14 de Abril de 2013 - Política

La Rioja-El Estado como gran motor

El año político que vivirá La Rioja y el país tendrá fuertes matices económicos, cuyas variables impactarán de manera directa en la vida diaria de las personas. En un año donde los políticos intentan posicionarse de la mejor manera para buscar una candidatura, no deberían perder de vista el rumbo que tanto la Provincia como la Nación van a enfrentar de manera inminente.

Por beneficio o por comodidad, muchos de aquellos “candidateables” prefieren no hablar de determinados temas para no asumir compromisos o ser luego prisioneros de sus propias palabras. Es mas fácil salir a prometer cuestiones a corto plazo que pensar en debates serios y productivos, de cara a un futuro más abarcativo para todos.
Sería ésta una buena práctica para quienes deseen anotarse en el punto de largada para las elecciones legislativas, que por más señales que se traten de interpretar, no hay ninguna definición respecto a nombres para cualquiera de los estamentos que se pondrán a consideración del electorado en agosto, al menos dentro del oficialismo. La clave será esperar las definiciones de los posibles rivales, por lo que Beder Herrera mantendrá la expectativa hasta último momento.
Justamente, el mandatario riojano es quien lleva el termómetro de las cosas en la provincia y actúa en consecuencia, logrando que la mismísima Presidenta se haga eco de los éxitos de su gestión de gobierno. El jueves en Chepes se esperaba la presencia de Alicia Kirchner, que quizá no vino por su alta exposición en la tragedia que enlutó a los ciudadanos de La Plata, y provocó que el ministro de Educación, Alberto Sileoni encabece la comitiva nacional para inaugurar un ejemplar albergue estudiantil en las tierras de Claudio Saúl.
La frutilla del postre fue una comunicación vía teleconferencia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que con Beder Herrera no escatimaron elogios respecto a sus respectivas gestiones. En concreto, quedó evidenciado con las palabras expresadas, que la relación entre ambos está intacta y que el alineamiento con las políticas públicas de la Nación se respeta a rajatabla. Esta buena sintonía quedó ratificada este fin de semana, cuando Cristina invitó a Beder a participar de una jornada de trabajo para los damnificados por las inundaciones en La Plata. Ante la imposibilidad de participar por su viaje a Estados Unidos, fue el ministro político, Felipe Álvarez, quien acompañó una comitiva de 60 dirigentes de distintas extracciones kirchneristas, que se sumaron a la tarea solidaria, encabezada por dirigente de la primera K.
En Chepes, la Presidenta se inmiscuyó en temas trascendentales para la Provincia, como son las mejoras en índices clave como la pobreza y la indigencia, que disminuyeron de forma contundente en la última década. Pero también se habló de las SAPEM y su impacto en la economía local por su inversión y la fuerza laboral que comienza a generar, que con el tiempo será más importante. Beder aprovechó para comprometerla a venir a La Rioja para cuando el frigorífico de cerdos esté en pleno funcionamiento.
La aplicación de este sistema, es el argumento preciso para reclamar por la falta de inversiones privadas, que difícilmente llegarán a la provincia con una promoción industrial vencida y sin perspectivas de reactivarse con algunos beneficios impositivos, que sirvan de “gancho” para los capitales que hoy elijen provincias más cercanas a los puertos.
El sector privado sólo representa poco menos del 30 por ciento del movimiento económico provincial y sin las herramientas necesarias, será imposible revertir este margen tan amplio de dependencia estatal, que durante años arrastran las distintas administraciones. La visión productiva de este gobierno es sin dudas la gran apuesta que, si da los resultados esperados por su mentor, podría avizorarse un cambio de paradigmas.
La Rioja sin la explotación de recursos naturales sólo tiene la esperanza de diversificar su producción con la activa participación del Estado, pero sin engrandecer la masa salarial de empleados públicos que hoy supera los 70 mil sueldos en toda la Provincia. La idea que el Estado debe ser puro paternalismo, ronda en la cabeza de ciertos dirigentes que ya fracasaron en sus intentos por llegar al gobierno, pero que insisten en sus pretensiones sin pensar en el daño que podrían ocasionar, dando por tierra las actuales iniciativas genuinas de producción.

