En Colombia solo el 5,4% de los niños en condición de discapacidad que estudia logra terminar el bachillerato.
Padres de niños en condición de discapacidad en el departamento del Quindío pueden solicitar a las EPS que envíen a sus hijos a un centro de rehabilitación especializado.
Así lo afirmó Juan Ovalle, representante legal de Nazareth, institución que según indica su gerente, “tiene como objetivo proporcionar a los niños con discapacidad, verdaderas oportunidades de inclusión en la sociedad”.
Ovalle señaló que para garantizar el éxito en un proceso de rehabilitación, aparte de las terapias convencionales recomendadas por los médicos especialistas, a los niños se les debe brindar un taller vocacional donde descubran qué es lo que les gusta hacer en la vida y para que pueden sentirse útiles a nivel laboral, artístico y/o educativo.
Es así como el instituto Nazareth llegó al departamento ofreciendo una solución para los padres de niños con discapacidad sin cobrarles dinero, pues todos los recursos se gestionan a través de las EPS.
Cabe destacar que la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobada por las Naciones Unidas en el año 2006 y recién ratificada en Colombia, en su artículo 24, establece que los Estados deben reconocer el derecho que tienen las personas con discapacidad a acceder a la educación y a una educación de calidad. No obstante, el educativo es uno de los ámbitos donde se presentan las principales barreras para la inclusión, a raíz de diferentes imaginarios o estereotipos infundados en la sociedad desde hace mucho tiempo.
“Si bien, ha habido avances significativos en términos de una mayor conciencia del derecho a la educación de personas en condición de discapacidad, sigue una deficiencia en el enfoque. Las personas en general aún creen que los niños en este estado deben formarse aparte porque los creen incapaces de cumplir con los requisitos que la escuela impone o porque creen que allí van a ser maltratados y no es así”, manifestó Mónica Cortés, directora ejecutiva de la Asociación Síndrome de Down, Asdown.
El tema aquí, según Cortés, es entender que “todos somos valiosos que no interesa cómo seamos, todos podemos hacer aportes sin importar el contexto”. La diversidad y la inclusión se logran en el instante en que las personas logran “que no todos somos iguales y que cada uno de nosotros tiene diferentes ritmos y maneras de aprender y eso sucede con el niño con discapacidad; él aprende de una forma y yo de otra y esta interacción genera experiencias enriquecedoras puesto que todos aprendemos a vivir en un marco de respeto, tolerancia y valor”, aseguró la directora ejecutiva de Asdown.
Por su parte, la especialista Diana Patricia Martínez, fonoaudióloga, especialista en desarrollo infantil y procesos de aprendizaje, que trabaja como consultora en educación de la fundación Saldarriaga Concha, consideró que en la sociedad debe trabajarse fuertemente en términos de sensibilización y toma de conciencia. “Es importante que las personas entiendan que aquellas discapacidad cuentan con un potencial inmenso, lo que las hace tener todas las posibilidades para aprender y desarrollarse como cualquier ser humano”.
Terapias y educación deben estar ligadas
En el departamento del Quindío es común que las personas en condición de discapacidad tengan que desplazarse por varios lugares para poder realizar sus terapias. Al respecto, Juan Ovalle, gerente del centro de rehabilitación Nazareth explicó que lo más importante para que la recuperación de estas personas deje buenos resultados, se debe garantizar que reciban todas las terapias de forma coordinada entre los diferentes especialistas. “En Nazareth manejamos un proceso integral a través de cinco departamentos que son: Fisioterapia, fonoaudiología, terapia ocupacional, sicología y educación especial. De la mano de estos procesos se trabaja el proceso educativo con entidades educativas regulares para reforzar la inclusión”.
Fuente: Cronicas del Quindío
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