Viernes 09 de Mayo de 2025
19 de Marzo de 2012 - Río Negro

Río Negro-Nuevo punto de partida en el justicialismo

Por Omar N. Livigni

El acto de proclamación de los integrantes del Consejo justicialista que desde ahora preside el senador nacional Miguel Pichetto fue sobre todo un categórico respaldo a la gobernabilidad, y a la vez una demostración de solidaridad con el titular del Ejecutivo rionegrino, Alberto Weretilneck.
No fue, empero, pródigo en novedades ni anuncios políticos trascendentes, si hay que atenerse al contenido de los discursos pronunciados por los oradores. No se observo nada original bajo el sol y sólo se recepcionaron conceptos y consignas ya conocidas, adaptadas a las circunstancias como los reiterados llamados a la unidad del PJ.
El común denominador abordado por los disertantes, sin excepciones, fue expresar la pertenencia del justicialismo provinciano al proyecto nacional que inspira la presidente Cristina F. de Kirchner, así como la significación de las obras públicas de carácter integrador que se están realizando con fondos nacionales.
Pichetto en su nuevo rol de atender las responsabilidades de conducir los destinos del oficialismo partidario –de sustantiva relación con el gobierno- tuvo la virtud de no haber caído en la tentación de organizar un acto para sí. En cambio lo hizo con un plausible criterio aperturista hacia los distintos sectores.
Conclusión: fue una reunión abarcativa de todo el peronismo. Esto se observó así mismo en el turno de los discursos oportunidad en que junto a su figura cedió lugares, a Luís Ramacciotti por los aliados del Frente Grande, a Martín Soria cuya inclusión en la lista surgió a último momento y al gobernador Weretilneck que cerró el acto ocupando el lugar estelar con un buen discurso.
La flamante nomenclatura peronista mostró el rostro prometedor de una saludable renovación con el acceso a los sitiales de privilegio de jóvenes con trayectoria y futuro, como son los vicepresidentes Martín Soria y Luís Albrieu, y el secretario general Javier Iud, todos jefes comunales quienes llegan avalados por representatividad electoral y poder territorial.
El titular del justicialismo, convocó al palco a todos los integrantes del Consejo, quienes como corresponde a la idiosincrasia latina intercambiaron –hombres y mujeres- besos y abrazos con los presentes, práctica convertida ya en una costumbre del quehacer político. Antiguos, nuevos y potenciales adversarios vivieron por un momento el mejor de los mundos afectivos, aunque sabiendo que mañana estarán en distintas trincheras.
El dirigente roquense Rodolfo Ponce de León, un poco alejado de la vida del justicialismo en los últimos tiempos, derramó saludos a diestra y siniestra, y hasta brindó un apretón de manos a Martín Soria, con quien hace un año y medio atrás protagonizó un cuestionable episodio en el Congreso partidario de Viedma.
Otro hecho lo produjo Pichetto al recordar la lucha partidaria para recuperar el poder perdido en 1976: reivindicó al ex gobernador Mario José Franco –quien ya había estado presente en la ceremonia de asunción de Soria en diciembre- y al ex senador Rema Costanzo, tres veces candidato a gobernador por el PJ. Buen gesto para acabar con las tácitas proscripciones o los olvidos forzosos en el peronismo.
En el encuentro faltaron los bombos y otras demostraciones propias de la liturgia peronista. Se pudo palpar un sentimiento de dolorosa nostalgia por la figura del extinto Carlos Soria. Cualquier observador ubicado cerca de los dirigentes y afiliados que arribaron a Viedma el viernes y se congregaron en “Los Aromos”, pudo comprobar el fortísimo impacto emocional que produjo en las bases justicialistas la desaparición del gobernador.
El fenómeno ayuda a explicar muchas cuestiones, que en la superficie de los acontecimientos pasan desapercibidas. Al final, todo ese sentimiento de lacerante frustración ante el líder caído pareció exteriorizarse en la entonación de la legendaria marcha partidaria vocalizada por todos y cada uno de los participantes con un vigor sonoro que hace mucho no se escuchaba.

