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15 de Agosto de 2013 - Política

La Rioja-Lo que pasó y lo que vendrá

Un corte en la semana- Por Julio Aiub Morales

Hay múltiples especulaciones en torno de lo sucedido el pasado domingo. ¿Fue una derrota del kirchnerismo o del bederismo? ¿Fue un triunfo de Julio Martínez? ¿O fue un triunfo solapado de Quintela que los bederistas llaman traición? ¿O fue un “voto útil” como voto castigo, un voto desencantado? Tarea para encuestadores (de los buenos) y sociólogos, que los verdaderos políticos deberían encargar para bucear en el alma de la ciudadanía.
Hay quienes desde el oficialismo culpan a las encuestadoras que trabajaron para ellos. Pero ¿pueden equivocarse tan groseramente? Hay quienes dicen que la diferencia no es tanta y que “con más trabajo” se puede revertir de acá a octubre. Pero la diferencia es grande en Chilecito y Capital, que quedó demostrado que son los distritos más difíciles para el oficialismo. También será difícil Chamical, por más que ahora el intendente Elías (de quien desconfiaban en la Residencia Oficial) asegure que se va a poner la campaña al hombro. Allí hay un largo trabajo del martinismo y del socialismo. Un mes antes de las elecciones un alto dirigente justicialista del lugar confesó que en Chamical, “nos va a ir mal”.
Si damos por sentado que es cierto lo que dice el oficialismo: “Nosotros traemos obras, empleos, planes; pagamos los sueldos a tiempo, conseguimos la plata todos los meses; hacemos viviendas, las entregamos, pavimentamos calles, rutas; les hacemos erradicaciones de rancho (que algunos ni les hace falta); le ponemos luz donde nunca hubo. Etc. Etc. Etc. Y Martínez y Cia. nunca trajeron nada para La Rioja, ¿por qué los votaron a ellos? Es la gran pregunta que se hicieron inclusive algunos candidatos. Que demuestra además que “hay algo más” que moviliza o determina a la ciudadanía y no es meramente la cuestión material. Que siempre tiene su gran peso, obviamente, por aquello de “panza llena, corazón contento”. Pero esta vez, evidentemente hubo algo más. Y ese algo más estaba en la calle, flotaba en las oficinas, tomaba café en las confiterías, se rumoreaba en las colas bancarias. Esto no pudieron o no quisieron detectarlo las empresas encuestadoras y los funcionarios.
Muchos se dejaron llevar por los cantos de sirenas de los medios, propios y ajenos, desoyendo que la realidad no la re-crean los medios por más adictos que sean. Pruebas al canto. Lanata estuvo pocos días antes de las elecciones en Tucumán y lo demolió al gobernador. Sin embargo éste terminó ganando. En Chepes, pocos días antes del comicio, hubo gran tensión con el hospital local, con la escuela y con la energía eléctrica. Lo que obligó inclusive al diputado Guzmán Soria a pedir informes al respecto. Sin embargo allí triunfó cómodamente el oficialismo.
Otros dicen que ese “algo más” es el quintelismo trabajando para Martínez. Pero esto es aplicable a Capital –y parcialmente-. No es aplicable a Chamical y Chilecito, donde el oficialismo afirmaba que el Nene Fonzalida, había logrado el “empate técnico”. Era más que obvio que el quintelismo, orgánicamente o no, con la orden y/o venia o no de su máximo referente, iba a trabajar por Martínez-Bordagaray. Porque en política –y sobre todo en el justicialismo- una acción de un lado genera reacción del otro. Si el quintelismo se sentía avasallado, atropellado por el bederismo, era obvio que iba buscar castigarlo de la forma que más le doliera al oficialismo provincial. Y ningún conductor -caudillo, menos- se opone a lo que quiere su masa. Por el contrario, si puede lo potencia y si no puede, deja hacer.
Claro que en política, no siempre dos más dos, resulta cuatro. Quintela sabe que está en una posición de privilegio hoy.”Esto lo venimos anunciando hace rato” repiten. Eso lo percibieron de inmediato en la Rosada y por eso lo llamó el operador Mazzón y si bien puede haber habido quejas, más allá de ellas, a la Presidencia le interesan los votos y los va a buscar uno por uno, aunque se coticen muy bien. Y con total frialdad respecto de las internas provinciales. Por eso el Gitano deja la puerta abierta a una eventual candidatura de Quintela –a diputado provincial- en octubre. Aunque por lo pronto ya hay dos cabezas de colectoras en ese sector: Ernesto (Harry) Pérez y Hugo Vera.
Por supuesto que el oficialismo tendrá más colectoras, pero lo que será más que difícil de cumplir es aquello de “basta de dádivas” que ya se dijo en otras elecciones, pero que está tan hecho carne, sobre todo en el justicialismo desde la década del 40-50 del siglo pasado, que será prácticamente imposible de cumplir. Ya es como un pacto no escrito entre el partido-candidato y el votante (no el ciudadano).
Y todavía hay que ver qué rol jugará Yoma, que si quiere incrementar su magro porcentaje, tendrá que acentuar su discurso antibeder. Aunque el 10 por ciento que obtuvo es importante, porque si no, la diferencia de Martínez hubiese sido mayor. El Negro quedó descolocado con el triunfo de Massa porque él tiene gancho con Scioli. Pocos días antes de las elecciones estuvo hablando con él y el gobernador porteño le aseguró que ganaba. Quien sí tiene vínculos con el massismo es el quintelismo. Pero Beder no es de quedarse de brazos cruzados. Y tiene múltiples recursos.
Claro es que si todo se reduce al acuerdo o no de dirigentes, a la concordancia o no de ciertos aspectos de la cúpula política, seguramente habrá un triunfo que festejar, pero seguramente que el gran perdedor será el ciudadano que verá frustrada una vez más su libertad.
 
Fuente: El Independiente

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