Santa Cruz, La Rioja, Formosa, Jujuy, San Luis y La Pampa siempre estuvieron al mando de un peronista. En Neuquén mandará el MPN hasta 2015 y la UCR perdió Río Negro.
Ocho de las 24 provincias argentinas, un tercio del total, tuvieron gobiernos del mismo signo político durante los 28 años de democracia. Una de ellas, Río Negro, ya no llegará a la hegemonía de 30 años, después de que el candidato de la Unión Cívica Radical fuera derrotado el domingo último por el justicialista Carlos Soria.
El distrito patagónico integraba junto con su vecina Neuquén (Movimiento Popular Neuquino) la lista de los únicos dos estados en el que el peronismo no pudo acceder a la casa de gobierno provincial desde el regreso del país a la vida democrática en 1983.
Neuquén es una de las dos provincias que dentro de dos años cumplirá los 30 años de gobierno monocolor, después de que Jorge Sapag consiguió la reelección en los comicios del 12 de junio. El otro distrito monopartidario de tres décadas será La Rioja, con Luis Beder Herrera, mientras en los restantes mandatarios locales serán definidos el mismo día de los comicios presidenciales del 23.
En el lote de provincias gobernadas sin interrupción por el peronismo están Santa Cruz y La Rioja, los distritos donde fueron elegidos gobernadores y se proyectaron a nivel nacional dos presidentes de matriz justicialista, Néstor Kirchner y Carlos Menem. La tercera, Cristina Fernández, ejerció cargos parlamentarios en nombre de Santa Cruz y después de Buenos Aires.
Un tercer distrito de peronismo ininterrumpido es San Luis, de donde salió el gobernador Adolfo Rodríguez para una efímera presidencia de una semana, elegido de emergencia por una Asamblea Legislativa, sin el concurso de las urnas.
Los otros tres distritos que no conocieron alternancia partidaria y siempre votaron gobernadores del movimiento de Juan Perón son Formosa, Jujuy y La Pampa.
Pese a la estabilidad y solidez política que sugiere la permanencia de una hegemonía cercana a los 30 años, varios de estos distritos sufrieron fuertes sacudones políticos, aunque los reemplazos también surgieron del seno del mismo partido.
En Santa Cruz, Ricardo del Val fue elegido en 1987 pero renunció en 1990 en medio de una crisis descontrolada. Un año después ingresó Néstor Kirchner, quien fue reelegido en 1995 y 1999. En cambio, su continuador Sergio Acevedo juró en 2003, pero se fue con un portazo en 2006.
Jujuy tuvo mayores problemas todavía. El segundo mandatario electo, Ricardo de Aparici, asumió en 1987, pero se fue en 1990 y Eduardo Alderete completó el ciclo. En 1991 fue elegido Roberto Domínguez, duró sólo dos años y dejó a Carlos Ficoseco, a quien siguió Oscar Perassi hasta 1995. Ese año arribó Guillermo Snopek, quien murió en un accidente de tránsito y fue reemplazado sucesivamente por Carlos Ferrero y por Eduardo Fellner, quien fue elegido por las urnas en 1999 y de nuevo en 2003.
En San Luis, Adolfo Rodríguez Saá fue el único gobernador puntano en los 18 años de 1983 a 2001, cuando renunció para asumir un corto período presidencial, y fue sustituido en las funciones provinciales por Alicia Lemme. Pero en 2003 fue elegido mandatario su hermano, Alberto Rodríguez Saá, quien aún se mantiene en el cargo y es hoy candidato presidencial.
Una mención aparte merece el caso de Formosa, donde su actual gobernador Gildo Insfran manejó el gobierno en los últimos 16 años, a lo largo de cuatro mandatos sucesivos, iniciados en 1995, y podría continuar por otros cuatro años si gana los comicios del 23, como todos especulan que pasará.
Fuente: Los Andes
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