El intendente de Neuquén, Horacio Quiroga, anticipó que el año próximo será "el de la obra pública", y que se recluirá en el trabajo "como el peludo en la cueva". Lo que viene en el gobierno municipal, el tema EPAS, la visión del contexto, todo en una charla a solas con periodistas de este diario.
El intendente se sienta frente al periodista con el termo y el mate a mano. La primera parte de la charla pasa con el mate cebado sin tomar, en el arrebato de los inicios. “Soy cautamente optimista, optimista tal vez por necesidad”, dice Quiroga. La descripción del estado de ánimo político tenía que ver con el contexto nacional, y el petrolero en particular. “Lo veo mal al panorama. (Alfredo, CEO de YPF) Galuccio busca plata y no consigue, y acá no sé cómo se va a prorrogar concesiones…¿a quién? ¿a una empresa que fue robada, confiscada por el Estado, como YPF?”. El tema del precio…sí, es importante, pero “necesitamos más yacimientos, más exploración”, sostiene. Y se pregunta si cuando “Julio De Vido dice que estaremos auto-abastecidos con gas en 5 años, porqué no menciona la depredación de los últimos tiempos, porque entonces estamos hablando de 10 años, no de cinco”. Ahora sí, chupa el mate, y acota con una sonrisa irónica: “El gas es a Neuquén lo que la soja es para el país. Pero la soja se vende a precio internacional. Es de terror la simpleza con que se ha tratado el tema (energético) en el país, por lo que lo único que se ve para adelante…es una nebulosa”.
¿Y qué viene en el gobierno municipal en este contexto? Hay dos palabras que parecen sintetizar el momento para el Intendente. Una es “hacer”. La otra, “poder”. El diagnóstico es simple. Con el gobierno de Cristina Fernández, no hay perspectivas de que los recursos nacionales se coparticipen más allá de “20 ó 25 por ciento”. Cree, como para dar un ejemplo, que el último ejercicio fiscal “fue el peor de los últimos 9 años”. Cree que el actual gobierno nacional “es el más unitario de la historia”. Cree que no se frenará la expansión de los gastos corrientes, con lo que Neuquén arrastrará “dos pesos muy fuertes: el mazazo nacional, y el provincial”. Para Quiroga, se sabe y ahora lo recuerda por las dudas, la provincia pierde 390 millones de pesos por mes nada más que por la diferencia entre el precio internacional y el nacional de su principal recurso, el gas. “Ante esta situación –dice- nos quedan tres deberes: advertir, prevenir, y revertir”.
En esta situación, el gobierno municipal espera incrementar lo que puede manejar por sí mismo, es decir, los recursos propios. “Pensamos aumentarlos entre 20 y 25 por ciento. Aunque –aclara rápidamente- esto es un poco de mentira”. ¿Por qué? Por los indicadores económicos en la Argentina del INDEC trucho. El Municipio aumentó un poco la estimación de inflación a lo que calculó la provincia, pero igual un 11% será, seguramente, menor a lo que realmente ocurra. “Nuestros gastos están controlados”, dice el Intendente. ¿Controlados dentro de esos porcentajes de incremento calculado para los recursos? Se le re-pregunta. Claro, dice. “Hay que tener en cuenta que habrá un aumento salarial, que esto es inevitable”, dice. Ese aumento se pretende establecer de una vez y para todo el año, y para eso se habla con el sindicato (Sitramune). Y habrá pases a planta…se le apunta. “Sí, lo mínimo que se pueda, para el caso de personas que trabajan en el área operativa, quiero pasar a planta permanente a los de mamelucos, no a los de corbata –dice Quiroga- y después…se congela el ingreso. Se pone el cartel de no hay más vacantes. En realidad, ya está puesto”, dice.
En ese momento de la charla, y ya con unos cuantos mates compartidos, llegó el momento de la mayor contundencia en la definición de que lo viene para el 2013 desde el punto de vista del gobierno municipal: “Será el año de la obra pública. Porque tengo que admitir que este (el año que termina) hubo sub-ejecución de obras. Y eso es algo que no puede pasar”, dice Quiroga. ¿Y con cuánto dinero contará para hacer obras? El detalle es el siguiente: unos 140 millones de pesos se utilizarán del financiamiento que se obtenga de los bonos municipales; otros 150 millones se aplicarán a obra desde la previsión presupuestaria, con orígenes diversos; y otros 38 millones que están disponibles de la ley 2615, es decir, de la parte que le tocó a la Comuna de la renegociación de los contratos petroleros. En concreto, unos 328 millones de pesos para “el año de la obra pública”. Será también “un año enrarecido por el clima electoral”, admite, pero sostiene: “voy a hacer lo del peludo: en la cueva y a trabajar”. ¿Y la campaña electoral de sus candidatos? Se le pregunta. “Por supuesto que los acompañaré. Pero en contra-horario. Es decir, fuera de los horarios de trabajo en el Municipio”, aclara.
