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21 de Junio de 2012 - La Rioja

La Rioja-Por un trato digno de las personas adultas mayores

Por Sandra Vega (*)

El primer Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez fue conmemorado el 15 de junio de 2006 en las Oficinas Centrales de Naciones Unidas. Este día fue establecido por Naciones Unidas a instancia de INPEA (Red Internacional para la Prevención del Abuso y Maltrato en la Vejez), basándose en el Plan de Acción de la Segunda asamblea Mundial sobre el Envejecimiento llevada a cabo en Madrid en el 2002, que en el artículo 5 de la Declaración Política nos dice: “Estamos decididos a eliminar toda forma de violencia, discriminación y maltrato contra las personas de edad.
La intención fue caracterizar a este día como un momento de reflexión en todo el mundo acerca del abuso, maltrato y negligencia hacia los mayores, haciendo hincapié en la necesidad de la comprensión de la magnitud del problema, como así también las iniciativas de prevención necesarias para llegar al objetivo.
Es fundamental que la temática del maltrato y abuso a los mayores esté en los medios de comunicación no sólo para sensibilizar a la sociedad, sino para que los propios mayores puedan reconocer e identificar cuándo están siendo víctimas.
Las actitudes de los miembros de una comunidad hacia los mayores se encuentran relacionadas en forma estrecha con la imagen que socialmente se mantiene de ellos, y esta imagen se relaciona, a su vez, con la posición social que las personas mayores disfrutan (o padecen) en dicha comunidad. Estudios sobre estereotipos e imágenes de la vejez, concluyen que la percepción social sobre las personas mayores es básicamente negativa. Se centra en el déficit y en la incapacidad. Se los presenta como seres deteriorados física y mentalmente o en situación de precariedad, en cualquier caso se limita y empobrece la perspectiva de vida de este grupo de edad. Las ciudades tan poco amigables, con veredas rotas y transportes a los que resulta imposible subir denuncian que no se los ve o no se sabe de su existencia.
Y en las familias, según investigación realizada por la especialista Lic. Sandra Vega en el trabajo final de la carrera de Especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional, año 2011, existe un elevado porcentaje de adultos mayores que deben hacerse cargo cotidianamente del cuidado de sus nietos para ayudar a sus hijos a sobrellevar esta responsabilidad. Responsabilidad que muchas veces termina resultándoles una carga pesada que sobrellevan en silencio con tal de seguir disfrutando de sus nietos y no crear un conflicto familiar. Pero en algunos casos confiesan que esta “obligación” limita su libertad y les impide realizar otras actividades como ir a los cursos y talleres que ofrecen la Universidad para el Adulto Mayor, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de La Rioja.
La que se hace cargo de el o los chicos es fundamentalmente la abuela, por este papel de “cuidadora innata” que asume desde siempre la mujer, se la define como el “Síndrome de la Abuela Esclava”. Expresión utilizada por el médico español Guijarro Morales (2001) quien describe el “Síndrome de la Abuela Esclava” como una enfermedad que puede ser grave y que afecta fundamentalmente a mujeres adultas con responsabilidades de ama de casa, que durante muchos años se sintieron satisfechas con el desempeño de su rol de abuelas y que en cierto momento, a causa de la interacción de diversos factores, ese mismo rol deviene en patológico.
Este síndrome, según el autor, toma relevancia ya que podría causar distintos tipos de síntomas que van desde hipertensión arterial, sofocos y taquicardias hasta depresión y desánimo.
Socialmente el rol del abuelo está asociado a la vejez y la vejez a la pasividad. Por lo tanto este prejuicio social obliga a muchos adultos mayores a hacerse cargo de los nietos. El concepto de que el adulto mayor ya no tiene que hacer, se jubiló, le otorga al otro el poder disponer del tiempo ajeno. Esto provoca un debate interno por parte de los abuelos entre hacer o desarrollar sus propias actividades o cuidar a sus nietos. El no hacerlo genera sentimientos de culpa.
El cuidado de los nietos es bueno cuando el abuelo siente que colabora y no cuando se apropian de su tiempo o no puede expresar el modo en que quiere organizarlo. El ser abuelo no significa desarrollar una función paternal.
Sin embargo, si por un rato abandonamos el prejuicio y miramos alrededor, veremos otra cara de la realidad. Vemos a diario en nuestra ciudad muchos adultos mayores que asisten a clases de educación no formales, y espectáculos, que disfrutan de actividades culturales, recreativas y artísticas. Son estos nuevos mayores los que vencen a diario mitos y prejuicios. Los que cambian imágenes por realidades, los que harán posible un mundo más inclusivo. Es hora de que todos nos planteemos si estamos decididos a acompañar esta lucha, porque después de todo y si tenemos suerte, ya lo somos o lo seremos en el futuro, que podamos decir con orgullo “Nosotros los mayores, sujetos de derechos”, viviendo en una sociedad que respeta y protege a los mayores.
(*) - Especialista en Gerontología Comunitaria e Institucional - Lic. en Trabajo Social.

Fuente: El Independiente

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