Por Carlos Felipe Méndez, Integrante junta comunal 15 - Buenos Aires para Todos, en Unidad Popular (FAP)
uando se comenzó a discutir la Constitución de la Ciudad, se esperaba que el proyecto Comunas fuera una herramienta eficaz y democrática para lograr el acercamiento del Ciudadano a la toma de decisiones y que se involucrara responsablemente en lo público. Lamentablemente, la mezquindad de la dirigencia política de la Ciudad impidió durante 15 años que se pudiera poner en marcha las Comunas; cabe recordar que fue un amparo presentado por vecinos, lo que obligó al Jefe de Gobierno de la Ciudad a convocar a elecciones comunales.
Estamos próximo a cumplir el primer año de las Juntas Comunales, y las autoridades del gobierno de la Ciudad hacen todo lo posible para desacreditarnos, incluso desconociendo la Constitución Local y la ley 1.777, para que las Comunas no tengan ninguna visibilidad, ni tengan acceso al presupuesto, ni haya traspaso de funciones, como tampoco el poder para resolver mejoras e incluso ni siquiera disponer de líneas telefónicas.
Por supuesto que si las Juntas no pueden resolver los temas Comunales, los vecinos no tienen posibilidades de participar en la toma de decisiones de los problemas de su Barrio; lo cual trae aparejado que, aquellos vecinos de buena fe, busquen otros lugares donde poder canalizar sus inquietudes. Y allí lo vemos al Jefe de Gabinete de la Ciudad, Horacio Rodriguez Larreta, recorriendo los Barrios de la Ciudad para charlar con los vecinos y canalizar sus inquietudes. Entonces, ¿para qué 7 representantes comunales, si un funcionario dice hacer lo mismo?
Por lo tanto, a quienes les interesa ver a las Comunas como un camino horizontal hacia la participación real en las decisiones, ¿pueden permanecer como meros observadores de la destrucción de este proceso?
¿Cuál es el rol de las Organizaciones Sociales, Culturales y Políticas en esta transición, que el gobierno de la Ciudad quiere que sea fallida?
Fuente: Nueva Ciudad
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