Una vez que trascendió la comunicación formal del intendente Alberto Paredes Urquiza, que mediante nota dirigida al presidente del Concejo Deliberante capitalino, Oscar Luna, dispuso vetar las ordenanzas sancionadas en las últimas dos sesiones del cuerpo, donde el bloque de ediles opositores logró introducir reformas a los proyectos de Presupuesto 2018 y de Ordenanza Impositiva, las reacciones no se hicieron esperar.

En uso de las facultades que la atribuye la Ley Orgánica, el jefe comunal se opuso a la promulgación de la ordenanza N° 5468/17, que establece la eliminación de la contribución que incide sobre rodados, a la que vetó en todos sus términos; hizo lo mismo en cuanto a la N° 5472/17, mediante la que se aprobó con modificaciones el Presupuesto de la Administración Pública Municipal para el Ejercicio 2018; y, finalmente, interpuso un veto parcial a la N° 5471/17, que estableció la carga tributaria impositiva, contemplando la reducción de varias tasas.

Si bien desde el bloque Peronista, conducido por Lucas Adaro, manifestaron sorpresa por la decisión adoptada por Paredes Urquiza, lo cierto es que las normas salieron del Concejo tras una intensa puja, en la que no faltaron graves acusaciones. Poco después, el grupo opositor expresó el “anhelo” de que el Intendente no vetara las normas, en lo que puede decirse que iba implícito una reconocimiento de lo difícil de la situación y una anticipación de la continuidad del enfrentamiento.

Consultado por EL INDEPENDIENTE, Adaro rechazó enérgicamente la resolución de Paredes Urquiza. “Repudiamos los vetos y no vamos a dar quórum para tratarlos”, manifestó, “en todo caso, luego de ponernos de acuerdo entre los miembros del bloque, se tratarían en sesiones ordinarias, en marzo, donde los rechazaremos e insistiremos con la sanción de las ordenanzas y las modificaciones que aprobó por mayoría el Concejo”.

 

DE “PALOS” E INSTITUCIONES

Entre esas modificaciones, figura la eliminación de la contribución por Rodados, “que en su momento apoyamos por la necesidad de recaudar para el asfaltado de las calles, pero después hubo quejas y una doble imposición, ya que la provincia cobra y transfiere montos al municipio por ese concepto. En varias ocasiones solicitamos informes al Ejecutivo sobre el destino de esos recursos y nunca llegaron. Incluso el dictamen contó con el apoyo de Cambiemos-FCR”, argumentó.

Por otra parte, Adaro reforzó que la Ordenanza Impositiva aprobada contiene una significativa reducción en las tasas de introducción sobre alimentos, de un 80 por ciento en promedio, procurando beneficiar la economía de los vecinos. “Va en consonancia con la voluntad del Gobierno nacional de bajar las cargas impositivas y eliminar las aduanas internas”, indicó, como una forma de subrayar la aparente contradicción con ese propósito desde el Ejecutivo municipal.

Por último, aseguró que en el Presupuesto se corrigieron “desproporciones que resultaban evidentes, como la de los recursos para gastos de programas, que son de uso discrecional por parte del Intendente y triplicaban lo previsto para áreas esenciales como Servicios Públicos. Eso lo corregimos y redistribuimos esos fondos para asegurar prestaciones a los vecinos”, resaltó.

“El veto enviado al Concejo Deliberante es un palo en la rueda para el pueblo de La Rioja, ¿dónde quedó el respeto a las instituciones?”, se preguntó el concejal. De igual manera, su compañero de bancada, Duilio Madera, expresó a través de las redes sociales: “El veto es el método para silenciar al pueblo, que se utiliza para impedir que los concejales ejerzan una de las funciones para las que se les eligió. Nos gobiernan por la fuerza, con palos y mordazas”, criticó.

Por su parte, el Ejecutivo encabezado por Paredes Urquiza ve en las reformas introducidas un intento de desfinanciar al municipio, un ataque institucional y, justamente, la intención de obstaculizar la gestión.

¿Qué dice la Ley Orgánica en caso de veto parcial o total? El artículo 98° establece que “vetada en todo o en parte una ordenanza sancionada, volverá al Concejo Deliberante con sus

objeciones y si éste insistiere en su sanción, con el voto de los dos tercios de la totalidad de sus miembros, será ordenanza y pasará nuevamente al intendente para su promulgación. No concurriendo los dos tercios, ni la mayoría para aceptar las modificaciones propuestas por el intendente, no podrá repetirse en las sesiones del mismo año”.

 

Fuente: El Independiente