27 de Setiembre de 2016 - Transporte
La Rioja-Taxis y servicio público
Por: Ariel Frenquel
En la teoría del Derecho del Trabajo, se ha considerado la importancia de hacer una distinción entre los Servicios Públicos en “general” y los “esenciales”, considerados estos últimos en “sentido estricto” como el que tienen que ver con la vida, la salud y la seguridad. Hay algunos países como Italia, por ejemplo, que considera como esenciales, además de la salud, la higiene pública, energía, correos y telecomunicaciones, la protección del medio ambiente y de los bienes culturales, los servicios de la asistencia social, los institutos de enseñanza durante la época de exámenes, los bancos para el pago de salarios y jubilaciones, etc. Y en la Argentina, fuera de los esenciales que son de la “primera categoría”, se encuentran otros como los combustibles en general, la educación en sus diversos niveles, la administración de Justicia y el transporte.
En la ciudad de La Rioja nos es dable el referenciar que el servicio público de colectivos y de taxis, hace ya como 20 años no da “pié con bola”. El de colectivos, en el que nada tienen que ver los empresarios de este rubro, nos referiremos en otro comentario. Y al servicio público de taxis se han encargado de destruirlo paulatina y contumazmente las administraciones municipales.
Pasa que con el advenimiento de las políticas neoliberales de los años ‘90, en la que quedaron 3.1 millones de desocupados y 5 millones de indigentes (INDEC Dirección Nacional de Cuentas Nacionales www.Indec. Mecom. Ar), las administraciones municipales irresponsables y aviesas permitieron la preparación, creación, instalación y circulación del famoso instituto eufemístico “remis”, sin ningún estudio de mercado y de reales factibilidades de operatividad productiva para los actores. El eufemismo “remis” (que tendría que ser una limusina de lujo, tal su denominación original en Francia), es un auto común y corriente y, que en mayor e inusitado número, compite con el taxi y hasta ha permitido que forme parte del “servicio público”, y hasta con reloj taxímetro. O sea, un remis que debería ser parte de un limitado cupo del servicio privado controlado y regularizado por los municipios, circulan por las calles de la ciudad con reloj taxímetro. O sea, un taxi disfrazado… ¿Los consejos deliberantes por qué permiten esto? De ahí la importancia de saber elegir a los concejales que deberían ser personas capacitadas para “armonizar los intereses de la comunidad”.
LA POLITIZACION DEL SERVICIO PUBLICO DE TAXIS
La administración anterior, más recientemente, y la actual que parece seguir con el mismo lineamiento, han destruido y aniquilado definitivamente el servicio público de taxis. Verbigracia: Se permitía (y se permite) circular taxis que no están legalmente habilitados con los famosos “permisos” en contraposición de lo que establece el Art. 39 de la Ord. 3.082 y 48. Es que estas irregularidades, rayanas con delitos defraudatorios posiblemente, solamente pueden ocurrir si se posibilitan en connivencia de funcionarios públicos con miembros de las organizaciones de taxis que, irresponsablemente y sin discurrir, están actuando en detrimento y menoscabo del sistema de taxis en general, para obtener licencias regulares mediante favores políticos: en efecto trabajar para determinada agrupación política en época de elecciones aún en infracción a la Ley Nacional Electoral (este tópico debería ser tratado, debido a sus peculiaridades en otro comentario más técnico y extenso). Otras infracciones que no son tratadas específicamente en la obsoleta e inadecuada ordenanza 3.082, es el hecho de que se adjudican licencias por favores y políticos a permisionarios que luego las transfieren (venta) y luego les dan otra y otra, y así sucesivamente, lo que pone de manifiesto un círculo mañoso y deleznable en perjuicio de los aspirantes que realmente necesitan, porque son padres de familia.
Otra infracción muy corriente es lo que está establecido en el artículo 37 de la ordenanza 3.082, que se refiere a que “no pueden ser titulares de licencias los que pertenezcan al Estado nacional, provincial o municipal, (ya sea de carácter personal o por interpósita persona).
CONCLUSIONES
*El servicio público de taxis, estructuralmente destruido, de rodillas y aniquilado.
*La competencia desleal del eufemismo “remis” que circula por las calles de la ciudad, con reloj taxímetro (un taxi disfrazado) y constituyendo un triplo (en más) relacionado con el taxi.
*Taxis y remises irregulares (truchos).
*Connivencias irregulares entre los integrantes de las pseudos organizaciones de taxis con funcionarios corruptos.