LAS COMPLICACIONES INTERNAS IRRESUELTAS
Las palabras pronunciadas por Pichetto estuvieron ajustadas a su estilo equilibrado reclamando humildad y honestidad a los funcionarios provinciales, instando a actuar con “responsabilidad sin mirar hacia atrás y sin resentimientos”.
Llamó a la unidad de los rionegrinos y ratificó su presencia “con convicción y fuerza al lado del gobernador Weretilneck”. “Somos el gobierno al lado tuyo”, precisó.
No hubo mayores precisiones sobre de que manera se podrán amortiguar o superar las complicaciones internas con incidencias negativas en la gestión de gobierno, tal como confesó recientemente el gobernador Weretilneck.
Tampoco se hizo conocer ningun indicio sobre el proyecto político del justicialismo con vistas a los compromisos electorales del 2013, obligada antesala del 2015, un tema del que se habla en voz baja entre los más íntimos, y que servirá como eje para los alineamientos de la dirigencia ante los desafíos políticos que impone el calendario.
Inclusive quedó como incógnita cual será el rol de Weretilneck en el proceso que viene, iniciado en el mismo momento que prestó juramento como gobernador de la provincia.
Confirmando lo que no se puede negar Pichetto abordó los desencuentros que vienen activando las luces rojas en el tablero justicialista. Reconoció que “hay discusiones”, aportando a que todo se resolverá con diálogo, para luego disciplinado el partido estar junto al gobierno.
Weretilneck fue certero y respondido con una ovación cuando repitió aquella frase de Eva Perón que “… el peronismo será revolucionario o no será”, agregando que “este gobierno fue, es y será justicialista, y no llegó para maquillar la realidad sino para cambiarla y transformarla”.
Tampoco esquivó el bulto y tuvo frases muy significativas que avanzaron un poco mas allá de las pronunciadas por el senador nacional sobre las complicaciones intestinas, que las hay, y no pueden reducirse a las meras anécdotas. Volvió sobre sus recientes declaraciones cuando habló de los conflictos inter-justicialistas que perjudicaban a la gestión y conspiraban contra el lucimiento del gobierno.
Utilizó términos muy elegidos, similares a los de Pichetto, y reconoció “que se discute en el seno del gobierno porque estamos haciendo”. Mencionó además “que hay minicrisis” vocablo que pese a la antelación del diminutivo no le quita gravedad, al hecho de que ha habido episodios que estuvieron al límite de lo tolerable.
Sobre estas repercusiones palaciegas se pudo constatar de fuentes bien informadas, que durante febrero se produjo una fuerte discusión en la Casa de Gobierno donde Weretilneck había esgrimido la hipótesis de una eventual renuncia al cargo en caso de que no se cumplieran sus órdenes y no se respetara la figura del gobernador.
Mas recientemente en la primer semana de este mes habría adoptado una similar actitud, por lo menos reclamativa, el fiscal de estado Pablo Bergonzi, quien ante el propio mandatario se mostró fatigado por intrigas y tironeos entre las distintas jerarquías de la administración. “Estoy cansado de todo esto y hasta me dan ganas de volverme a Roca”, habría señalado.
Weretilneck, que tiene una epidermis de elefante para aguantar los embates de la lucha política, sigue dando batalla en forma cotidiana en base de algunas certezas de lógica indestructible. Es conciente que tiene cuatro años de mandato por delante y que un fracaso en su gestión, no será una claudicación personal sino, un desastre político para el justicialismo, del que nadie obviamente resultará beneficiario. Sabe que el devenir del proceso en marcha aquí en Río Negro es objeto de un permanente monitoreo desde la Casa Rosada, junto a lo que acontece en Santiago del Estero con Ricardo Zamora, radical K, dos experiencias con gobernadores no peronistas que la presidenta CFK quiere amparar de todo tipo de turbulencias.
En este sentido trascendió que uno o dos muy importantes dirigentes justicialistas de la provincia fueron convocados a la sede presidencial donde seguramente serán reconvenidos para morigerar sus actitudes en la dinámica interna.
Se conoció además que en la reunión previa del Concejo Justicialista realizado en la Unidad Básica de Viedma, el gobernador Weretilneck se ocupó de asegurar ante los integrantes del alto cuerpo partidario la falta de contracción al trabajo de importantes colaboradores, como una especie de anticipo de potenciales relevos en áreas sensibles de la administración.

