Por Oscar Moscariello Legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (PRO)
Nuestra Constitución estableció que debería regir un régimen de coparticipación nuevo desde antes de fin de 1996. Esa norma debería ser una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, e instituir regímenes de coparticipación garantizando la automaticidad en la remisión de los fondos, contemplando criterios objetivos de reparto.
Varios gobiernos no han logrado poner en marcha este dispositivo constitucional. Pero el Gobierno Nacional conducido primero por Néstor Kirchner y luego por Cristina Fernández no sólo no lo ha logrado, sino que directamente ha trabajado en sentido contrario, con unitarismo de caja y un centralismo desordenado erigiéndose en una administración rica, con recursos de provincias empobrecidas.
Los porteños sabemos bien como es el trato de la administración actual: vocación federal cero . Nos han tratado como ciudadanos de segunda y han pretendido sumir a la Ciudad y a los porteños en la ruina. Distintas provincias no alineadas con el Gobierno sufrieron el mismo trato.
Ahora, a un gobierno de su mismo signo político se lo obliga a suplicar lo que es propio .
La prédica kirchnerista en contra de los años noventa sin embargo se ha apoyado en sus peores herramientas. De los puntos de coparticipación que en aquellos años se retuvieron ilegítimamente a las provincias, la ambos presidentes del Frente para la Victoria no devolvieron ninguno.
El Gobierno no es el dueño del dinero que recauda. Es por un acuerdo entre órganos de la Constitución que recauda determinados impuestos y luego debe coparticiparlos. Como no lo hace, causa ruina a las provincias y por ello muchas terminan con problemas para sus gastos corrientes.
Se llaman derechos de las provincias y de sus ciudadanos porque no son favores que alguien deba hacer , sino atribuciones y garantías que el Gobierno Federal debe respetar. Cuanto antes lo comprenda quien gobierna el país, más rápido avanzaremos hacia la sociedad que la Constitución vigente y el esfuerzo de millones de argentinos en democracia hemos diseñado.
Fuente: Clarín
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