Por el daño que provocó el clima, este año se va a elaborar, en Argentina, un 90% menos de aceite de oliva que en una temporada normal y se temen por el cierre de establecimientos industriales.

Las inclemencias climáticas (heladas y vientos), han provocado pérdidas mayores a las estimadas. El problema ha sido en todas las provincias productoras; a lo que se suma el alto costo de la cosecha manual optándose, siempre que ha sido posible, por la recolección mecanizada.

Argentina es un país netamente exportador de aceite de oliva y como tiene menos del 1% de la producción mundial, no puede desanclarse del bajo precio internacional que fija España, que este año ha tenido la mayor producción de todos los tiempos.

El tope impuesto al precio del aceite por el mercado internacional siempre termina repercutiendo en el eslabón de la producción primaria o en el industrial, que a pesar de sus mermas no ven en el mercado la respuesta a una baja oferta.

El sector solicita medidas: Reintegros a las exportaciones e incremento en los gravámenes a la importación de aceite de oliva, y financiamiento blando para el sector, son algunas de las medidas urgentes que solicita la Federación Olivícola Argentina (FOA).

Desde la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios se comparte el pedido del sector olivícola, y se entiende que las medidas solicitadas constituyen un paliativo para poder sortear la complicada coyuntura sectorial y que tendrán un alto impacto positivo para el sector, con un costo mínimo para el Estado.

 

Fuente: Nueva Rioja