6 de Julio de 2014 - Julian Dominguez
JDP-Di Próspero: "Hace once años el Congreso era mala palabra"
Hace treinta años que trabaja en el Poder Legislativo. Es Secretario General de la Federación de Empleados Legislativos de la República Argentina (FELRA).
El sindicato fue creado en los años '60 por un grupo de empleados en asamblea en el salón de Los Pasos Perdidos. Lograron la personería gremial en el '63 con Arturo Frondizi presidente. Hoy tiene 7100 afiliados. Con la dictadura en el año '76 despidieron al 80 por ciento de los trabajadores del Congreso
- Diario Popular: Ser empleado legislativo es un trabajo privilegiado, ¿o no?
- Norberto Di Próspero: Nosotros tuvimos que luchar mucho contra el preconcepto que tenía la sociedad del trabajador legislativo. Decían que éramos ñoquis, que cobrábamos sueldos siderales, que no hacíamos nada, que éramos privilegiados. Y no es así. Nosotros tenemos de afiliado desde el que sirve el café, la que limpia el piso, hasta el que asesora al legislador. Nosotros somos el eje para que el legislador llegue a convertir un proyecto de ley en ley. Sin el trabajador legislativo el Congreso no funcionaría. Tenemos profesionales, taquígrafos, limpieza, ordenanza, bibliotecarios. Somos importantísimos para la democracia.
- DP: ¿Cuando se va un legislador se van sus empleados?
- NDP: Esto pasaba antes, se iba un legislador y se tenía que ir el personal. En el año 96, se sancionó la ley 24.600 que es el Estatuto para el Empleado Legislativo. Entonces lo que hace la ley es separar la planta transitoria de la planta permanente. Nosotros tenemos afiliados transitorios y permanentes. El transitorio que entra con el legislador se va con el legislador.
- DP: Los 7000 trabajadores ¿cómo se distribuyen?
- NDP: En el Palacio, el anexo y en otros departamentos. Lo más importante se hizo en la gestión de Julián Domínguez.
- DP: Di Próspero, si hay 257 diputados y 72 senadores, ¿cuántos trabajadores hay por legislador?
- NDP: Any, durante muchos años nosotros estuvimos a la defensiva. El tema de los ñoquis nunca se pudo comprobar. Cuando vino Chacho Álvarez de vicepresidente decía que en el Congreso había 800 ñoquis. Y él seguía pagando los sueldos. Un día uno le dijo: "Si sabe que hay 800 personas que no trabajan, identifíquelos y no les pague más los sueldos". Nunca los pudo identificar... Una cosa es decirlo y otra cosa es comprobarlo.
- DP: Si hubiera ¿usted lo diría?
- NDP: Sí, yo lo reconocería.
- DP: ¿Ustedes no podrían haber pertenecido a ATE?
- NDP: De hecho, está la delegación ATE y la delegación UPCN dentro del Congreso. Si se quieren afiliar a UPCN pueden hacerlo. Ellos tienen, proporcionalmente, muchos menos afiliados que nosotros.
- DP: ¿Cuánto ganan en promedio?
- NDP: Nosotros estuvimos doce años congelados, del 92 al 2004. Cuando con el gobierno de Kirchner se restablecen las paritarias, a partir del 2005, todos los años tuvimos paritarias y empezamos a recuperar el salario. Hoy nuestro escalafón va desde la categoría uno que es director, a la categoría catorce que es la menor.
- DP: ¿Cuál es el salario de la categoría uno?
- NDP: Un director con cuarenta años debe estar en 25 mil, 26 mil pesos. La catorce arranca desde 10 mil. Todos cobramos igual, no hay diferencia entre el que sirve el café o el que es abogado.
- DP: ¿Cómo sería ascender en este trabajo?
- NDP: Yo creo que la dirigencia gremial tiene un gran desafío: no solamente defender el salario, sino la capacitación.
- DP: ¿Cómo era en la época de César Jaroslavsky? ¿Cómo fue cuando volvió la democracia?
- NDP: Cuando empezó la democracia, prácticamente el trabajador legislativo no estaba sindicalizado. Era muy difícil. En el Congreso todos entramos por algún padrino.
- DP: ¿Quién era su padrino?
- NDP: A mí me hizo entrar Lorenzo Pepe. Y otros compañeros entraron por otros legisladores. Yo entré a trabajar a la hemeroteca del Congreso porque estudiaba periodismo. Me acuerdo que atendí mucho a Félix Luna. Any, la biblioteca está abierta las 24 horas.
- DP: ¿Cuántos trabajadores había?
- NDP: No te olvides que estaba la Comisión de Asesoramiento Legislativo (CAL) en el Congreso por lo que prácticamente no había actividad. Estaba lleno de coroneles y militares. Había que reestructurar todo el Congreso.
- DP: ¿Quién fue el cerebro de la restructuración?
- NDP: Pasaron treinta años, el presidente de la Cámara de Diputados era Juan Carlos Pugliese y el presidente del Senado era Víctor Martínez. En realidad son los secretarios administrativos los que llevan adelante las gestiones.
- DP: De la época de Víctor Martínez a la época de Duhalde. ¿Qué cambió? ¿Cambian mucho el tono los vicepresidentes? ¿Quién tiene el poder?
- NDP: Antes el poder lo tenían ellos: antes, cuando pasaba un senador, instintivamente te parabas. ¿Qué tal? Hacías una reverencia, como un feudo. No tanto con los diputados.
- DP: ¿Ahora no se paran cuando aparece un senador?
- NDP: No, hace un par de años empezaron las protestas, llegamos a hacer paro. Yo asumí como Secretario General el 26 de julio del 2004. Y en diciembre de ese año tomamos el recinto.
- DP: ¿Y por qué fue?
- NDP: El presidente de la Cámara de Diputados era Eduardo Camaño y el vicepresidente era Daniel Scioli. Todavía no había paritarias y se peleaba por una suma fija. En realidad, el secretario administrativo nos trató mal. Lo fui a ver a Scioli y le dije: "Si no tenemos una respuesta no va a haber sesión". Se rió y quedó en la nada. Diputados estaba sesionando, nos metimos en el recinto, se suspendió la sesión. Camaño me pregunta: "¿Qué hace, Di Próspero?". Y le contesté: "Estamos tomando el recinto, se termina la sesión".
- DP: ¿Qué hizo que apoyara al kirchnerismo?
- NDP: Yo soy peronista y no estuve con Menem. Estuve en el MTA en contra de la política de Menem para con los trabajadores. ¿Qué hace que apoye a este gobierno?. La historia: hace once años nosotros salíamos escondidos porque el Congreso era mala palabra. Nos escupían, nos puteaban, teníamos que sacar a nuestra gente por la cochera. Yo no me olvido...
- DP: Una última pregunta. Entre el amor, el poder y el dinero ¿Con qué se queda?
- NDP: Me quedo con el amor. Porque hoy el poder no te sirve para nada. A los 32 años tuve un infarto. Tuve cinco minutos el corazón parado. Y salí hablando bien, sin ninguna secuela, nada. Para mí, el amor.
Fuente: Diario Popular (Caba)