Se trata de un edificio de tres pisos con un total de 1.600 metros cuadrados que demandó una inversión de 6.716.228 pesos que se financió con fondos municipales. Ahora a ese lugar se trasladarían parte de las dependencias que actualmente funcionan en el edificio SUPEh, generando así un importante ahorro en materia de alquiler. 

En ocasión de la inauguración, el intendente Néstor Di Pierro mostró su satisfacción por la habilitación de estas nuevas oficinas de la Secretaría de Gobierno y Función Pública y anticipó que también se busca dotar de otros avances a la comuna, como por ejemplo que ese edificio que tiene unos 30 años puede ahora tener su información digitalizada.

“Este municipio está a la altura ya de municipios como La Matanza; hoy debemos estar en los 280 mil o 300 mil habitantes; somos una ciudad importante y estamos entre las 15 más importantes del país”, dijo el intendente quien agradeció a los referentes gremiales de la APJ y SOEM por su participación y el trabajo en esta obra, en representación de todos los trabajadores municipales, aunque señaló que al edificio le deben el ascensor.

No obstante, no dejó de mencionar la situación de la gamela de enfrente, que es la de alojamiento deportivo municipal, apuntando que es un albergue que tiene 30 años y que “es una vergüenza para esta ciudad”, aduciendo que las delegaciones de afuera no pueden seguir hospedándose en un lugar de tales condiciones. 

En cuanto a las dos gamelas que se hallan en las proximidades, afirmó que la que está “tomada” será recuperada y que la intención es convertirla en vivienda para policías y gendarmes, mientras la otra es acondicionarla -junto a los Veteranos de Guerra- para instalaciones con el PAMI donde funcione además un museo.

En este sentido, Di Pierro pidió que con cada plan de viviendas que se inaugure en la ciudad se deje un cupo para servicios, considerando la necesidad que existe para profesiones como médicos, docentes o policías, ya que en los últimos 10 años la ciudad ha perdido este tipo de trabajadores por la falta de interés de radicarse en la zona. 

 

Fuente: El Patagónico