8 de Abril de 2014 - Julián Dominguez
Sgo. del Estero-Conjeturando el 2015
Por Rosendo Fraga
A un año y medio de las elecciones presidenciales, muchas cosas pueden cambiar, pero en análisis político recurrir a la conjetura para plantear escenarios es un instrumento válido.
Ante todo, en los cinco meses transcurridos desde la elección legislativa, se han publicado una docena de sondeos acerca de la intención de voto para la presidencial.
Analizados en conjunto, en todos Sergio Massa ocupa el primer lugar acercándose al 30% de los votos. Lo mismo sucede con Daniel Scioli, que está segundo en todos ellos, con cerca del 20%; como tercero, en algunos sondeos está Hermes Binner y en otros Mauricio Macri, promediando cada uno 10% de la intención de voto; y en todos, Julio Cobos es el candidato más votado del Radicalismo y los posibles candidatos del Kirchnerismo que han sido medidos (Jorge Capitanich, Sergio Uribarri, Julián Domínguez, Florencio Randazzo), ninguno ha superado el 6% de los votos.
Puesto en este contexto, aparece una tendencia clara en lo político e ideológico. Los cinco primeros candidatos son de centro, con un componente de centro-derecha en el caso de Macri y otro de centro-izquierda, en Binner.
En lo que va del año, Massa, Scioli y Macri han visitado los Estados Unidos mostrando una actitud diferenciada del oficialismo en cuanto a la relación con el mundo. Binner y Cobos por su parte, han estado en Europa. Ninguno de los cinco ha asumido posiciones favorables hacia Vladimir Putin en la política mundial, ni a Nicolás Maduro en la regional, como lo ha hecho la presidenta Cristina Kirchner.
La dirección del cambio posible es clara: implica un giro al centro y los candidatos más votados en los sondeos lo confirman.
Frente a este cuadro, en el cual el kirchnerismo parece quedar sin espacio propio en el escenario político, su visión es distinta. Para el oficialismo nacional, su candidato, sea quien sea, con el apoyo de la Presidenta y el poder, obtiene el 25% de los votos. Ello no permite ganar la presidencial y probablemente no permita llegar a la segunda vuelta.
Pero dicho porcentaje puede permitir que un candidato kirchnerista gane las PASO del Peronismo en agosto el año próximo. La idea es que oficializado un candidato kirchnerista, parte de los votos que hoy en los sondeos aparecen con Scioli emigrarían hacia él.
Ganándole las primarias obligatorias al gobernador de Buenos Aires, el 25% del Kirchnerismo se hace un 33%, dado que la mitad de los votos de Scioli en las primarias o algo más, pasarían al candidato kirchnerista convertido en candidato del PJ por su victoria en las PASO.
Con un tercio de los votos, no se gana la elección, pero dada la división de la oposición por lo menos en tres alternativas - Massa, Macri y el candidato del Frente Progresista- se llega a la segunda vuelta.
Si hoy se votara, el candidato K perdería frente a cualquiera de los tres en la segunda vuelta. Pero en la visión del oficialismo, eso puede cambiar en los diecinueve meses que faltan hasta la elección presidencial. En caso de perder en esta instancia, el Kirchnerismo quedaría como la segunda fuerza política del país, con bloques importantes en el Congreso y con capacidad política de condicionar el ejercicio del poder por parte del sucesor.
Este plan político-electoral para retener el poder después del 2015, tiene dos vulnerabilidades. La primera, es que así como para el oficialismo parte de los votos que hoy tiene Scioli en los sondeos pasarían al candidato K, también puede suceder que muchos de los gobernadores y los intendentes que hoy están con la Casa Rosada - más por necesidades de interés que por convicciones políticas-, en los prologuémonos de las PASO terminen apoyando al Gobernador de Buenos Aires.
Pero en una mirada política, la realidad es que si hoy se votara, la segunda vuelta quedaría entre dos candidatos provenientes del Peronismo: Massa y Scioli. Si en 2015 asumiera la Presidencia un peronista, entre 1989 y 2019 el PJ habría gobernado 28 de 30 años, lo que en teoría política se denomina partido hegemónico, porque deja de existir la alternancia.
El Peronismo tiene fuertes diferencias ideológicas y los modelos diferentes y enfrentados de Carlos Menem y los Kirchner lo mostraron. Pero también hay una cultura política común, y la actual alianza entre la Casa Rosada y el senador nacional Carlos Menem lo confirma. Por eso es posible que si un peronista gana las presidenciales, todo o casi todo el Peronismo se reagrupe detrás de él, como pasó con Menem, con Kirchner y con Duhalde durante su breve período de transición.
Mientras tanto, mientras el “humor” de los mercados se centra en que el gobierno argentino ha girado hacia la moderación, los hechos políticos muestran que la línea política no ha cambiado.
En el discurso ante el Congreso, la Presidenta consideró que su gobierno es el “proceso más virtuoso en doscientos años de historia argentina”; el gobierno en la delegación de escritores argentinos para la Feria del Libro de París excluyó a los que no son sus simpatizantes; imponiendo una visión sectaria de la historia logró remover la estatua de Colón; la Casa Rosada también dispuso excluir al hoy diputado nacional Julio Cobos de la Presidencia de la Comisión de Educación de la Cámara Baja; en la política exterior, el acercamiento a Putin en la crisis de Ucrania, evidenció la persistencia de una línea alejada de Washington y Europa.
Asimismo, la Corte, mediante un fallo, dispuso se brinde acceso a la información sobre los planes sociales y sus beneficiarios y el Ejecutivo como en otras oportunidades no la acata, argumentado que falta sancionar una ley sobre el tema; en el Consejo de la Magistratura el oficialismo logra una vez más proteger a un juez “amigo” en las causas de corrupción, como es Oyarbide y al mismo tiempo avanza con las denuncias contra otro, como Bonadío, que está avanzando en causas de este tipo. Y pueden citarsecitarse varios hechos más en el mismo sentido.
La cuestión es que el kirchnerismo prefiere centrarse más en una estrategia para retener el poder que para replegarse, aunque ello sea posible pero poco probable.
Fuente: El Liberal