La votaron los diputados porteños por un acuerdo entre el PRO y el kirchnerismo. Establece usar terrenos ferroviarios para hacer torres de viviendas. Pero los vecinos piden parques y zonas públicas.
Otra vez, en plena madrugada y tras una larga discusión, el acuerdo entre el PRO y el kirchnerismo terminó por convertir en ley un proyecto muy resistido por los vecinos de Caballito: la construcción de torres de viviendas en terrenos ferroviarios . El plan –impulsado por el Gobierno nacional– alcanza también a predios de Liniers y Palermo, donde ya se levanta un shopping a cielo abierto.
La ley fue recibida con duras críticas por parte de los vecinos, que dicen que se pierde ese terreno que estaba destinado a un espacio verde público y que además se agrega población en un barrio que ya está colapsado por la construcción. También hay fuertes quejas de comerciantes y de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que se oponen a los shoppings en terrenos públicos porque “afectan al comercio barrial”.
Este tipo de leyes modifican el Código de Zonificación de la Ciudad, por eso demandan una doble votación en el recinto y también una audiencia pública a la que se cita entre una y otra lectura. Por el impacto que tienen en la vida barrial, el 10 y el 11 de diciembre más de mil vecinos participaron de estas audiencias. Y pese a todas las ideas alternativas que llevaron y la resistencia que manifestaron a este proyecto –impulsado por los diputados Juan Cabandié (Frente para la Victoria), Aníbal Ibarra (Frente Progresista y Popular) y Gabriela Cerruti (Nuevo Encuentro)– sienten que fueron ignorados de manera ostensible.
“Que sepan que vamos a seguir la lucha. Para nosotros no se termina acá. Al menos logramos que no se trate el permiso para la construcción del shopping sobre avenida Avellaneda”, dijo ayer a Clarín Teresa Horowitz, vecina de Cucha Cucha y Gaona, en donde vive desde hace 30 años.
Según informa el propio Gobierno porteño en un estudio del Ministerio de Desarrollo Urbano –2010/2060 Modelo Territorial Buenos Aires– el Area Central y Caballito tienen la mayor cantidad de construcciones y la menor cantidad de espacios verdes.
Las tierras que Nación pondría a la venta –alrededor de 12 hectáreas, cuyo dinero se usaría para el soterramiento del Sarmiento– se destinarían a la construcción de torres que harían inversores privados. Según determina el Código de Planeamiento Urbano, el 65% de esos terrenos deberían ser destinados a espacios públicos: “El problema es que en ese 65% incluye las veredas, las calles y un puente, entre otras cosas. Por otro lado, nadie dijo nada respecto a las obras de infraestructura, que venimos pidiendo desde hace más de diez años”, se lamentó Elcira Castro, vecina de la calle Yerbal, entre Biedma y Oroño. Todos los veranos padece los cortes de luz y la falta de agua en una zona de Caballito híper edificada.
“Lo peor de esta ley es que no especifica en ningún tramo que el dinero de la venta se destine al soterramiento”, detalló el legislador Adrián Camps, de Proyecto Sur, que votó negativamente, junto a su bloque. “Pero además este tipo de votaciones dejan en evidencia al kirchnerismo, la forma en que operan a través del disciplinamiento político. Los legisladores no tienen independencia de criterios. Argumentando que forman parte del modelo, se manifestaron orgullosos de votar la ley. Y así, le dieron la espalda a todos los vecinos de Caballito”, se lamentó Camps.
Y aunque el permiso para la construcción del shopping que pide el grupo IRSA, de Eduardo Elsztain, podría tratarse en 2013, la CAME manifestó su alerta. “Miramos con preocupación como terrenos del Estado se transforman en grandes shoppings que perjudican a los pequeños comerciantes”, dijo ayer Vicente Loureiro.
La ley incluye, además, la venta de tierras ferroviarias en los barrios de Palermo –en donde IRSA construye desde hace 10 meses otro shopping entre Juan B. Justo, Godoy Cruz, Santa Fe y Paraguay– y en Liniers. En este barrio los vecinos piden un estudio de impacto ambiental : es cabecera de más de 100 líneas de colectivos, hay venta ambulante en las calles, una terminal de larga distancia informal y solo dos cruces ferroviarios, además de la cancha de Vélez Sarsfield.
Fuente: Clarín
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