En este tramo de la charla, y dentro del contexto de las obras públicas y de lo que se hará y no se hará el año próximo, llegó la cuestión del Ente Provincial de Agua y Saneamiento, es decir, el EPAS. Un tema peliagudo. Un tema difícil. Sin embargo, Quiroga lo enfrenta con tranquilidad, y mucha convicción en cuál es el rol del Municipio en el asunto. Se le pregunta en concreto qué se hará dentro de los acuerdos ya alcanzados. “Estamos con obras que ya estaban planificadas por el EPAS, y viendo si podemos hacer más. Para eso hemos hecho gestiones ya ante el Fondo Federal de Infraestructura, donde está José Estabillo”, dice el Intendente. Por otra parte, entiende que el gobierno provincial “siente como si cargáramos con el peso de la responsabilidad de dar el servicio…ese es el problema original”, dice, y ahí se encrespa un poco: “nosotros no rogamos ni mendigamos por un servicio de agua…nosotros queremos otorgar un negocio a 30 ó 40 años”, enfatiza. Y enseguida va hacia un punto que este diario había anticipado: “Sapag ve con buenos ojos que el EPAS entregue el agua a la ciudad en bloque, y que haya una empresa municipal que distribuya y se haga cargo del servicio a los usuarios”, lanza. “Sería una empresa municipal de agua, estatal, aunque abierta a la participación privada, que pueda contratar otras empresas privadas”, dice, y de paso, confirma. En ese momento, se le cruza lo sucedido con el EPEN, y entonces pide anotar: “me solidarizo con el gobierno de la provincia, ante los embates de un gremio prepotente, que ha producido destrozos, y ahora hasta parece que un sabotaje…esto no lo quiero para el EPAS”, dice, y –se nota- lo dice con toda la intención.
El tema EPAS no termina ahí, sin embargo. Sigue la charla. Es que es un tema relevante. Casi determinante desde lo institucional y desde lo pragmático de un servicio esencial, ineludible. “Por supuesto que tiene que haber una tarifa razonable, y que esa tarifa la tiene que fijar el Concejo Deliberante. Esto no sucede ahora porque no hay un contrato”, dice. ¿Y qué hay de concreto hasta ahora? “Hay un borrador de contrato, no nos ponemos de acuerdo con las inversiones”, acepta. “Acá tiene que concretarse una relación entre poder concedente (el Municipio) y concesionario. Ahora aplicamos multas al EPAS, pero no son sanciones, porque no podemos sancionar al EPAS ya que no tiene un servicio concesionado. Las multas son como si se las hiciéramos a un vecino cualquiera, un vecino más que comete una infracción”. Entonces, da una definición interesante: dice que “tenemos que desembarazarnos de ese concepto paternalista del gobierno provincial, de que la provincia viene a solucionarnos las cosas”. Entonces, se le pregunta si es conciente de que se lo acusa de que Quiroga si tiene que dejar sin agua a alguien que no puede pagarla, lo haría. “Si –dice- pero lo que yo opino no es eso, yo sostengo que no debe haber subsidios, pero sí debe haber subsidiados. Son dos cosas distintas. Si damos subsidios al voleo, después tenemos que aplicar la frase que dice a río revuelto, ganancia de pescadores. Se beneficia el que no debe, y por ahí el que realmente necesita, no recibe el beneficio en plenitud. Pero subsidiados sí, tiene que haber ¿cómo no, si cada vez hay más pobreza y marginalidad?”.
El Intendente capitalino mira su reloj. Ya tiene que ir a otro compromiso. Pero antes hay tiempo de hablar un poco de eventuales cambios de Gabinete. Retoques. ¿Los va a hacer? “Si es necesario hacer un retoque por semana, lo hago. Los cambios se hacen en el momento necesario, en el momento que yo crea necesario”, dice. Y, ya concientes de que no dará nombres por el momento, asegura, con una sonrisa pícara: “estoy…como diría…modestamente conforme. Nos eximimos…arañando. No me gusta mucho eso. Quisiera que sacáramos un excelente. Por eso digo, lo de la campaña…quiero ser mejor intendente que lo que fui”. Y la charla, entonces, terminó. El mate ya estaba lavado. El Intendente se fue a sus quehaceres. Nosotros volvimos, y escribimos esta nota.
Fuente: Diariamente Neuquén
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