Ante una coyuntura que dista de ser la ideal, el Gobierno busca aventar fantasmas y la oposición se maneja con cautela para "no alarmar", pero reclama un sinceramiento de "los números" para dimensionar el real estado de situación.
Desde el Ejecutivo afirman que debe primar la “racionalidad” ante una “situación límite grave”, aunque aún no se llegó a un punto que amerite esa evaluación.
La reunión que la semana pasada mantuvieron intendentes y legisladores para analizar la deuda de coparticipación que mantiene el Gobierno con las ciudades –y debatir sobre roles y funciones superpuestos de los Estados provincial y municipal–, puso una vez más en el tapete la necesidad de que el Gobierno informe sobre la situación de las finanzas estatales, a la luz de una serie de “señales” que desde distintos sectores de la oposición relacionan con un inminente estado de crisis.
El reclamo de la oposición no es nuevo y en las últimas semanas se multiplicó. La discusión sobre las cuentas del IPAUSS, los sucesivos pedidos de adelanto de regalías hidrocarburíferas a las petroleras para poder pagar los sueldos de los estatales y las denuncias de los gremios sobre falta de insumos en hospitales, centros de salud y escuelas, fueron algunas de esas señales que pusieron en alerta a distintos sectores. Y los rumores sobre la posible declaración por parte del Ejecutivo del estado de emergencia financiera –que lo habilitaría a pagar salarios en forma escalonada– fue la gota que colmó el vaso, disparó los nervios de la dirigencia sindical y obligó al funcionariado de Fabiana Ríos a continuas desmentidas.
Ante este marco, ¿se puede hablar de crisis? El Gobierno descarta tal hipótesis aunque admite un “fino equilibrio” tirando al rojo. Y como suele suceder en estos casos, apunta a la intencionalidad política que a su criterio se esconde tras los cuestionamientos opositores.
Lo cierto es que, salvo algunas declaraciones efectistas de dirigentes sindicales que se hacen eco generalmente de “mensajitos” de texto y “rumores” varios, el arco opositor prefiere la cautela e insistir con un pedido de “sinceramiento” al Gobierno, como primer paso indispensable.
En ese sentido, hay coincidencias entre los parlamentarios en que no sería oportuno desatar una andanada de cuestionamientos al Gobierno porque no redundaría en ningún rédito político, y sobre todo porque la coyuntura y el humor social reclaman acciones conjuntas.
En todo caso, entienden que el sinceramiento es fundamental para buscar en forma consensuada la salida más incruenta a la posible crisis.
Así las cosas, el legislador Juan Arcando (FPV) sostuvo en diálogo con EDFM que “sabemos que la situación económica de la Provincia no es la mejor” al punto que “en los últimos meses tuvo que pedir adelanto de regalías a las petroleras para poder pagar los sueldos”, ante lo cual “tiene que haber un sinceramiento, que es lo que plantearon los intendentes” para que “podamos saber la situación real por la que atraviesa la provincia”. Y agregó que “nadie sabe los números reales y si escuchamos al Gobierno estamos en un fino equilibrio”.
Parafraseando al vicegobernador Roberto Crocianelli, Arcando dijo que “el fino equilibrio sería que lo que ingresa alcance para pagar lo que el Gobierno debe pagar”, pero “si se pide a las petroleras un adelanto para pagar salarios ese fino equilibrio mutó en déficit”.
No obstante, remarcó que “no queremos alarmar por alarmar” y efectivamente “puede ser que la recaudación nacional haya disminuido”, aunque “si desde la AFIP informan que todos los meses aumenta la recaudación por ende aumenta lo que reciben las provincias”.
El parlamentario kirchnerista manifestó que “hay que ver cómo se gasta ese dinero que llega a la Provincia y eso merece un sinceramiento”, pero mientras tanto “hubo una reunión con el ministro de Economía que fue suspendida y no sabemos el motivo”.
“Quizás sea una señal política o a lo mejor tuvo algún inconveniente de último momento. Pero tenemos la fuerte expectativa de escuchar al ministro para saber en qué lugar estamos parados. Hay que hacer un sinceramiento y decir ‘ésta es la situación en la que estamos’”, sentenció.
