El peronismo volvió al poder en Río Negro después de 35 años.El gobernador anticipó la rápida convocatoria a un diálogo social.Habrá enmienda constitucional para renovar el Poder Judicial. Notas Asociadas
VIEDMA - Con un mensaje directo a las fibras. Presentando una imagen de autoridad pero invitando a todos, sin importar la historia de cada uno, a confluir, a asociarse. Describiendo su llegada al gobierno como "el triunfo de todos los rionegrinos que quieren salir adelante". Y mostrándose convencido de su capacidad para liderar el proceso que buscará "pulverizar a la crisis".
Así se presentó ayer Carlos Soria, luego de jurar en la Legislatura como el vigésimo gobernador constitucional en la historia de Río Negro.
Ante una multitud, acompañado por miles de simpatizantes que colmaron el centro de Viedma, el peronismo regresó al poder en la provincia, de la mano del dirigente de Roca.
Anoche, como símbolo de ese retorno, Soria ingresó a la Casa de Gobierno junto a Mario Franco, último mandatario del PJ entre 1973 y 1976.
De esa manera empezó a cerrarse una jornada histórica, que comenzó temprano con la asunción del vicegobernador, Alberto Weretilneck, y de los 46 legisladores que integrarán el parlamento provincial. (Ver pág. 10)
Soria llegó a la capital pasadas las 17 proveniente de Buenos Aires, donde participó del acto de asunción de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Después de jurar, el gobernador brindó un discurso en el que trazó un diagnóstico sobre la situación provincial pero que no avanzó en medidas para superar los problemas políticos, económicos y sociales.
Su objetivo prioritario se ubicó en la necesidad de movilizar a los rionegrinos, convocándolos a ser partícipes de la recuperación. En ese contexto también sostuvo que "en Río Negro vamos a dejar de hablar de corrupción, porque a los corruptos los vamos a investigar y los van a condenar los jueces que correspondan".
También adelantó una pronta convocatoria al diálogo social, para debatir temas centrales –como la fruticultura, hidrocarburos, los efectos de la ceniza y la conectividad aérea– y definir medidas para los primeros seis meses de gobierno.
"Somos todos responsables"
"Quiero inaugurar este momento trascendental de iniciar un nuevo mandato constitucional con una amplia convocatoria, un llamado a nuestras mejores fuerzas, a nuestra más vital esperanza, a nuestros mejores sueños e ilusiones", dijo en sus primeros párrafos.
Antes de describir el estado de las finanzas sostuvo que "este gobierno al que hoy damos inicio, parte de una premisa básica, de una realidad que debemos admitir para ser capaces de superarnos: todos en mayor o menor medida hemos sido responsables y copartícipes de este fracaso en el que hoy se sumerge nuestra querida provincia".
A partir de allí repasó cifras sobre la deuda provincial (la ubicó en 4.800 millones de pesos), el crecimiento en más de un 42% de la planta de empleados públicos y la desidia por servicios impagos. En este último punto envió un mensaje a los acreedores del Estado, a quienes adelantó que deberán entender que "prestarle dinero a quien sabían que no iba a poder devolvérselo los transforma en socios o en algo mucho peor".
Soria insistió en que no conformará "un gobierno de amigos" y que no llega "para administrar la decadencia".
"Si muestro con crudeza la realidad es porque quiero que mi primer mensaje sea un llamado a la responsabilidad, a la imaginación, al trabajo, al esfuerzo creativo, a la ilusión y las esperanzas puestas en el porvenir. De corazón, prefiero ser optimista y decirles que la irresponsabilidad, el despilfarro, el descontrol, la impunidad, a partir de hoy, serán palabras de una triste época, que empezamos definitivamente a dejar atrás", arengó.
"Vamos entre todos a pulverizar esta crisis", insistió.
Soria hizo oficial un anuncio de días pasados cuando exhibió su postura sobre el presente de la Justicia. Ayer ratificó que impulsará una enmienda en la Constitución para dejar atrás el requisito de los dos años mínimos de residencia en la provincia para los aspirantes a jueces o funcionarios en el Poder Judicial rionegrino.
Soria fue enfático al afirmar que "no vamos a protagonizar un gobierno autoritario", pero sí "un gobierno con autoridad y para eso el gobierno tiene que tener sólidas bases morales".
"Por eso vengo a anunciar frente a los representantes del pueblo de mi provincia que a partir de este momento el delito de corrupción en la función pública será considerado como una traición a la patria. Así como vamos a investigar todos los ilícitos cometidos durante años, también vamos a ser inflexibles con nuestros propios funcionarios", indicó.
Sobre sus colaboradores también dijo que serán 147 contra 397 de la administración Saiz. "Mis funcionarios serán únicamente los necesarios, percibirán un salario acorde al esfuerzo requerido, en definitiva: serán pocos, ganarán bien y trabajarán mucho. Quien no lo entienda así, no podrá ser funcionario".
Después de indicar que "no le podemos temer a la transparencia ni a la verdad, si pretendemos cambiar en serio", lanzó un mensaje a la Justicia: "Nunca más jueces y camaristas excusándose para no investigar hechos de corrupción, alegando descaradamente que conocen a los sospechosos".
En esa parte del discurso puso como ejemplo el reciente caso ocurrido en Roca con las denuncias al Sindicato de Trabajadores Viales y la cooperativa House Vial por la venta irregular de lotes para viviendas, hablando de magistrados temerosos ante "la mafia". Por eso agradeció a los jueces que rechazaron las excusaciones.
Sobre el cierre, Soria ratificó que no renunciará a su historia ni a sus convicciones, pero prometió "humildad para darme cuenta a tiempo que en política nadie es dueño de la razón absoluta".
Finalmente prometió trabajar por la justicia social, la soberanía política y la independencia económica de la provincia.
Fuente: Diario Río Negro
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