Mientras lame sus heridas y entrecruza lógicos pases de factura, el oficialismo trata de recomponer su imagen. De levantar cabeza, bah. Mientras la oposición, sigue haciendo el trabajo de zapa, silenciado más que silencioso, que tan buen resultado le diera el once de agosto.

Fiel a la tradición justicialista, la estrategia de la dupla oficialista Madera-Alvarez se atendrá a lo que diga, señale o indique su máximo conductor, el gobernador Beder Herrera. Claro, que el justicialismo también funciona con jefes territoriales. Esto lo saben bien los diputados e intendentes, sobre todo estos últimos que ven peligrar en octubre, la posibilidad de concretar su re-reelección en el 2015. El gobernador también está en la misma situación, obviamente.

Porque si la derrota se repite en octubre, prácticamente se volverá imposible hablar de continuar más allá del 2015, tal como hoy el kirchnerismo no puede hablar de la continuidad de Cristina. Claro que en la Argentina todo puede variar en un giro de péndulo, pero la derrota electoral aleja fácticamente aquella posibilidad.

El intendente Elías, de Chamical, que desde la crisis del agua el verano pasado, es mirado con desconfianza desde la Residencia oficial, ayer se defendió diciendo que la dupla de candidatos no había ido a hacer campaña y que la gente no vota por un afiche. Y criticó a sus antiguos aliados, sobre todo los socialistas, que hace unos años le permitieron llegar primero a la diputación y luego a la intendencia precisamente con un discurso crítico hacia el gobierno provincial. Pero en Chamical todos saben que la procesión va por dentro del propio gabinete de Elías.

El gobernador dijo ayer que hará hasta las obras “más locas” para que Chamical tenga agua e instaló allí al profe Scaglioni para seguir de cerca las obras. Ojalá que las obras den resultado y lo más pronto posible para que Chamical deje de ser un lugar prácticamente inhabitable. Pero habrá que ver si aún teniendo este resultado, eso haría torcer el voto opositor o si ocurre todo lo contrario y la fórmula Martínez- Vega reafirma su triunfo.

Uno de los argumentos fuertes que tiene la oposición allí, se lo dio el propio gobierno, con el tema del superdomo. Lo dicen sencillo: si pueden destinar 50 millones (muchos dicen que es mucho más) para un lugar de espectáculos, por qué no se pueden destinar al problema del agua en Chamical. Por eso es que el gobierno salió a aclarar que es plata que manda Cristina y Bosetti dijo que no se puede destinar a otra cosa.

Pero prácticamente todos los pueblos del interior tienen necesidades como éstas. También cayó mal en Villa Unión, por ejemplo, desde donde hace más de 20 años se vienen reclamando hacer las cloacas y la laguna estabilizadora. Lo hicieron tanto Oscar Chamía, como Lito Páez, el actual intendente y el radical Amado. “Es imposible que alguien se venga a instalar -menos hotelería internacional- si no tenemos cloacas”, argumentan. Al contrario de Chamical, allí sobra el agua. Por eso también piden las obras necesarias para controlar las crecientes del río Bermejo que tanto daño hacen a la producción y hasta las propias viviendas.

Muchos en el bederismo entienden que La Rioja necesita un lugar como el superdomo o algo similar pero entienden que “no era el momento ni está en el orden de prioridades”. Algo similar piensan en el quintelismo. Y lo mismo el kirchnerismo “puro”, leáse el lunismo, que directamente habla de corrupción. Una palabra que a esta altura de las denuncias públicas, no se sabe si asusta a la Rosada.

También en el oficialismo están sobre ascuas en cuanto a la táctica que aplicará Beder. Ya se sabe que la estrategia son las colectoras más acentuar el trabajo de todo el aparato justicialista “casa por casa”. Pero como la madre de las batallas será en Capital, los ya lanzados candidatos y los aspirantes a diputados, razonan que si hay muchas colectoras oficialistas, eso seguramente impactará en más votos para los diputados nacionales, pero los pondría en desventaja en el reparto departamental. Eso lo hizo explícito ayer el Pelado Basso. Porque si el martinismo y/o quintelismo arman pocas y potentes colectoras, se pueden alzar con tres o cuatro diputados en la capital.

La verdad es que no es fácil armar listas en Capital. Se necesitan ocho titulares y cinco suplentes como mínimo. Y el primer plazo es el siete de setiembre. Mañana como quien dice. Necesitan saber qué hacer y si contarán con apoyo logístico y económico. Por eso ven con desagrado que Bosetti, que tiene el valioso ministerio de Infraestructura detrás suyo, haya picado en punta. Algunos dicen que lo hizo por orden de Beder y otros que por iniciativa propia.

Pero todos quieren saber si el ministro, si entra como diputado, dejará el ministerio para reasumir su banca. Si no es así, será un candidato virtual. En su entorno aseguran que esto no sucederá. Pero es un interrogante que está flotando. Si Bosetti gana, quedará en posición inmejorable para el 2015, para una línea sucesoria de Beder. Pero si no asume, será un flaco favor para el sistema democrático.

Lo mismo puede decirse de Quintela si decide encabezar una lista a diputado provincial por Capital. Aunque en el “espacio”, como les gusta llamarse a sí mismos a los quintelistas, se discute todo, la última palabra la tiene el Gitano, obviamente. El problema es que si Quintela encabeza una lista, eso implicaría que los demás aspirantes deberían resignarse al próximo período, porque es obvio que todo el “espacio” apoyaría a su conductor.

En cuanto si armará algo oficialmente con la dupla Martínez-Bordagaray, es difícil, porque lo del domingo 11 dio resultado, sin tanta ceremonia oficial. Y además, para hacer acuerdos de listas, hay tiempo hasta 30 días antes de las elecciones.

 

Fuente: Nueva Rioja