocrítica, y entender que muchos (la mayoría) de los votos que recibió este año no son producto de un respaldo ciudadano hacia su persona, sino de un sentimiento de hartazgo y oposición al Oficialimo (Nacional y Provincial).
Incertidumbre en Capital
Así como en el camino hacia la Gobernación parecen estar resueltos los nombres más importantes; en la ciudad de La Rioja, las recientes elecciones dejaron un panorama totalmente abierto. La única candidatura definida sería la de los radicales: Inés Brizuela y Doria. Si bien no por méritos propios (no concretó una elección brillante), solo su nombre logra tener un grado de popularidad suficiente para aspirar al Palacio Ramírez de Velazco. En esa sintonía se enmarca su regreso al territorio Capital, asumiendo en la Legislatura y dejando un cargo de mayor importancia (Diputada Nacional); la estrategia de Brizuela y Doria apunta a sacrificar jerarquía legislativa a cambio tener más presencia en las problemáticas capitalinas y mostrarse como una posible sucesora a Quintela en el 2015.
En el Bederismo el panorama no es nada alentador: ofreciendo una cantidad inusitada de colectoras no pudo aumentar los votos obtenidos por su espacio en las PASO. El Gobernador debe entender que no es cuestión de ‘cantidad’, sino de ‘calidad’ en la oferta. Pensando en la Intendencia, dos nombres recibieron un duro revés: Néstor Bosetti y Pocho Brizuela
El Primero esperaba un apoyo popular bastante mayor al que terminó obteniendo. Bosetti sabe mejor que nadie que con un 10% (con el agravante de ser ‘compartido’ con Basso) no le alcanza ni para convencer al Gobernador de que lo respalde como su principal candidato. Por su parte, el magro porcentaje conseguido por Brizuela –al igual que la nula incidencia de Basso- los obliga a olvidarse de sus candidaturas en 2015.
Revertir una elección en un lapso menor a dos meses, dejaría al candidato vencedor en condiciones óptimas de plantarse como futuro referente en su distrito. Pero las circunstancias en las que ganó Tere Madera no son normales; la Ministra venció por una inocultable participación del Gobernador y perdió ampliamente en Capital, territorio donde se compite por la Intendencia. A su vez, si termina asumiendo la banca que ganó, padecería la desventaja que está intentando evitar Brizuela y Doria; nula presencia en las problemáticas locales. Igualmente, no debería descartarse a Tere Madera como candidata a Intendente por el Bederismo.
El referente capitalino bederista que mejor posicionado queda de cara al 2015 es Alberto Paredes Urquiza: perdió por menos de un punto con la candidata de Fuerza Cívica Riojana y se consagró –por lejos- como el bederista con mejor aceptación en Capital. Sin embargo, esta parece ser una variable sin definición en la disputa por espacios políticos, y un arma de doble filo para el bederismo.
Vale recordar que el equipo de Paredes Urquiza siempre se caracterizó por tener buenas relaciones con el Quintelismo, y distintos espacios bederistas dudan de su ‘lealtad’ al Gobernador. Un dato para agregar: desde un medio bederista insinuaron el ‘despido’ de un funcionario de este espacio; la concejal quintelista Alcira Brizuela respondió ese tweet con una frase que puede funcionar de presagio: “serán muy bien recibidos en el Quintelismo”. Paredes Urquiza será candidato a Intendente en el 2015, de eso no existen dudas; ahora bien, puede ser por el bederismo o quintelismo.
En el espacio del Intendente tampoco existen certezas. Se descuenta que el oficialismo municipal intentará mantener el poder, pero no parece haber un sucesor que sepa acaparar el liderazgo que ejerce Quintela. El nombre que más suena es el de Armando Molina, que sabe mejor que nadie como ‘manejar’ el poder dentro de la Municipalidad; pero su imagen positiva no es alentadora.
Otra variable es que Quintela imite la lógica Kirchnerista de alternancia en el poder, y ponga a un familiar de extrema confianza. En este caso a su ex esposa, que cuenta con una basta experiencia en la militancia política. Muchos Quinielistas no descartan el nombre de Gabriela Pedrali como candidata. ¿Hay más nombres? Sí, nombres sobran, el problema es encontrar uno que sepa heredar el carisma y liderazgo del Gitano.
Resulta llamativo hablar de futuros candidatos cuando todavía no se termina de salir de un año electoral; pero no es el periodismo, sino los mismos políticos los que ya muestran su preocupación por las elecciones ejecutivas. En la Provincia mandan las certezas, mientras que en Capital reina la incertidumbre y existe lugar para la aparición de una figura que en dos años pueda erigirse como candidato.
Fuente: Rioja Libre