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18 de Julio de 2012 - Neuquén

Neuquén-Se desinflan las regalías

Los ingresos por derechos de explotación cada vez representan una parte menor de los recursos totales. Mientras que en 2007 cubrían toda la masa salarial, hoy sólo sirven para afrontar menos de la mitad.

Ante este escenario, el Gobierno busca variables de ajuste en la emisión de deuda y en el retoque de impuestos provinciales. Detalles de cómo se liquidan las regalías y los controles que se realizan.    
En los últimos cinco años cayó 12 puntos la participación de las regalías dentro de los ingresos totales de la provincia. Mientras que en 2007 los fondos que ingresaban en concepto de derecho de explotación de los recursos naturales provinciales cubrían todo el gasto salarial, hoy apenas sirven para afrontar la mitad. Ambos datos son apenas dos muestras de la actualidad fiscal local, en tiempos donde la desaceleración económica se convirtió en una realidad.
Sólo cuatro provincias concentran el 80% de las regalías hidrocaburíferas del país. Además de Neuquén –que está a la cabeza-, se anotan Chubut, Santa Cruz y Mendoza. Son, no por casualidad, las provincias con mayor grado de autonomía del país y las que mejores indicadores sociales tienen. Un estudio de los especialistas Diego Mansilla y Martín Zeballos, de la Agrupación Moreno, demuestra la directa relación entre las regalías y este estado de “isla-emirato” que lograron estos subestados.
La realidad, sin embargo, parece estar cambiando. Aunque los fondos propios pican en punta, Neuquén es cada vez más dependiente de los recursos que envía Nación a través de coparticipación, ingresos que, por otra parte, no son una variable manejable.
Tampoco lo son las regalías, que crecieron a valores interanuales de entre el 6 y el 8% gracias a la suba del precio del petróleo, en momentos donde la producción se derrumbó. De allí los ingentes pedidos del gobernador Jorge Sapag para que Nación autorice una suba de los precios del gas en boca de pozo, valor de referencia para la liquidación de derechos de explotación. A más precio, más regalías. La cuenta es sencilla.
Neuquén sí posee dos válvulas de escape a la merma de fondos. Una es la emisión de deuda, que ya se puso en práctica a través de la salida al mercado de Letras del Tesoro. La otra es la actualización de los gravámenes propios, que ya tuvo un capítulo con la suba de las bases imponibles del Impuesto Inmobiliario. También se intenta ahora con una reforma del Impuesto a los Ingresos Brutos, que, coinciden los tributaristas de distintas corrientes teóricas, es de los más regresivos que existen junto al IVA.

Dinámica
E&E indagó en fuentes del Ministerio de Economía y de Energía para conocer cómo es la dinámica del ingreso de regalías. Algunos de los mecanismos sorprenden.
Tras la renegociación de los contratos petroleros en 2008, a los 12 puntos de las regalías (el famoso “octavo” –ver aparte-) se le sumaron otros tres puntos de canon y una variación que depende del precio interno de los hidrocarburos en boca de pozo, una verdadera telaraña de valores cruzados y alterables, sobre todo en el caso del gas.
¿Cómo llega ese dinero al Tesoro provincial? Se liquida entre el 15 y el 16 de cada mes en pesos, pero con precios fijados en dólares. El dato no es menor, porque cada centavo que sube el dólar implica un aumento en la recaudación.
¿Cómo se calcula cuánto debe pagar cada empresa en regalías? Aquí se presenta uno de los puntos más polémicos del tema. Las empresas hacen una declaración jurada con los valores de su producción y allí liquidan automáticamente, en un mecanismo similar al de Ingresos Brutos, las regalías correspondientes a partir del volumen y precio de venta que obtuvieron.
Según pudo saber E&E, la provincia realiza una suerte de doble control que depende de las carteras de Economía y Energía. En este último caso, el cruce de valores se realiza a través de un esquema elaborado en base al sistema de la consultora del ex secretario de Energía durante la gestión de De la Rúa, Daniel Montamat. Sus servicios fueron contratados en 2006  por el ex gobernador Jorge Sobisch para realizar una auditoría por regalías mal liquidadas.
Los controles que se aplican actualmente sobre los niveles de producción que declaran las empresas hacen foco en el transporte y en la compra de insumos, entre otros factores que permiten dimensionar la extracción. 
Además de los volúmenes, las regalías dependen del precio que obtienen las operadoras al vender el gas y el petróleo. En el caso del gas, por sus diversas tarifas (en su mayoría controladas por el Estado), se registran oscilaciones importantes a lo largo del año. En invierno, por ejemplo, la mayoría del fluido se destina a los hogares, que pagan los precios más baratos y, por lo tanto, se desploman las regalías.
En valores corrientes, las regalías del petróleo subieron un 37% entre 2008 y 2011, mientras que las del gas sólo lo hicieron un 12%. Sólo para tomar una referencia, el principal concepto dentro de las erogaciones del Estado, los salarios, subieron un 84% en el mismo período. El índice de precios que mide al Dirección Provincial de Estadísticas y Censos, en tanto, creció un 130%. Las regalías siguen creciendo, pero a un ritmo mucho menor que los gastos.

El “octavo”, la forma más antigua de pagar derechos
La regalía fue la forma elegida históricamente para el pago de derechos de explotación de recursos no renovables. Según desarrollan Diego Mansilla y Martín Zeballos, en el artículo “Las regalías hidrocarburíferas en la desigualdad fiscal provincial” –puede leerse en www.argenpress.info- , ese fue el sistema que primó en la industria del carbón inglés desde del siglo XVIII. La razón es que se trata de un modelo de fácil ejecución y que no corre riesgo de desactualizarse.
“La regalía consuetudinaria más frecuente desde comienzo del siglo XIX fue un octavo (12,5%), cifra que fue utilizada para los arrendamientos estadounidenses”, explican los autores.
“El nacimiento real de las regalías en Argentina se remonta a 1935, cuando el Congreso ratificó un decreto de (el presidente Agustín Pedro) Justo, permitiéndole a la petrolera estatal YPF operar en todas las provincias. Hasta ese momento, YPF llevaba adelante la mayor parte de la extracción petrolera, pero sólo operaba en los Territorios Nacionales (principalmente Chubut y Neuquén). Las provincias con reservas (particularmente Salta, Jujuy y Mendoza) habían acordado una política de acuerdo con las petroleras internacionales, no otorgando permisos de cateo a la petrolera estatal. Por la Ley 12.161/35, YPF podía operar en todas las áreas provinciales que no hayan sido arrendadas a otras petroleras, pagando una regalía a la provincia del 12% del valor extraído. A partir de ese momento, las regalías fueron el pago que YPF (y posteriormente las petroleras privadas) realizaban a las provincias (o al Estado Nacional en los Territorios Nacionales y el Mar Argentino). Si bien la alícuota (12%) continuó vigente desde 1935 (siendo actualmente una de las más bajas del mundo), en sucesivas legislaciones se modificó el precio al que se valorizan los hidrocarburos y los costos que deben descontarse del precio para llegar al “Valor a Boca de Pozo” -sobre el que se calcula el 12% de regalías”, detalla el trabajo.

Fuente: La Mañana
 

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