Prudencia en el gasto
Todo tiene un límite, especialmente los recursos que llegan desde la Nación, principal aportante de las arcas provinciales, debido a que la recaudación propia es ínfima y que no mueve el amperímetro para colmar los gastos de funcionamiento del “monstruo” estatal.
La coparticipación para La Rioja, desde la pérdida del famoso punto durante el gobierno local de Menem, no es suficiente para afrontar las necesidades básicas como provincia y se debió apelar a recursos extracoparticipables, que vienen a subsanar de alguna manera este avasallamiento a los derechos de los riojanos en la época alfonsinista.
Lo preocupante es que desde el 2010, la cifra de 450 millones de pesos anuales extras, no se actualizó y los índices inflacionarios también afectan de manera directa en el rendimiento de esos fondos. De acuerdo con lo que pudo saberse, ya debería haber crecido al orden de los 700 millones, si se peleara una actualización. Lamentablemente, en la discusión presupuestaria nacional, los legisladores riojanos nunca se pusieron de acuerdo para pelear en bloque por la provincia y prefirieron (especialmente los radicales) votar orgánicamente como oposición sin importar los intereses del lugar de donde provienen y mucho menos de la gente que lo necesita.
Como tampoco se los escucha proyectar para hacer causa común y luchar por la recuperación del punto de coparticipación perdido, que hoy significarían 1500 millones de pesos anuales, que sin dudas cambiaría el eje de dependencia que hoy padece la Provincia. Están más enfrascados en cuidar sus propios intereses, especialmente aquellos que no comulgan con las políticas nacionales y pretenden situarse como referentes de la crítica, sin conseguir absolutamente nada para los riojanos.
El 2013 no será un año fácil. La situación económica y financiera del país no pasa por sus mejores momentos y los coletazos de la inflación golpean duro a la población. Así como a la gente no le rinde el peso en el bolsillo, a los gobiernos los fondos que llegan tienen el mismo impacto.
En el caso de La Rioja, el Gobierno dispuso un aumento salarial en dos partes durante el año, cuyo acumulativo oscilará en el 25 por ciento. Este número es coincidente con las previsiones de crecimiento inflacionario, que es una suerte de profecía autocumplida, porque históricamente coincidieron las especulaciones con los hechos posteriores.
Vale decir entonces que este incremento salarial será una actualización del poder adquisitivo, pero que según los números que expuso la Provincia, son los que puede cumplir y mantener a lo largo del año. Las críticas al incremento provienen de los sectores opositores, que irresponsablemente son capaces de rifar el futuro de la Provincia, o de los gremios que adolecen de una real representatividad, que ni siquiera les sirve para sentarse a dialogar con el Gobierno de igual a igual, sumado a la falta de credibilidad en los referentes sindicales en general.
El asalariado estatal vio incrementado su sueldo en un 352 por ciento desde el 2007 a la fecha, mientras que la variación en los ingresos de libre disponibilidad fue del 298 por ciento, lo que muestra a las claras la apuesta gubernamental de fortalecer al empleo público, afectando en este momento el 91 por ciento del volumen de recursos para este rubro.
El panorama es comprometedor y las acciones que deben llevarse adelante deben ser por demás previsoras, pues cualquier acción equivocada afectará el bienestar de miles de riojanos, que conformamos el Estado. Muchas veces, los intereses políticos promueven reclamos que pueden resultar válidos, pero que están viciados, por lo que están condenados al fracaso. El Estado debe dejar de ser la vaca lechera porque los recursos son limitados. La Provincia debe orientarse definitivamente hacia la autosustentabilidad, que está lejos, pero que no es imposible conseguirla si se aplican las políticas correctas y la clase dirigente deja de pensar con el típico egoísmo que la caracteriza.

Fuente: El Independiente