Florencio Randazzo lidera con 16. Lo sigue Agustín Rossi, con 14. Sergio Urribarri y Julián Domínguez están empatados en 12. Y último, Daniel Scioli con 9. No son los números de una encuesta, si bien a algunos de los nombrados les encantaría: es la cantidad de provincias, de las 23, que recorrieron los presidenciables K desde que están de campaña de instalación a un año de las futuras PASO. 

No todos admiten su precandidatura, como Domínguez. El titular de la Cámara de Diputados repite que antes de hablar de nombres, él postula propuestas. Con ese ambivalente mensaje, sin embargo, ya recorrió más de la mitad de la Argentina este año: la obligada Buenos Aires, la inevitables Santa Fe y Córdoba, La Pampa, Misiones, Tucumán, Mendoza, San Luis, Neuquén y Corriente. En la gira dominguista no podía faltar Santiago del Estero, ya que propone trasladar la capital allí. Pero el raid comenzó en marzo en la Fiesta de la Vendimia, escenario elegido como puntapié por varios de sus competidores del G7 pejotista, la oficialización que hizo la Casa Rosada del batallón de presidenciables repartiendo a todos los aspirantes el título de vicepresidente ad hoc justicialista.

Uno que evitó esa celebración fue Randazzo, el más viajero de todos este año. Si bien el ministro de Interior y Transporte no niega su candidatura, cerca suyo aclaran que los desembarcos son ?por gestión?, no con fines electorales. Es cierto que conduce dos carteras. No obstante, la ?casualidad? quiso que, ya sea para inaugurar centros de DNI, llevar vehículos de Vialidad o trenes, al chivilcoyano le queden por visitar apenas Formosa (lo tacharía de la lista esta semana), Misiones, Chaco, La Pampa, Neuquén, Chubut y el Entre Ríos de Urribarri. 

El precandidato de pura cepa K, como le gusta venderse, además de sus pagos ya pasó por Mendoza, Córdoba, Catamarca, La Rioja, San Luis, Santiago del Estero, Neuquén, Chaco, Santa Fe, Corrientes, con un puñado de desembarcos bonaerenses, tierra sciolista. A diferencia de sus anteriores contrincantes, las visitas de Urribarri son 100% de campaña clásica: mate en mano, camina por la calle hasta el acto político al que fue invitado. El ?cara a cara? dicen que es su fuerte en su comité. 

Lo de Rossi es mitad y mitad. El ministro de Defensa intercala gestión con actividad política, un costado que nunca negó. Desde diciembre del año pasado sube a un avión casi todos los miércoles. Con un plus por su cargo por sobre sus contrincantes: es el único que llevó la campaña a la Antártida. 

Finalmente, el más relegado, Scioli. Pero el gobernador bonaerense tiene su propio bonus: en cada visita se reúne con su par local. Así visitó Chubut, La Rioja, Córdoba, Santiago del Estero, San Juan, Santa Fe, Corrientes, Mendoza y Neuquén. Tiene en agenda Tucumán en los próximos días. 

 

Fuente: El Cronista (Caba)