Jueves 13 de Marzo de 2025
13 de Mayo de 2013 - Política

La Rioja-Donde no manda capitán…

El acuerdo alcanzado entre el Gobierno provincial y el SOEM, por el cual se incrementó en 200 pesos el ingreso de los trabajadores PIL municipales, puso en evidencia una vez más la soledad de un quintelismo en franco retroceso.

 

Los trabajadores PIL parecen ser, definitivamente, el talón de Aquiles del Municipio capitalino y, por ende, del quintelismo todo. Entre otras cuestiones nunca resueltas, claro está, los PIL se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza para el intendente capitalino Ricardo Quintela a partir de una serie de denuncias que dejaron mal parada a la administración Q en esta materia y seriamente cuestionados a algunos de sus funcionarios más cercanos.
Así, lo que pretendía ser para el quintelismo un caballito de batalla en contra del Gobierno de Beder Herrera -por la eterna pelea por los fondos-, terminó convirtiéndose en una verdadera pesadilla que aún deambula con sus fantasmas por los pasillos del remodelado Palacio Ramírez de Velasco donde, según afirman, estarían funcionando todas las luminarias que faltan en las calles riojanas.
Problemática judicializada la de los PIL, seguramente se resolverá en algún momento en ámbitos tribunalicios (con los tiempos que esto implica, claro) si desde el Municipio se evadieron las responsabilidades que tenían que ver fundamentalmente con el destino dado a los fondos descontados a los beneficiarios del plan de empleo y que debieron ir a la obra social APOS y a los aportes jubilatorios, o si sólo se trató de un error “involuntario”.
Puede que el impacto de una resolución en relación a esta problemática sea a largo plazo para el quintelismo, al igual que sus consecuencias -más allá de que la cuestión ya hizo mella en un sector francamente debilitado por sus propias imposibilidades e incapacidades-, pero el impacto y las consecuencias del reciente anuncio de un incremento de 200 pesos otorgado por el Gobierno provincial a los trabajadores PIL, a instancias del SOEM, son inmediatas. Y lo son, a partir de lo que implica el hecho en sí mismo.
Un total de 1900 empleados de la comuna capitalina son los que se benefician con este incremento que fue confirmado por el ministro de Hacienda Ricardo Guerra y que viene a paliar, de alguna manera, la magra situación en la que se encuentran estos trabajadores, totalmente desamparados por un Municipio que, a todas luces, ni siquiera respetó los mínimos derechos adquiridos por estos y que ante las denuncias formuladas, sencillamente atinó a lavarse las manos, como si aquí no hubiera ocurrido nada.
Pero más allá de la cuestión netamente numérica que indica que con este incremento otorgado por el Gobierno provincial los trabajadores PIL tendrán un paliativo para sus alicaídos bolsillos, el dato clave que se desprende indica que lo que no pudo conseguir el quintelismo, sumido en una pelea autista, si lo pudo conseguir el SOEM, con un timorato Carlos Del Giorno que fluctúa todo el tiempo entre las filas bederistas y las filas del Intendente capitalino.
Fue justamente Del Giorno quien se encargó de dar a conocer la buena nueva para los PIL, al tiempo que adjudicó al gremio el logro (al fin, uno), señalando que se había hecho mucho hincapié en estos empleados porque el resto ya sería beneficiado con el incremento del 12 por ciento que ya había anunciado el Gobierno en su oportunidad para los empleados públicos provinciales.
Como sea, el beneficio para los casi 2000 trabajadores municipales viene a marcar, una vez más, el vacío de gestión que demuestra a diario el intendente Quintela, cada vez más solo, cada vez más aislado, como consecuencia lógica de la vorágine en la que enredó a su tropa, acostumbrada a seguir a su líder en base a los logros que lo iban posicionando paso a paso y que lo ubicaban como uno de los potables candidatos para la gobernación en el 2015.
Pero donde no manda capitán…
 
Retrocesos
El quintelismo, a partir de cuestiones como las que se evidencian por estos días y desde hace ya un buen tiempo, enfrenta uno de sus peores retrocesos como sector político y esto lo pone en situación más que complicada de cara a sus seguidores, al ver cómo se van rompiendo todos los puentes que supo construir anteriormente: primero con el Gobierno provincial, luego con Nación y permanentemente en su propio seno donde, se sabe, las disidencias internas son muchas y muy marcadas.
No ha sabido leer el quintelismo, en este sentido, la realidad que comenzó a llevárselo puesto durante el conflicto del campo con el Gobierno nacional, cuando la por entonces senadora Teresita Quintela marcó las primeras diferencias con el kirchnerismo y luego vio -no con tanta sorpresa- cómo su banca en el Senado de la Nación se hacía humo y el sector perdía un espacio de representación y referencia clave.
Tampoco pudo el quintelismo leer correctamente el curso de los acontecimientos en los últimos tiempos, empecinado en pretender desestabilizar a un Gobierno provincial elegido por la voluntad popular y al que supo acompañar, y ahora ve -no con tanta sorpresa- cómo se le escapa toda posibilidad de posicionarse en las próximas elecciones legislativas de octubre.
En el entorno del Intendente, afirman que la idea es “guardarse hasta 2015”, pero es más que evidente que ese proceso que no supo leer ni revertir, comienza a pasarle factura a un sector que ahora -10 años después- intenta dar vuelta la ecuación maquillando aquel logo que hablaba de la “Gestión Q” -anteponiendo el nombre a la gestión- y que ahora es una pesada carga, dado el fracaso de un proyecto que no llegó nunca a ser la “ciudad de los sueños”.
 
