Por el Lic. Angel M. Papadópolos
En relación al concepto de improvisación, tenemos un polémico contrapunto de ideas, hay vertientes que la aclaman como una verdadera "cualidad", muy necesaria para la resolución de problemas imprevistos y contingencias varias, esto es altamente positivo, desde el trazo visual de la creatividad e innovación, como parte esencial de la gestión empresarial. En contrapartida a esta noción, hay quienes piensan que la improvisación, es la simple realización de acciones sin previa planificación, renegando de este culto a la impremeditación y desestructuración general.
En términos empresariales, lo que siempre estamos buscando, es el conjunto de variables de predicción, que más nos alejen del riesgo en la toma de decisiones, o al menos, que lo disminuyan a su mínima expresión, podríamos expresarlo de otra manera... Siempre buscamos variables de predicción que nos provean de mayor certeza en las elecciones alternativas de acciones, ejemplos hay muchos, sólo basta citar las Normas ISO, que buscan garantizar la consistencia de procedimientos y procesos, esto en mérito de la necesaria rigurosidad profesional que ofrezca garantías a clientes y consumidores sobre el producto o servicio que demandan.
Entendemos así, la precisa existencia de un gran nivel de cohesión a las especificaciones preestablecidas, que señalan los estándares que las organizaciones detentan, debe haber un marco rector de calidad que vise permanentemente los actos de negocios, si llevamos el punto hacia un plano de "Ejecución de Proyectos", los inversores no colocan un solo peso, hasta tener un completo desglose de "lo posible", esto incluye proyecciones de VAN, TIR, Estados de Resultados, Pay Back, Análisis de Sensibilidad, etc.
Sostengo que cuanto más simple el concepto, más lograble es el resultado, la realidad es un gran maestro en materia de "verdades", por ello apelo a una cuestión deportiva que siempre enseña y muy gráficamente: en los distintos deportes se establece una meta, ganar o ganar, para ello, los equipos tienen su estrategia de campo, por ejemplo en el básquet, cada jugador tiene su rol, hay jugadas "preestablecidas" y sobre esta base, se desarrolla la acción, en el fútbol sucede lo mismo con las llamadas "jugadas de pizarrón", muchas veces sorprendiendo a rivales, ya con la pelota sacudiendo las redes.
Debemos tener en claro que tanto en la vida personal como en la vida laboral, la improvisación es un lujo que no podemos permitirnos, al menos, como eje filosófico de acción y esto por una simple razón... sólo se improvisa sobre bases ciertas, sobre conocimientos adquiridos medianamente en forma general; por ejemplo, un músico puede improvisar, pero esto exige un conocimiento de escalas y jeites que mantengan la lógica notal que está ejecutando, si alguien improvisa un discurso -hecho que sucede frecuentemente - lo hace sobre el Know How de la materia que expone, si a mí me pidieran que improvise en idioma Chino Mandarín no podría hacerlo, ya que no conozco ese idioma, ¡¿se entiende ?!
Conclusión: aunque existan quienes sostengan lo contrario, es inevitable el apego a "algo"... el enrolamiento a ideas, pensamientos, posturas, tendencias, etc. etc., hasta el más liberal de los movimientos adhiere a "algo", yendo a casos extremos, tal vez la idea de la "libertad libre" sea la contracturación a un sentido de desestructuración; de cualquier forma, sigue habiendo un link a "algo", en este caso el vínculo fluye hacia lo anti-sistémico.
Ejemplos:
• Podemos elegir entre emprender un proyecto u otro, pero jamás improvisar sobre el pensamiento organizacional que lo defina culturalmente.... "Misión, Visión y Valores".
• Podemos modificar un tablero de comando o balanced scorecard dentro de un plan de negocios, pero jamás prescindir de él.
• Podemos elegir entre diferentes estrategias de abordamiento de mercado... Liderazgo en segmentos, tratamiento de bajos costos, otras; pero jamás podremos carecer de estrategia.
• Podemos buscar distintos modos de llegar al mercado (canales de distribución), pero jamás dejar de conectar "que vendemos nosotros y que demanda el consumidor".
• Podemos utilizar la "intuición", como una herramienta de percepción, pero nunca dejar de proyectar estados de resultados e indicadores de valor-tiempo-dinero.
Aprendamos entonces, que en todos los aspectos de la vida (personal, familiar, laboral, empresarial) debemos hilvanar nuestras acciones "de memoria", vivamos "de memoria", a tal hora me levanto, a tal hora me afeito, a tal hora entro al trabajo, a tal hora realizo tal o cual tarea, ejecuto estos procesos en base a estos procedimientos, realizo tal inversión en base a este análisis numérico, etc. etc., esto nos conducirá a un verdadero nivel de expertiz en lo que hagamos. Dejemos un pequeño margen a la invención, a la fantasía, sólo una mesurada dosis, prudente, necesaria; saludable en su exacta medida: "Que el justo equilibrio entre improvisación y planificación rija nuestros actos, nutriéndolos de visión y previsibilidad".
Fuente: El Independiente
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