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7 de Julio de 2014 - Julian Dominguez

JDP-Boudou y los holdouts interfieren en la estrategia de los candidatos

Como un combo explosivo que embarró la cancha, la campaña de juegos y posicionamientos hacia 2015 quedó atrapada en el vaivén de dos ejes incómodos: Amado Boudou y la pelea contra los fondos buitre

A la espera de que se dé vuelta la taba, los presidenciables evalúan el impacto de corto y mediano plazo, e intentan acomodarse, sobre todo los opositores, para no perder visibilidad. Para el peronismo, se hace cada vez más molesta la sombra del vicepresidente. "Lo que dijo [José] Pampuro lo pensamos varios, pero no se puede decir", confesó a LA NACION un miembro destacado de la mesa de conducción del PJ.
En un comunicado nada inocente, el ex senador y actual vicepresidente del Banco Provincia pidió que el vice se aleje de su cargo hasta que no se esclarezca su situación. Aunque en La Plata se hacen los distraídos, Pampuro es un alfil de Daniel Scioli.
Puertas adentro, los dirigentes pronostican que será insufrible transitar una antesala electoral con Boudou en el candelero como blanco fácil. Ya lo dicen: con un procesamiento firme, si es que la Cámara Federal confirma el fallo del juez Ariel Lijo, será más fuerte la presión por correrlo.
Hay un menú de hipótesis, dentro y fuera del Gobierno, de cómo seguir: desde sugerir que se quite los fueros, como un gesto político para retomar la iniciativa, hasta el pedido de licencia. Todo, claro, lo definirá Cristina Kirchner.
El caso Ciccone afecta al grupo de candidatos oficialistas, integrado por siete nombres: Scioli y Florencio Randazzo (los más competitivos en las encuestas) y se completa con Sergio Urribarri, Agustín Rossi, Julián Domínguez, Juan Manuel Urtubey y Aníbal Fernández.
No de casualidad la mayoría de los anotados muestra distancia y se apega al libreto de "dejar que la Justicia actúe". La imagen de Boudou es una mancha venenosa, pero, argumentan, en los sondeos golpea directamente la imagen del Gobierno, que es el gran catalizador.
Scioli, para peor, no digiere que lo haya querido involucrar a través de su ex asesor Guillermo Gabella −luego directivo de Boldt− y de su amigo Lautaro Mauro, con intermediación colateral en el entramado.
Randazzo celebra que Boudou tejió su propio desmarque, al señalarlo como un enemigo interno en el gabinete y eso lo diferencia de su figura.
"Para un gobierno nacional, es una complicación tener un vicepresidente procesado", reconoció Sergio Urribarri. El gobernador de Entre Ríos explicitó el problema, luego de recordar que en la misma situación está Mauricio Macri por la causa de las escuchas ilegales.
Es así: de carambola, hasta para el jefe de gobierno porteño el vice se convierte en un búmeran cuando le enrostran el derrotero de esa investigación y lo obligan a dar explicaciones.
Ni Sergio Massa está del todo cómodo. El estrellato de Boudou en el universo K se dio de la mano del líder del Frente Renovador, cuando lo sucedió como titular de la Anses. No sólo desde el oficialismo se encargan de rememorar ese antecedente, sino Elisa Carrió le dedicó largos minutos en el ciclo A dos voces al vínculo de ambos con el banquero Jorge Brito, bajo la lupa por la ruta del dinero en la compra de la fábrica de billetes.
El otro affaire que les ganó la agenda a los postulantes es de anclaje económico. La batalla judicial de la Casa Rosada contra los holdouts se volvió una amenaza concreta para la aspiración presidencial de varios, incluido Scioli. En la gobernación bonaerense, monitorean on line el ritmo de la negociación porque aún persiguen la opción de tomar deuda en el exterior, hecho clave para llegar con aire al último tramo del mandato. Con final incierto y la posibilidad bloqueada de salir a los mercados, estuvo a punto de cerrar la llegada de recursos, decisión que estiró con la ilusión de bajar la tasa del 13,5% ofrecido al 11 por ciento.
Sin fondos frescos, sería difícil cumplir con los gastos corrientes en la segunda mitad del año y, además, se caería de un plumazo la idea de exhibir el avance de proyectos, como terminar la ruta 6, planes hidráulicos, el tercer carril de la autopista Buenos Aires−La Plata, entre otros. "No habría plata para mostrar nada más", admitió a LA NACION un funcionario provincial, si se complica la estrategia para regularizar los pagos con los bonistas.
En el Gobierno, no descartan que el conflicto se convierta en oportunidad. Para esa lógica, si ganan la pulseada, se fortalece la posición de Cristina. "Si no se arregla, no sobrevive ningún candidato nuestro. El que resulta menos afectado es Massa, que no tiene gestión", analizó un funcionario.
Ni el ex intendente de Tigre ni el Frente Amplio−UNEN quedaron dentro del tendal de heridos. Para ellos, el desafío es otro: la imposibilidad de marcar agenda y sólo aparecer como rebote a acciones generadas desde afuera.
La preocupación por el desenlace del conflicto por la deuda envuelve a gobernadores y a Macri, con necesidad de financiamiento. El líder de Pro tenía prevista la colocación de un bono que debió cancelar hasta que pase el vendaval.
 
Fuente: Entorno Inteligente (Caba)

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