Inacción
El Concejo Deliberante capitalino sigue sin sesionar. Y ya son dos meses. Si bien los empleados del Concejo, que mantienen medidas de fuerza en reclamo salarial decidieron dar paso a los ediles para que sesionen en el recinto, el quintelismo -como no le había ocurrido nunca- no alcanzó el quórum y el cónclave no pudo ser.
Desde las 10.30 el viceintendente capitalino Armando Molina llamaba a sesión, tocando el timbre del recinto para que los ediles asistieran. Sin embargo, se sabía anticipadamente que los concejales Carlos Del Giorno, Alvaro Recalde y Andrea Mercado Luna no se presentarían.
Tampoco asistieron, el quintelista Daniel Marcos ni los bederistas Lucas Luna y Heber Sirerol, éste último destacado por el viceintendente como el único que justificó su ausencia indicando un viaje al interior provincial.
En el recinto estuvieron los quintelistas Ernesto “Harry” Pérez, Alcira Brizuela, Viviana Luna, Jesús Sánchez y el radical Eleazar Arabel, mucho más cercano al quintelismo que al radicalismo.
Pero más allá de las cuestiones particulares, lo que deja traslucir el Concejo Deliberante capitalino es una fuerte inacción en la que parece haber quedado inmerso como consecuencia de la falta de gestión en la que está sumido el Municipio capitalino y que también se traduce en una inacción que se evidencia en una ciudad casi en abandono.
 
Cuenta regresiva
El Gobierno nacional oficializó las fechas para las elecciones 2013 y el armado de las listas de los diferentes sectores entra así en la cuenta regresiva.
En la provincia, sólo resta que el Gobierno homologue las fechas, aunque ya se sabe de antemano que serán las mismas, tal como lo anticipara el propio Beder Herrera.
Lo que resta ahora es definir la nómina de candidatos de los diferentes partidos para cubrir dos bancas en la Cámara de Diputados y 18 en la Legislatura provincial.
Con el quintelismo prácticamente fuera de la contienda, se proyectan entonces otros sectores que en pleno armado muestran tantas fuerzas como debilidades.
En este sentido, el lunismo pretende erigirse como la cara visible del kirchnerismo en La Rioja debiendo sortear, sin embargo, la falta de posicionamiento y representación en la Provincia, como consecuencia de una serie de pasos fallidos en sus alianzas momentáneas o por conveniencias.
El radicalismo, por su parte, juega al optimismo al afirmar que “el gobierno sabe que tenemos ganada esta elección”, pero no logra consensuar posiciones internas, lo que quedó en evidencia luego de no poder concretar un congreso (se llevó a cabo ayer) en el que participen todos los sectores, siendo la ausencia más marcada y notoria la del galvanismo.
El bederismo, mientras tanto, mantiene las expectativas sin definir a los candidatos, pero dejando traslucir algunos de los nombres que más convencerían al Gobernador, dueño de la última palabra. Así, suenan con fuerza la ministra de Desarrollo Social Teresita Madera y el intendente de Aimogasta, Gustavo Minuzzi, quienes acompañaron a Beder Herrera en el acto por un nuevo aniversario del departamento Sanagasta, y el ministro de Gobierno Felipe Alvarez.
No obstante, fue justamente en Sanagasta donde el Gobernador hizo evidente, a través de su discurso, su preocupación por los últimos hechos que conmovieron al sistema de salud en la Provincia -verdaderas señales de alerta en un ámbito sensible y en permanente ebullición gremial- y que hoy lo desvelan mucho más que cualquier posible candidatura.
 
Intolerancia, otra vez
La localidad de Famatina volvió a ser ayer epicentro de la más indeseable intolerancia. Ocurrió en ocasión de la asunción de las nuevas autoridades del Partido Justicialista, acto que se concretó en la sede de AMEN, donde se enfrentaron al término del encuentro manifestantes antimineros y militantes pejotistas.
El clima hostil había sido anticipado días antes a través de la carta de un docente en la que se presagiaban, a partir de amenazas, enfrentamientos sociales en el seno de una comunidad dividida y que no acierta en respetar las diferencias de criterios que ya exceden, a todas luces, la problemática minera.
Ayer se trataba simplemente de la asunción de las nuevas autoridades del PJ y no había en dicho acto, más allá de las 700 personas que concurrieron, ningún funcionario provincial de fuste, que pudiera justificar -si es que se puede justificar- la reacción de los antimineros.
De hecho, el propio gobernador Beder Herrera había desistido de concurrir a Famatina para evitar, de esa manera, cualquier posible reacción proveniente de sectores disidentes claramente encabezados por el intendente Ismael Bordagaray y el sacerdote Quinteros, involucrado ya en varias situaciones de este tipo.
El saldo, tras el accionar policial, fue el de cinco asambleístas detenidos. Pero sin lugar a dudas que el más lamentable saldo para Famatina y La Rioja toda, es un nuevo e innecesario hecho de violencia que no aporta solución alguna.
 
Fuente: Nueva Rioja

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