Finalmente, opinó que “hay que dejar de lado las chicanas y la carga político partidaria, y poner sobre la mesa la situación real de la Provincia para comenzar a buscar las herramientas y los consensos para ver cómo salimos de la misma”.
En línea, su par del PJ, Eduardo Barrientos, sostuvo previamente en Radio Nacional que “la discusión política debe sincerar los números de la Provincia”, y marcó que “si uno toma las declaraciones de los últimos tiempos para la gobernadora (Fabiana) Ríos o el ministro (Guillermo) Aramburu está todo bien y para el ministro Ruiz está todo mal”.
En tanto, el intendente de Ushuaia, Federico Sciurano, manifestó tras la reunión en la Comisión de Presupuesto de la Legislatura que la coparticipación y los roles “es uno de los grandes temas de la Provincia”, para cuyo debate “va a haber que encontrar un camino distinto al que tenemos hoy, buscando la médula de la situación económica que vive la provincia”, y sugirió que “no hay que confundir la cuestión financiera con la económica”.
Sciurano rescató tras el encuentro que “me quedo con la parte de la reunión que nos permite encontrar un lenguaje común, identificar los problemas y comenzar a resolverlos”, porque “hasta acá nunca había escuchado hablar de nivel de gastos de la Provincia y que la plata no alcanza. Y quedó claro que no es un problema financiero si no económico porque la plata no alcanza”.
¿Adiós fantasmas?
Como se dijo, el Gobierno busca aventar fantasmas y pese a aceptar que la situación no es la ideal, no está dispuesto a reconocer una crisis económica. Adjudica la coyuntura a la caída de la recaudación nacional, a una masa salarial que se lleva casi todos los recursos presupuestados o a municipios que se “enriquecen” a costa del Estado provincial, mientras sigue firme en el rumbo tomado y no da el brazo a torcer cuando le piden que blanquee sus números.
Por ejemplo, Crocianelli afirmó que “no nos sobra nada” aunque “no estamos en una crisis como para dictar una emergencia financiera” como denunciaban desde ATE.
“Eso es lo que nosotros vemos y en lo que yo trabajo todos los días y en el escenario real en el que uno se mueve”, sentenció.
Pese a que “la situación no es holgada” indicó que “eso no es particular de Tierra del Fuego”, ya que “las provincias se están endeudando sistemáticamente en varios aspectos”, ya sea “con emisiones de bonos o títulos o con endeudamientos con Nación a través de adelantos o de coparticipación o de regalías”. Y añadió: “Tenemos un muy fino y sensible equilibrio”.
El ladero de Ríos recalcó en FM Masters que “cuando hay una situación límite grave se debe tener la racionalidad y el equilibrio de poderla cuantificar, y a partir de ahí tomar las decisiones” porque “si no asumimos lo que nos pasa va a ser difícil que encontremos una solución adecuada”. Y si bien este planteo coincide con el de la oposición, para el Gobierno la situación no llega a ese límite.
Casi simultáneamente, el titular de la cartera económica, Christian Ruiz dijo resuelto que “no hay crisis” y por eso “no vamos a declarar la emergencia financiera”, respondiendo a las “irresponsables” declaraciones del titular de ATE, Carlos Córdoba, a la vez que fustigó: “Implica un grado de irresponsabilidad muy grande que un dirigente gremial emita declaraciones con tan poco fundamento”.
Ruiz insistió luego conque “no hay crisis” aunque “seguramente hay muchos actores políticos a los que les interese que la haya”.
Mientras, la legisladora oficialista Amanda del Corro sostuvo que la situación económica “no diría que es mala ni buena”.
En cuanto a los anticipos de regalías solicitados a las petroleras, la parlamentaria del PSP aclaró que “lo que se pide es una anticipación de ocho o diez días para pagar los salarios en tiempo y forma”.
Finalmente, argumentó que “quizás para la fecha de pago Gobierno no tenga los fondos, pero nunca se ha dicho que sobra dinero y que está guardado en alguna parte del Tesoro de la Provincia”.
Con pies de plomo. Así caminan Gobierno y oposición evitando mencionar abiertamente la palabra tan temida.
Fuente: El Diario del Fin del Mundo
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