No es, por cierto, el primer proyecto de estas características que se debate en las cámaras legislativas nacionales. Pero el valor agregado de esta iniciativa es que uno de sus mentores es el propio presidente de la Cámara de Diputados y uno de los dirigentes con mayor peso político del kirchnerismo a nivel nacional, Julián Domínguez, lo cual le otorga grandes chances de que prospere en el trámite legislativo, que empieza en las comisiones y finaliza en el recinto, para pasar luego, en caso de aprobarse, al Senado.

La norma prevé que las empresas que se radiquen fiscalmente en el NOA-NEA tengan una reducción del 20% del Impuesto a las Ganancias por el período de 5 años. Posteriormente a ese período, la reducción impositiva llegará al 40%. 

El proyecto contempla, asimismo, que los bienes situados en la región Norte Grande estén exentos del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta y que las alícuotas establecidas para el Impuesto a la Transferencia de Combustibles se aplicarán en un 50%, excepto en algunos casos, en los que se aplicará en un 25%.

Además, las empresas de transporte de cargas tributarán sólo el 50% del impuesto a las Ganancias e Impuesto al Valor Agregado.

También se contemplan beneficios para las empresas importadoras radicadas en ambas regiones. La norma contempla, además, créditos del Banco de la Nación con tasas reducidas para todas las actividades productivas en el NOA-NEA.

El proyecto establece que la autoridad de aplicación será una estructura denominada Comisión para el Desarrollo del NOA y NEA, conformada por un Plenario y un Consejo Ejecutivo. Integrarán el Plenario un representante por cada provincia de ambas regiones, más tres representantes del Poder Ejecutivo Nacional y se invitará a participar de sus reuniones a representantes de los sectores productivos.

Se trata de una iniciativa que serviría para reorientar inversiones hacia esta región del país, que se encuentra en clara desventaja respecto de otras por el desarrollo inequitativo y distorsionado que ha tenido el país desde su organización nacional, ocurrida a mediados del siglo XIX.

En el caso de Catamarca, tras la caída del régimen de Promoción Industrial hace casi dos años, la situación del sector productivo es realmente preocupante, pese a los esfuerzos del gobierno provincial por promocionar a los pequeños productores locales.

Ayer mismo, en declaración es formuladas a Radio Ancasti, el secretario general de la Asociación Obrera Textil, Jorge González, analizó que el parque industrial de El Pantanillo es, en la actualidad, un "cementerio de fábricas”.

De modo que las autoridades provinciales, tanto del Ejecutivo como los representantes de la provincia en el Congreso de la Nación, deberían ponerse en campaña inmediatamente para impulsar el apoyo a la iniciativa.

Quizás esta vez, luego del escaso rédito que nos dejó la promoción industrial, la lección haya sido aprendida y el impulso a la radicación de empresas que puede significar la entrada en vigencia del nuevo régimen propuesto, genere condiciones favorables para ingresar en una etapa de desarrollo sustentable de nuestra golpeada economía.

 

Fuente: El Ancasti (Catamarca)