19 de Junio de 2012 - Corrientes

Corrientes-Capital: Veredas, sin condiciones para el paso de peatones

Son responsabilidad de cada frentista, que al descuidarlas, perjudica a la ciudad como destino turístico y atenta contra quienes padecen alguna disminución en la movilidad.

Las cifras de turistas que se obtuvieron el último verano, consolidaron a la provincia como un destino turístico, cuando antes se la consideraba un lugar de paso. Tanto la gestión municipal como provincial desarrollan actividades para que durante todo el año siga manteniéndose como tal.
El problema surge de los propios habitantes de la Capital, que si bien no tienen actitudes contra los turistas, descuidan aspectos que no contribuyen a que sean bienvenidos. Es lo que sucede con la vía pública, reflejado en el estado de las veredas.
Indistintamente, los barrios del centro presentan diversas dificultades que complican el paso a los peatones. Roturas, mugre y heces de perro, problemática que amerita una edición completa para su análisis, componen el escenario que "decora" a las veredas correntinas. La situación exime a los barrios periféricos, ya que generalmente los habitan personas de menores recursos, por lo que la Municipalidad lleva adelante acciones en colaboración con el mantenimiento general.
El contexto no sólo perjudica el aspecto visual, estético, que todo lugar turístico demanda, sino que los más afectados son los individuos con dificultades motrices, por su edad o por padecer alguna discapacidad. Desniveles, baldosas irregulares o su falta, son comunes en las veredas, que si bien son públicas, son responsabilidad principal de los vecinos que viven sobre ellas.

EN LAS PARADAS
Las esquinas neurálgicas en el centro para los que transitan a pie están puestas en las paradas de colectivos. Pese al trabajo constante de los barrenderos, están llenas de papeles, botellas, residuos y boletos que arrojan los pasajeros, acumulados en horarios de conglomeración.
En las paradas no se acumulan la materia fecal de perros, pero sí el estado de las baldosas es deplorable, en muchos casos. La esquina de La Rioja y Junín es un claro ejemplo de ello, donde el piso tiene un aspecto irregular por el quiebre que lo caracteriza, así como las grietas que pueblan los cordones, lo que complica a adultos mayores y embarazadas al tener que subir a los colectivos.
Similar es el caso de 25 de Mayo y La Rioja, vereda que además de ser angosta, presenta la falta de baldosas, lo que provoca que en los horarios picos, poblada de alumnos que salen de la escuela, se tropiecen o caigan.
Finalmente, de nada sirve que el Municipio o cualquier otro estamento estatal se aboque al servicio y las obras públicas, si cada vecino no asume su responsabilidad, y denote que tiene educación y hábitos culturales acordes.

En organismos públicos
La Municipalidad concretó la construcción o reconstrucción de numerosas veredas en la ciudad, contribuyendo a la infraestructura de manera integral. En distintos puntos, como por ejemplo en la Costanera, los peatones tienen la seguridad de transitar por allí, o sobre la avenida Vera desde el acceso al Parque Mitre.
En cambio, no sucede lo mismo en otro punto turístico, como en la zona del shopping de la avenida Centenario, ya que para llegar caminando por la sede de unidades policiales, frente al hospital Llano, cuya vereda resplandece en comparación a la que se encuentra enfrente, por donde hay que hacerlo sobre tierra o en días de lluvia los peatones tienen como única opción bajarse al pavimento, ya que el lugar se convierte en un lodazal. Otros organismos e instituciones públicas en otros sectores, también presentan veredas en lamentable estado o carecen de ellas por su condición, o sus pronunciados desniveles hacen imposible que quien padezca dificultad motriz, pueda transitarlas.

Fuente: El Libertador