16 de Octubre de 2011 - Río Negro

Río Negro-Días difíciles para el radicalismo rionegrino

Viedma.- Tal vez por aquello de que se le debe evitar disgustos a un enfermo con pronóstico reservado, la principal consigna que repiten los radicales rionegrinos es postergar toda discusión en voz alta hasta después del 23 de octubre, cuando se haya agotado el cronograma electoral.

La recomendación es simultánea a la a la de evitar peleas por anticipado que generen hemorragias inútiles, y guardar las mejores energías para un proceso autocritico profundo, recién cuando se cumpla un periodo de duelo ante la derrota electoral y su cruel contracara: la pérdida del poder que se supo conservar durante 28 años.
Hay un clamor de asegurar un mínimo de cordura y sensatez hacia la dirigencia provincial provenientes de las distintas parcelas delas que se nutre el fértil ámbito interno de los “boinas blancas” en la variada geografía provincial.
Pero también es cierto y comprobable que “El hombre propone y Dios dispone”.
Es que la política –como diría aquel filosofo presocrático- es como un rio, donde el fluir de las aguas hace imposible bañarse dos veces en el mismo cauce. Su natural dinámica arrastra las más sabias de las predicciones.
Como pequeño gran detalle del proceso que se viene después del 10 de diciembre, vale la pena recordar que este largo camino a recorrer, “si se piensa en reconstruir el radicalismo como futura alternativa de poder”, estará signado por la vuelta al llano, dejar el oficialismo y desempeñar el nuevo rol discernido por la sociedad; el de partido opositor.
En otras palabras, la obligación de transitar la intemperie, lejos del paraguas protector, lejos de los favores y privilegios del estado.
Volver a lo de Moisés Lebenshon “Ideas para que nos comprendan y conductas para que nos crean” para buscar adeptos y sumar seguidores, mas allá de las practicas proselitistas que descalifican a quienes las otorgan, envilecen a quienes la reciben y repudia la sociedad.
En todo este reposicionamiento están los resultados de las recientes internas de marzo, cuyas heridas no han cicatrizado aun, realidad que se aprecia en la integración de las listas y las candidaturas. Muchos son los que expresan el atendible temor que las pujas intestinas, potenciadas con otros elementos, vuelvan a resurgir con inusitado vigor y sea muy difícil contener este plano inclinado de debilitamiento de su estructura partidaria.
Más allá de la discusión la UCR tiene que apuntar su estrategia a organizar dos cuestiones en los espacios que tiene con vistas al 2013, fecha de renovación de dos bancas de diputados y tres de senadores nacionales.
Estas cuestiones son, la presidencia del nuevo bloque de legisladores y el recambio de autoridades del comité provincial, donde sus respectivas nominas registra apellidos conocidos que se ubicaron en campos diferentes, tanto en los intentos de re reelección del gobernador Miguel Saiz, como en el podio de los ganadores y perdedores de la interna partidaria y las generales del 25 de septiembre.
Sobre estos temas vuelan muchos interrogantes. ¿Mendioroz reemplazara en la conducción de la UCR a Juan Villalba después del 23 de octubre? ¿Mendioroz será reemplazado por Miguel Saiz luego del 10 de diciembre? ¿O se impulsara una breve etapa de transición para elegir nuevas autoridades legitimando una conducción acorde con la nueva situación política?
Mientras tanto hay un tiempo de vísperas inquietante, según indicios emitidos por distintos referentes. El ex candidato a gobernador Cesar Barbeito esta recorriendo la provincia agradeciendo a la dirigencia que apoyo su candidatura y reivindicando los mas de 120 mil votos que obtuvo la UCR Concertación para el Desarrollo, una verdadera muestra de sobrevida política después de la catástrofe.
Pero recordó no solo “que hubo muchas traiciones en el radicalismo” aludiendo obviamente a la falta de compromiso de muchos actores de primer nivel del propio gobierno y la tibieza de funcionarios y dirigentes. De estos cuestionamientos tampoco estuvo exento el gobernador Saiz, de escasa participación en la campaña, según afirman.
También dispuso de tiempo para excluir y ubicar en la vereda de enfrente del proyecto que integra Barbeito al vicegobernador Mendioroz y a el intendente de Viedma Jorge Ferreira, reelecto por tercera vez.
Solamente el transcurso de los días y los acontecimientos podrán justificar la razón a la que acudió Barbeito para diferenciarse así de los muy pocos dirigentes que lograron la victoria, sobreponiéndose al “tsunami” electoral desatado por la formula Soria-Weretilneck.
Desde un indiscutible pragmatismo el ex diputado nacional y convencional partidario Oscar Machado, enrolado en una postura crítica al “saizmo” afirmo que “el resultado electoral le asigna a los hombres de Viedma un rol protagónico, no excluyente, porque los otros son minoría”.
Cuando alude a “los otros” el ex ministro de Gobierno alude a Barbeito y el denominado “grupo residencia” que resultaron vencidos en las internas de marzo por los “blancos mendioristas” en la categoría afiliados.
Precisamente Mendioroz, amigos y seguidores aspiran ahora a los máximos niveles de conducción en el bloque de legisladores y en el timón de la Unión Cívica Radical de Rio Negro, ratificando su adscripción a los lineamientos del Comité Nacional y lejos de la denominada Concertación Plural, arquitectura pulverizada por el resultado electoral y reducida al microcosmos de la provincia de Santiago del Estero y en forma meramente nominal.
El vice gobernador habría confirmado a sus íntimos y a influyentes sectores partidarios, sus pretensiones para presidir la bancada radical y que si surgen obstáculos podría fracturarse la representación legislativa en dos sectores.
En relación con este tema ha mantenido contactos con legisladores electos, y celebrado reuniones en distintos ámbitos. Una de las últimas tuvo lugar en el domicilio particular de ex gobernador Pablo Verani, con la presencia de Daniel Sartor, Alejandro Betelu y Pablo Federico Verani, donde se habría acordado acciones comunes para el futuro inmediato.
Mientras tanto los radicales que conocen bien el pasado del viejo partido son concientes de que la historia nunca se repite y que hay momentos y hazañas imposibles de reeditar. Después del derrocamiento de Hipolito Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930 y la posterior diáspora radical, el gobierno militar llamo a elecciones a los pocos meses y se produjo la victoria de la formula Pueyrredon-Guido, posteriormente anulada.
Han transcurrido 80 años. Ese tipo de milagros brilla por su ausencia, no se repetirán y el retorno al poder, en estos pagos rionegrinos, no será precisamente cuestión de soplar y hacer botellas. Faltara militancia, mucha militancia, una especie que esta afuera del mercado.

Fuente: APP