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13 de Febrero de 2012 - San Juan

San Juan-Para pagar multa de tránsito duelen más las filas que la plata

Un trámite tedioso. Los infractores que deben abonar una infracción se enfrentan a un sistema saturado. La gente se ve obligada a hacer cola desde antes de la 2 de la mañana para poder obtener un número de atención.

‘Esto es un escarmiento’, repetía como una letanía el muchacho de remera blanca. El fastidio, la bronca y los nervios son contagiosos entre los infractores a la ley de tránsito que se enfrentan al proceso de pagar la multa. Es que el sistema es lento y obliga a hacer varias filas, la primera de ellas incluso desde antes de la 2 de la mañana en las puertas del Centro Cívico, para obtener uno de los 40 números que entrega el Juzgado de Faltas para poder ser atendido.
A grosso modo, el proceso se resume de la siguiente manera: la Policía tiene 48 horas hábiles para remitir el original de la multa al Juzgado de Faltas, aunque ese periodo no siempre se cumple. Cuando el infractor confirma que llegó su multa, los empleados del Juzgado advierten que hay que venir ‘tempranito’ al día siguiente, a sacar un número que entregan a las 6,45. Y el ‘tempranito’ implica pernoctar en la puerta del Centro Cívico, pues para tratar de asegurarse un número, las personas empiezan a hacer la fila desde antes de la 2 de la mañana. Sin embargo, pese a todo, corren el riesgo de perder el lugar. Es que cuando los serenos del Centro Cívico abren las puertas grandes, a las 6, la cola formada durante toda la madrugada se descontrola en una feroz carrera para llegar primero al tercer piso, donde están los Juzgados. Y ahí, las mujeres, los que tienen alguna dificultad física o los adultos mayores se desesperan frente a los que corretean por las escaleras. ‘Es indigno. Sólo quiero pagar la multa’, se quejaba una mujer.
En el tercer piso, tras el desbande, no faltan las diferencias por los lugares no respetados, en una nueva y larga fila. El silencio dentro de la mole de cemento es sobrecogedor, con pasillos en penumbras e infractores callados que sólo esperan que llegue la empleada que da los números. Eso sucede minutos antes de las 7 y entonces las personas deben seguir esperando, hasta que abre el Juzgado. Cuando los empleados empiezan a llamar por número, el pasillo ya está atiborrado de gente, con infractores que se codean pegados a la ventanilla de vidrio. Si el multado tiene todos los papeles y dinero para pagar la multa, recibe un talón de pago y en la planta baja lo espera otra interminable fila en el banco. Cumplido el trámite, la persona regresa al Juzgado, para presentar el comprobante de pago y obtener el oficio correspondiente, ya sea para quedarse tranquilo con el trámite cumplido, para retirar la licencia retenida o el vehículo radiado. En estos dos últimos casos, obtener la licencia implicará una nueva fila en el Juzgado, con una empleada que se debate entre los que quieren su carnet y los multados por OSSE.
Luego, les resta otra espera en la sección Contravenciones de la Policía de Tránsito, para obtener la autorización de retiro del vehículo radiado. Recién entonces el infractor tendrá la vía para unirse con su vehículo, que durante todos esos días fue víctima de las inclemencias climáticas en el predio que la Policía tiene en Vidart y calle 6, en el departamento Pocito.

Fuente: El Diario de Cuyo

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