23 de Agosto de 2012 - La Rioja

La Rioja-Plantemos arboles para sentirnos mejor

JULIO, DEL BARRIO DE VARGAS

“Leí con cierta avidez –porque estimo que es un tema que nos interesa a todos los que habitamos este bendito suelo riojano, lo escrito por Antonio en vuestra columna ‘La voz de la Gente’, del miércoles 8 de agosto, relacionado a la necesidad de plantar ‘árboles que den sombra’.
Es cierto lo que él menciona, o al menos yo coincido, cuando se refiere a que no necesitamos más cactus en nuestras calles y avenidas (ya tenemos suficiente en nuestro territorio; y si no, miremos hacia el oeste de nuestra ciudad y nos daremos cuenta que toda la falda del cerro que nos rodea, está llena de esos ejemplares. ¡Ojo! Que quede en claro, no estoy diciendo que los saquemos, muy por el contrario… conservémoslos, porque forman parte de nuestra identidad, pero dejémonos de plantar cactus en nuestras calles, serán bonitos, vistosos… pero no dan sombra.
En cambio, distinto seria si ponemos árboles que nos provea de lo que tanto hace falta… ¡sombra! conozco algunas especies de rápido crecimiento, como son: álamos cuadrados, plateados, moras hibridas y tantas otras que, por no ser idóneo en la materia, no las menciono… Simplemente, ‘tiro la idea’ para él o los encargados de forestar nuestra ciudad; no interesa si corresponde al ámbito municipal o provincial, pero sí interesa que se hagan conciencia de esta problemática.
Debo reconocer que el agua es escasa, pero si recurrimos a alguno de los sistemas de riego existentes, podríamos superar este inconveniente. En conversación sobre forestar nuestro suelo, mi amigo Mario Román, me dijo algo que es cierto… ‘¿de qué vale plantar árboles, si nosotros mismos no lo cuidamos?’.
Yo creo que echando, aunque sea un ‘jarrito de agua’ todos los días, contribuiríamos a que La Rioja goce de buena salud, perdón, quise decir de buenas arboledas. ¿Falta de cultura en la población? Puede ser. Pero si iniciamos un programa que podría llamarse ‘Plantemos árboles para sentirnos mejor’, la cosa sería otra.
Qué lindo sería ver que nuestros vecinos rieguen las plantas de sus veredas, qué lindo sería ver cuando salimos de casa, que el ambiente que nos rodea esté teñido de verde, de ese verde que estimula, que recrea la vista, de ese verde que te dan ganas de aspirar profundamente todo el aire del mundo, de ese color que te sosiega, etc. etc. etc. En resumen, y para que no se ofendan nuestros cactus, u otras especies autóctonas, las coloquemos, pero alternadamente.
Por último… Antonio, vos sí que sabes de arboricultura, te felicito por tu comentario del miércoles 8, un abrazo.
Pasando a otro tema, pero “más cortito”: rotondas, ¡para qué tan grandes! Para colmo, las calles que la rodean son demasiadas angostas, y si no, veamos la existente en avenida Ramírez de Velasco y 30 de Septiembre (por nombrar una de las tantas) con la asimetría descripta, y para mal, sus contornos carecen de adhesivos fosforescentes que delaten su presencia, o crearán que los que conducimos ¿gozamos de buena vista?
¡Cuán equivocados están!, no todos conservamos ese privilegio y más cuando ya contamos con algunos años encima. Preguntémosle a los chapistas o mecánicos que se están ‘poniéndose las botas’ arreglando ‘fierros’ y tren delantero de aquellos que se llevan por delante las famosas rotondas, si tengo o no razón”.

Fuente: El Independiente