La aceptación de la renuncia presentada ante el Gobernador Beder Herrera por parte de Raúl Moreno, quien se desempeñaba como titular de la Unidad Ejecutora Provincial, y del pedido de renuncia realizado a Gastón Millicay, quien estaba a cargo de la Coordinación Ejecutiva, generó un revuelo no solo político sino también social, dado que generó mucha incertidumbre en las personas que trabajan en ambas áreas como así también en quienes dependen de diferentes programas ejecutados por ambos funcionarios, que además son sobrinos del mandatario provincial.

Las repercusiones fueron diferentes, y eso quedó a la vista. Uno presentó la renuncia, y al otro literalmente lo desplazaron de su cargo. El motivo tendría que ver con encuestas que reflejarían la apatía sobre los dos jóvenes funcionarios. No obstante, trascendió fuertemente que también obedecería a una cuestión de apatía desde el Municipio chileciteño, sobre la imagen de Millicay y Moreno.

Tras conocerse la novedad, Moreno mantuvo absoluta reserva, siguiendo con el perfil bajo que lo caracteriza. Desde su área fueron cautelosos y apelan a respetar la decisión del mandatario provincial.

En tanto, lo opuesto ocurrió en la Coordinación Ejecutiva de Gobierno, donde fue un día intenso. Durante la tarde de ayer, un grupo de personas, que responden a diferentes programas ejecutados a través de la Coordinación Ejecutiva, se manifestó exigiendo la continuidad de Millicay. Mientras tanto, él dejó entrever que su retiro imprevisto como funcionario obedece a “acusaciones políticas” surgidas de grupos que lo acusan de no sumar votos para el bederismo.

 

Fuente: Nueva Rioja