HACIA UN FUTURO LIDERAZGO
La actual coyuntura político-institucional ha planteado tanto al gobierno como al partido justicialista, y a sus aliados del FpV, establecer un nuevo liderazgo que remplace al que dejó vacante Carlos Soria con su trágica desaparición.
Esto constituye una demanda ancestral que apremia a todo grupo humano sea o no un partido político. Tal exigencia ha comenzado a cumplirse con Miguel Pichetto en el vértice del PJ, como manera de colmar el vacío existente hasta entonces y forjar un liderazgo sustituto que restablezca el mando y el poder ordenador en el justicialismo, una comunidad política atravesada a veces por opiniones contrapuestas.
Ese poder ordenador que surgirá del partido mayoritario en su coalición con el Frente Grande, repercutirá en los niveles de conducción de la administración provincial y fortalecerá la gestión de Alberto Weretilneck.
Uno de los problemas que acarreó la casualidad histórica que ocurrió el 1º de enero último, fue que determinó una aguda oscilación en el centro del poder, que todavía en alguna medida persiste en cuanto a quien manda y llevó a un estado de desesperanza y desmoralización colectiva.
Sobre todo a los simpatizantes del justicialismo que de un día para otro, contemplaron un brusco cambio político y la presencia de un nuevo gobernador que no pertenece a su signo partidario.
El proceso que se abre lleva a cumplimentar ese anhelo de saber con precisión quien o quienes conducen, de establecer “un primus interpares”, quien dispone de los resortes del poder.
Debe recordarse que el mando no significa otra cosa que una presión sobre la voluntad de los demás para incitarlos a participar de una empresa colectiva, con un destino, con un programa y con precisas finalidades.
Miguel Pichetto es sin dudas el más prestigioso dirigente que tiene actualmente el justicialismo, y está transitando hacia esa meta tan difícil como apasionante.

UCR: ¿SARTOR-WERETILNECK UN SOLO CORAZÓN?
Una noticia que se propagó como reguero de pólvora en todo el ámbito del radicalismo rionegrino y por otros canales, estuvo directamente relacionada con un cónclave realizado en San Antonio Oeste que congregó a Daniel Sartor, algunos legisladores radicales y vecinos independientes.
Según testigos, el ex parlamentario y reconocido operador de la UCR efectuó un muy pormenorizado análisis de la situación provincial y el panorama con las posibilidades electorales del partido en vistas de las instancias que marca el calendario electoral para el 2013 y 2015.
La propuesta que dejó atónitos a los presentes por su calibre y audacia, fue la explicitación por parte de Sartor de un proyecto político naciente para los tiempos venideros. “Hay que aprestarse a jugar con el gobernador Weretilneck en los próximos años, y en el máximo nivel de la política provincial”.
Los asistentes no supieron precisar si el “Fino” habló de un término de cuatro u ocho años, si se trató de una aspiración personal, si detrás de su figura existe un sector del radicalismo que busca nuevos horizontes o, si tal alternativa fue considerada en algún momento por las jerarquías del sector interno en el que se encuentra ubicado actualmente.
Los memoriosos recuerdan que Sartor mantuvo excelentes relaciones con Weretilneck y que acuerdos políticos, celebrados durante la administración del ex gobernador Pablo Verani con el Frente Grande cuando el ahora gobernador ocupaba la presidencia de esa agrupación, arrojaron importantes triunfos del radicalismo en Cipolletti.
Los mismos observadores también remontaron al presente su carácter de ideólogo de lo que se denomino la Concertación Plural, que significó en la práctica el enrolamiento del gobierno de Miguel Saiz en la órbita “K” de subordinación del radicalismo rionegrino a la arquitectura política nacional del “kirchnerismo”.

SODERO NIEVAS: TRIBUNALES DESIGNADOS Y HEREDADOS
El legislador Fabián Gatti ratificó ante la Legislatura provincial el pedido de juicio político contra el vocal del Superior Tribunal de Justicia, Víctor Sodero Nievas, al mismo tiempo que el gobernador Weretilneck expresó una opinión contraria, inclinándose por encontrar algún punto de encuentro o salida negociada para superar esta situación de conflicto.
Mientras tanto Sodero Nievas advirtió que no renunciará.
En un verdadero raid por los medios de prensa de Viedma y la provincia, destacó el hecho de que “Río Negro va a tener la oportunidad de un STJ con dos tercios”, explicando que así su voto pasará a ser minoritario.
En otras afirmaciones ante la prensa Sodero Nievas sostuvo que las cortes o los tribunales heredados por los gobiernos son verdaderamente independientes, y no tanto los designados por noveles administraciones.
Sobre estas cuestiones acudimos a la obra de Mariano Grondona “La Argentina como vocación” donde dice:”… el poder judicial argentino es el fruto de una prolongada secuencia de manipulaciones políticas y únicamente si los próximos presidentes empiezan a respetar las cortes heredadas podría elaborarse lentamente una nueva tradición de independencia”. El mismo autor agrega “que se necesita un poder judicial al que gobiernen tres principios: la ética, la eficiencia y la independencia”.
Culmina Grondona diciendo “que su ineficiencia es sencillamente colosal, cuando lo habitual es que los jueces duren años y años sin sentencias. Lo que hay en los hechos es una verdadera negación de la justicia”.

Fuente: APP Noticias

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