*La política aviesa que logra dividir con esta maña (5 a 7) organizaciones en un total de 400 y tantos vehículos al sector taxista.
*Dirigentes con pocas luces que buscan el provecho propio (personal), de sus familiares y amigos en detrimento de la organización taxista.
La ordenanza 3.082 que regla el sistema de taxis, padece de obsolescencia, caducidad, efectividad, modernidad y plagada de vacíos administrativos-legales, tanto en la parte dispositiva como sancionatoria: Por ejemplo, no prevé sanciones para los funcionarios públicos superiores e intermedios. No permite un sistema claro y efectivo de impugnaciones, de recursos, y no establece que los afectados puedan recurrir a la vía judicial ordinaria en forma expresa, entre otras, de singular importancia y significación.
*Fuera de toda lógica de rentabilidad, debe ser modificado drásticamente el Art. 13 de la Ord. 3.082, el que debería contemplar que correspondería un vehículo con aparato taxímetro (taxi o remis) cada 4.000 habitantes.
*Nula rentabilidad: esto se demuestra, sin lugar a contraposición, que en años recientes anteriores, las organizaciones taxistas tuvieron que recurrir a que el Gobernador de la Provincia les gestionara la adquisición de algunos automóviles para el recambio de las unidades viejas y despreciadas. Por supuesto que para poder acceder a ese beneficio había que pasar por el “filtro”, de los punteros y alienado políticamente con el “benefactor”.
Existen taxistas en la actualidad que están por perder su licencia por que no pueden recambiar su unidad. En efecto la reglamentación no prevé una solución para estos casos extremos.
En lugar de eliminar remiseras, hace muy poco tiempo se han permitido 2 nuevas más, para inundar el mercado de móviles bajo la pasiva y complaciente mirada de la dirigencia taxista. Téngase en cuenta que a las horas “pico” en las calles céntricas de la ciudad deambulan más remises que autos particulares.
En ese sentido habría que sacar de circulación, o andar menguando gradualmente, al menos 70 taxis y 300 remises desde el comentario que pronto rehabilitarán unas 20 o 30 licencias más en un sistema permitido. El sector se encuentra sobresaturado: la torta es poca para repartir y muchos hambrientos alrededor de la mesa.
*Los dirigentes taxistas cuando concurren a discutir la tarifa en el Concejo Deliberante no son profesionales mínimamente, puesto que no se instruyen (y tampoco instruyen a los concejales que ya tendrían que tener una instrucción propia) acerca de la evolución de los costos de manteamiento y de respuesta de los vehículos, todo en forma documentada.
Los dirigentes no han peleado por el costo del “insumo gas” de acuerdo al fallo de la Cámara Federal de La Plata para retrotraer el precio del mismo a valores de marzo del corriente año, como si lo ha conseguido la agrupación taxista profesional de Córdoba por ejemplo mediante una presentación judicial.
Finalmente: Como el servicio público de taxis en la ciudad de La Rioja está compuesto por una “textura”, una “mixtura” o una “plumbatura” (a decir de los viejos romanos) entre taxis y remises con ordenanzas separadas para tratar de diferenciar lo que objetiva o idealmente no existe, pero que debería existir para poner en su debido lugar a ambos institutos, el sector taxista independiente que es abrumadoramente mayoritarios y que no es representado por ninguno de los pseudo-dirigentes (que se arroga el Derecho ilegitimo de confabular con el funcionario corrupto como que lo hacen en representación y mandato de todo el sector) va a proponer y trabajar en una decisión consciente (para la cual ya se está realizando un anteproyecto) en sacar una ley “Marco” provincial, que regiría en todo el territorio para regular la actividad del taxi y del remis. Dicha ley seria de orden público de carácter general, con lineamientos directrices a la cual tendrán que adecuarse las Ordenanzas Municipales, las comunas y los distritos (en el caso de la ciudad de Chilecito). Esta decisión como ya se dijo, es individual y consciente en contraposición de lo totalitario y corporativo que trata de que el individuo permanezca en la inconciencia y “sin acuerdo de sentido”. El funcionarato totalitario y corporativo desea que los miembros del grupo de “uniforme” con su autoridad, sin dejarle conocer los fundamentos de la razón de las decisiones que toma esa autoridad. La identificación con esa autoridad es el secreto de la sumisión. Es así que toda esta propuesta tendría en miras, como no puede ser de otra forma, a la vapuleada comunidad que necesita y se merece (ya que es ella la que mantiene con su aporte) un mejor y mas profesionalizado servicio público en general y de taxis en particular.
Fuente: El Independiente