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22 de Setiembre de 2012 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Caba-Néstor, Cristina y el federalismo de ocasión

A diario me toca vivir -algunos no se animan a decirlo- ese peregrinaje para lograr decisiones, porque cada vez que hago una crítica o levanto mi voz se me duermen hasta los cheques en las cajas ".

Parece el planteo de algún gobernador que ha cometido el pecado de desviarse, así haya sido tímidamente, del estrecho sendero trazado por la Casa Rosada y pena por fondos que le retacean. Se quedó sin el cheque o se lo duermen en las cajas.

Error. La frase es parte del discurso que Néstor Kirchner pronunció durante la Convención Constituyente, en agosto de 1992. Traída al presente, hay otro acierto del entonces mandatario de Santa Cruz: pocos o nadie se atreve, hoy, a levantar la voz contra el Gobierno.
“Creen que porque estamos a 3.000 kilómetros no nos damos cuenta de cómo se maneja el discurso, de cómo se maneja el poder central ”. Nuevamente, Néstor Kirchner.
Entre ese lejano 1992 y ahora, media una diferencia sustancial: la que va de gobernar una provincia a tener el control de los cuantiosos recursos del Estado Nacional . Lo demás, es puro y conocido doble mensaje.
Afirmaba NK en 1992: “Si no hay una nueva ley de coparticipación, en vez de detraer dinero de los escuálidos fondos provinciales se debería detraer de los fondos que le corresponden a la Nación”. Efectivamente, no hubo reforma a la coparticipación y todo siguió igual, o peor .
Decía bien Cristina Kirchner en la misma Constituyente: “Hay que modificar la relación de fuerzas entre Nación y provincias, modificar la posición de dónde y cómo discuten las provincias frente a la Nación”. Y también la pegaba con el remate: “Como dice el refrán popular, Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires ”.
Por donde se las mire, aquellas críticas al sistema menemista les caben, redondamente, al sistema kirchnerista .
El muy desparejo reparto de los recursos nacionales en contra de las provincias se ha acentuado estos años, con nuevos impuestos, la suba de otros y la emisión: siempre en provecho del gobierno central. Un camino semejante recorrió la relación de fuerzas.
Néstor y Cristina trajeron a Buenos Aires un modelo que, en su medida, aplicaron rigurosamente en Santa Cruz. La caja representa poder y cuanto más grande sea, mayor será la posibilidad de capturar voluntades políticas o de doblegar a los díscolos .
Le quedó claro a un gobernador, hace pocas semanas, cuando osó insinuar que Daniel Scioli podía ser un buen candidato presidencial en caso de que no hubiese re–reelección. Debió allanarse a respaldar sin vueltas la re–re, para recibir la plata que pedía en vano.
También conocen la medicina otros que, con mucha o alguna aspiración futura, ahora juntan recursos pensando en el aguinaldo y en entrar con plata a los primeros meses de 2013. A su manera, José Manuel de la Sota y el propio Scioli.
“¿Cómo no va a haber provincias inviables, si nos están federalizando los gastos y centralizando los recursos ?”, decía la Presidenta en 1992. Hablaba de la transferencia de los gastos para salud y educación y de un Ministerio de Educación “sin escuelas”.

Así pasaba y así pasa. Según cálculos de la consultora Economía & Regiones, que incluyen los fondos de la ANSeS manejados por el poder político, este año al Gobierno le quedará el 74% de los recursos tributarios nacionales. Y apenas un 26% para todas las provincias.
Hay varias medidas de esa distribución. Una, automática , es lo que va al interior por la coparticipación y el 30% de las retenciones a la soja, desde 2009.
Otra son las llamadas transferencias discrecionales , que la Rosada administra a su gusto: cuando quiere o anda con buena caja, pero siempre según el alineamiento de cada gobernador. En lo que va de 2012, han subido menos del 9% respecto del año pasado, muy lejos del 25% que anotan la inflación real y los costos.
Una tercera vía es el financiamiento a las provincias, también arbitrario . De los $ 15.000 millones presupuestados para este año, se habrían usado unos 3.000 millones.
Y la cuarta, los anticipos de coparticipación, a menudo urgidos por la necesidad de atender el pago de salarios. Claro que, nuevamente, dependen de la voluntad de la Casa Rosada .
Unitarismo fiscal, a un lado y al otro salta la subordinación de gobernadores e intendentes. O la manera en que quedan expuestos a que les duerman los cheques .
Decía Cristina en 1992: “La coparticipación no es una cuestión menor. Significa, lisa y llanamente, rediscutir en la Argentina cómo se distribuye la masa tributaria”. Nunca el kirchnerismo abrió ese debate, y menos aceptó que la Nación cediera recursos: al contrario, cada vez acaparó más a expensas de las provincias .
También terminó en la banquina una promesa del Kirchner de 2003, cuando en campaña por territorio bonaerense prometía devolverle a la Provincia ocho puntos de coparticipación.
El Presupuesto de 2013 es otra muestra sobre cómo son manejados los recursos públicos. Prevé que el Gobierno pueda sacarle al Banco Central US$ 7.967 millones, para pagar deuda, invertir en YPF o en otros emprendimientos. La autorización está limitada a las operaciones en dólares, pero usarla permite liberar fondos y destinarlos a gastos corrientes .
Es lo que va del dicho al hecho. O, sencillamente, federalismo de ocasión .

Fuente: Clarin

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